Capitulo 16
Cullen v/s Swan
Mire a Edward absolutamente
sorprendida por su pregunta. No entendía en qué momento pudo deducir aquello,
apenas y hace unos minutos nos habíamos vuelto a ver luego de siete años. Él
estaba sin decir nada, supongo esperando algún tipo de respuesta de mi parte.
Estaba por decir algo, cuando
finalmente mi cerebro hizo click y logre entender su confusión, el vigilante
acababa de llamarme señora y no solo eso, sino que además utilizo mi nuevo
apellido para referirse a mi. Sonreía a pesar de la situación y le devolví la
mirada.
- No Edward, no estoy casada ni nada
parecido.
- Pero él acaba de llamarte Señora
Swan y lo último que recuerdo es que tu apellido es Cullen.
- Nick llama a todas las mujeres
señoras, dice que si no puedo usar señorito se niega a utilizar el señorita.
- Pero te llamo Swan ¿acaso es tú
nombre artístico o algo?
-No soy ninguna artista, solo
curadora de arte.
-¿Entonces? – Realmente parecía no
entender nada.
- Es sencillo, mi apellido ya no es Cullen.
- ¿Qué?
- ¿Tienes hambre?
- ¿Qué?
- Te pregunte si tienes hambre.
Nuevamente su mirada se clavo en mí,
como si una segunda cabeza acabara de salirme en alguna parte de mi cuerpo. Al
notar que no me respondía, caí en la cuenta que tal vez él no deseaba cenar
conmigo, que esto simplemente era un encuentro casual de dos personas que se
conocieron en algún momento de su vida y que yo estaba armando castillos en el
cielo por tenerlo frente a mí, realmente estos años me habían hecho una persona
distinta, mi antigua yo se burlaría de mi y mi actitud hacia Edward.
Estaba por disculparme y despedirme de él, al
menos esta vez si lo haría, cuando me sonrió y finalmente hablo.
- ¿Conoces un buen lugar para cenar?
Le sonríe de vuelta y lo lleve a mi
restauran favorito de la ciudad.
.
.
- Este lugar es muy bonito Bella –
Sonreía al escucharlo llamarme como lo hacia cuando estábamos en la secundaria,
él fue la ultima persona que me llamo así - ¿Qué sucede?
- Hace siete años que nadie me
llamaba así
- ¿Por qué? Todos te llaman Isabella.
Negué con la cabeza para luego
añadir – Me llaman Marie.
- ¿Marie? Debