Recuerdame - Capitulo 13



Los personajes son de la grandiosa e inigualable Stephenie Meyer…la historia producto de tanto libro, película, serie y telenovela que he visto a lo largo de los años y que ha ayudado a mi IMAGINACIÓN!!!!


Capitulo 13

Las vueltas

Edward POV

Al traspasar la reja de mi antigua casa, me sentí como el hijo prodigo que vuelve. Estaba nervioso, pero recordar a Bella calmo un poco mi ansiedad. A lo lejos divise dos figuras que me eran familiares. Sentí como Emmett presionaba mi hombro tratando de infundirme ánimos o evitando que me escapara, con él nunca se sabía a ciencia cierta.

No alcance a bajar del todo cuando mi madre ya me abrazaba con tanta fuerza que casi caemos ambos. No podía negar que aquel contacto se sentía bien, los había extrañado horrores, si por que junto a ella, estaba como siempre mi padre que solo sonreía por la escena. Comencé a sentir como el pecho se me humedecía, un claro indicio que Esme estaba llorando.

 
- Tranquila mamá. Ya estoy aquí – Pase mi mano por su espalda tratando de calmarla.
- Lo sé, pero ha sido tanto tiempo.
- Si, pero eso quedo  atrás – No es que no quisiera seguir con el abrazo, pero deseaba saludar a mi padre – Mamá…
- Lo siento.
- Si quieres puedes abrazarme a mi – Emmett estiro sus brazos en dirección a ella, quien sonriendo acepto.
- Papá.
- Hijo – Nos fundimos en un abrazo menos apretado, pero no por eso menos emotivo.
- Sera mejor que entremos.
- Acaso no me quieres seguir abrazando mamá.

Todos estallamos en risa. Había extrañado todos esos pequeños momentos junto a mi familia, las bromas de Emmett, la sonrisa de Esme y la paz que siempre tenía Carlisle.

Parecía que solo lleváramos un par de horas separados y no años. Después de instalarnos y hablar de un par de cosas, llego la cena, era el momento propicio para dejar salir todo.

- Puedo preguntarles algo – Todos asintieron - ¿Dónde está…Tanya? – Tanto mi padre como mi madre se miraron y fue esta última la que hablo.
- Se fue Edward, ahora vive en Alaska, al parecer ahí encontró su lugar. Hablamos de vez en cuando con ella, está bien.
- Me alegro – Aquello era verdad.
- Hijo...yo lo siento tanto – Trate de interrumpirla, pero no me lo permitió – Déjame desahogarme, llevo demasiado tiempo con esto. Te pido perdón por no haberte apoyado, por no entender tú decisión, dejarte solo cuando más me necesitaste. Me cerré tanto en lo que yo quería para ti que jamás me preocupe saber si tú querías lo mismo y cuando me lo dijiste te decepcione. Lo único que quiero es que seas feliz. Comete tus propios errores, equivócate, pero lucha por alcanzarla.
- Mamá yo…te amo y eso no va a cambiar nunca. Todos nos equivocamos en esta historia, pero llego el momento de cerrar el ciclo.
- Antes de hacerlo, yo también quiero disculparme Edward, no respete tu decisión, te desilusione y no me comporte como el padre que necesitabas. Te critique, cuando quien cometió errores fui yo…- No lo deje continuar.
- Por favor, yo también debo pedir perdón. No fui capaz de decirles como me sentía frente a ella, hice lo que esperaban que hiciera sin pensar en que era un error. Además me aleje de ustedes apartándolos de mi vida y me autoexilie sin sentido. Les hice daño y no lo merecían. Creo que también te debo una disculpa a ti Emmett – Me miro sorprendido – No me mires así es cierto, te puse en una situación muy incómoda y me cerré a oír tus consejos.
- Eso es cierto desperdiciaste toda mi sabiduría, pero está todo bien Eddie. Creo que ahora todos estamos bien…cierto.

Los tres asentimos y sonreímos. Volvimos a ser la familia que yo tanto amaba.

- Creo que el pequeño Eddie tiene una noticia que darles ¿no es cierto?
- ¿A qué se refiere tu hermano, hijo?
- Supongo que se refiere al hecho que tengo novia.
-¿Tienes novia?...Edward Anthony Cullen y ¿Por qué no la trajiste?
- Calma mamá. Por supuesto que la invite, pero no lo considero buen momento, creyó que era mejor arreglar todo antes.
- Una mujer muy juiciosa.
- Esa es una dentro de las miles de virtudes que tiene, papá.
- ¿La amas?
- Como no tienes una idea mamá. Ella llego a darle luz a mi vida y si hoy estoy aquí, es porque me hizo ver lo idiota que era al estar separados de ustedes.
- Pues creo que ya me gusta – Esme me sonrió y tomo mi mano.
- Yo honestamente no se que ve en mi hermano, ella es tan dulce y él…bueno es Edward.
- Dicen que el amor es ciego.
-Gracias papa por el apoyo.
- Solo es muy comentario Edward.
- Pero muy sabio papá.
- Emmett como sigas molestando a tu hermano te quedas sin postre.
- Madre!!! No serías capaz…cierto….mami – Lo único que pude hacer fue reírme a carcajadas. Mi hermano podía comportarse como un verdadero bebe.

Pese a la advertencia de mi madre, Emmett no dejo de molestarme, pero cuando estuvo por quedar sin postre, le dio una mirada a nuestra madre que la convenció de no castigarlo. Seguimos riéndonos durante toda la cena. Algo que no les gusto mucho a mis padres fue el hecho que partiría al día siguiente. Les explique de debía presentarme a primera hora del lunes a mi trabajo, cuestión que mi padre entendió, mi madre solo dejo de regañarme cuando le hice prometer que Bella vendría conmigo la próxima vez.

Ya listo en mi antigua habitación donde el tiempo al parecer se quedo parado. Llame a Bella, después del tercer tono oí su voz.

- Alo…
- Amor soy yo.
- Edward!!!! – Una nota de angustia teñía su voz.
-¿Estás bien? – Al parecer aquello era contagioso.
- Si solo que he extrañado – Algo me alerto, pero no quise molestarla con el asunto, si ella quería me lo diría.
- Tanto como yo, pero ya estaremos juntos. Una consulta ¿recibiste algo de mi parte?
- Si…Gracias. Perdón si no te llame no quería interrumpir nada.
- Te he dicho cuanto te amo.
- No más de lo que yo te amo ¿Todo bien?
- Si…perfecto….bueno casi…me faltas tú, pero le prometí a mi madre que la próxima vez vendrías conmigo.
- ¿Le hablaste de mi?
- Por supuesto. Les conté a mis padres de ti y lo mucho que te amo.
- Gracias
-¿Por qué?
- Por quererme, por estar conmigo, por hacer que este junto a ti sea tan maravilloso. Por hacerme feliz.
- Entonces ambos debemos de agradecer por todo.
- Si lo creo – Oí como trataba de disimular un bostezo.
- Amor te dejo creo que estas cansada.
- Si fue un día agotador, supongo que para ti también lo fue.
- Ya lo creo…Bueno amor te dejo…no olvides que te amo
- Yo igual, cuídate.
- Nos vemos mañana. Sueña conmigo, te envió miles de besos.

Creo que no note cuan cansado estaba hasta que mi cabeza se apoyo en mi almohada. Me dormí al instante y no por cuánto tiempo lo hice. La falta de sueño me paso la cuenta, por que cuando me desperté para desayunar ya era la hora de almorzar. Me reprendí mentalmente por perder casi toda la mañana durmiendo y no aprovecharla con mi familia, pero ya no podía hacer nada más que levantarme.

Una vez listo, baje y me dirigí directo a la cocina, pues un delicioso aroma llenaba todo el ambiente. Apenas puse un pie ahí, vi como Esme reprendía a Emmett por estar destapando las ollas y probar la comida.

- Parece que nunca vas a aprender.
- Miren quien está aquí nuestro Bello durmiente.
- Buenos Días.
- Mas bien buenas tarde.
- ¿Dormiste bien hijo?
- Acaso eso no es obvio mamá – Vi cuando mi madre golpeaba a mi hermano con una cuchara por meter los dedos a la crema – Eso dolió.
- Dormí muy bien mamá.
-¿Quieres desayunar?
- Si quieres puedo acompañarte.
- Falta mucho para comer.
- No lo creo.
- Entonces espero. Tomare un poco de leche – No pude evitar reírme al ver la cara de decepción de mi hermano mayor.
 - Estas seguro Eddie.
- Si y por favor no me llames Eddie, me molestaba a los cinco años y te aseguro que me sigue molestando ahora.
- Buen día Edward.
- Buen día papá.

Me acerque al refrigerador y saque mi vaso de leche, estuvimos otro rato más charlando. Querían saber cómo conocí a Bella, así que les conté nuestra historia. El malentendido que se genero cuando me vio con Rose y los problemas con su amigo. Sin darnos cuenta ya estábamos sentados en la mesa y para felicidad de mi hermano comiendo. Como siempre mi madre se lucio con sus dotes culinarios y todo estaba delicioso. Siguieron llenándome de preguntas sobre Bella y mi relación. También hablamos del matrimonio de Emmett y los planes que tenían con su prometida.

Al parecer algo sucedía por que el tiempo se paso volando en la sobremesa y ya tenía que irme, esta vez lo haría solo. Emmett se iría después, tenía que pasar por Rosalie y luego ambos se irían a cumplir su última misión, nos comento que no se podría comunicar con nosotros en varios días, todo dependía como estuvieran las comunicaciones a la zona donde se dirigía. Antes de partir mi madre me aparto un momento para hablar conmigo.
- Edward…es ella ¿no es cierto?
- No te entiendo.
- Ella es la indicada.
- Si mamá, ella es el amor de mi vida.
- No sabes lo feliz que eso me hace. Tengo algo para ti.
- ¿Qué cosa? – Vi que sacaba una pequeña caja azul.
- Es el anillo de tu abuela, creo que sería muy feliz sabiendo que se lo darás a la mujer que amas.
- Mamá…yo…
- Cuando estés preparado lo sabrás, pero es bueno que lo tengas – La abrace fuertemente y bese su frente.

Guarde la cajita en mi bolsillo y me aliste para partir. Mire mi habitación y sonreí al pensar en tener a Bella ahí. Mi familia estaba parada en la entrada de la casa, se venía graciosos sin darse cuenta estaban ordenados por sus alturas. Me acerque primero a Esme quien me abrazo y me hizo prometerle nuevamente que iría con mi novia, mi padre solo reía y me daba un abrazo. Como siempre Emmett, se lucio y  me abrazo hasta levantarme del piso.

Me pareció ver de reojo que un auto se estacionaba tras el mío. No pude ver bien quien bajaba hasta que una voz sumamente familiar hablo.

- Edward ¿eres tú? – No pude responder nada. Frente a mi estaba Tanya.

Bella POV
 
Nunca un día se me hizo tan eterno, pero transitaba entre la angustia por una sensación que no entendía y la alegría de saber que pronto estaría junto a él. Alice me arrastro hasta el centro comercial y dijo que literalmente me “arrastro”.

La noche anterior nuevamente aquel sueño me lleno de inquietud. Así que desperté en la madrugada sobresaltada y no me pude volver a dormir. Trate de ver algo en la televisión o escuchar música, pero nada sirvió. Al parecer Alice me oyó por que llego a mi puerta con una taza de leche y una invitación que no pude negar.

Después de estar mil horas en el centro comercial, si se que exagero, pero fue eterno, mi amiga se apiado de mi y de mi estado, más cercano a un zombie y decidió que debíamos volver.

Había olvidado que tenía alma de enfermera, así que apenas llegamos me envió a mi habitación. Me dijo que no me preocupara de nada y que solo descansara, lo más probable es que cuando despertara Edward ya estaría junto a mí. La abrace con fuerza y me fui a dormir, me pareció oírla gritar que Jasper también vendría.

Estaba por dormirme cuando sentí mi celular, corrí a atenderlo, pues sabía que solo podía ser una persona.

- ¿Edward?
- Hola amor… ¿Cómo estás? – Lo mío era paranoia, pero algo en el tono de su voz me alerto.
- Un poco cansada y tu ¿estás bien?
- Si…ya voy en camino.
- Me alegra mucho. Te extraño.
- Yo también…Bella necesito hablar contigo.
- Claro.
- Pasare a tu departamento. Tengo que colgar. Te amo.
- Yo también nunca lo olvides.
- Nunca lo hare.

No entendía nada, hace un momento estaba bien y ahora nuevamente esa horrible sensación en el pecho, sin saber muy bien por que comencé a llorar. No supe bien en qué momento me dormí, pero lo hice. Tenía un sueño precioso en el que Edward estaba a mi lado, íbamos de la mano, ambos sonreíamos y no pude evitar decir… Te amo. Aquello fue lo último que te pude decir antes que desapareciera, trate de alcanzarlo, pero sin importar lo rápido que trataba de correr, se habías ido, ya no estaba conmigo  y temí que nunca más lo estuvieras. Desperté gritando su nombre, al mismo instante sonó mi teléfono. Vi que Alice llegaba corriendo a mi habitación. Me levante a contestar, una voz que no reconocí hablo.

- Isabella Swan
- Si soy yo.
-La llamamos del Hospital Central. Lamentamos decirle que el Señor Edward Cullen sufrió un accidente… - No logre oír nada más todo mi mundo se fue a negro…


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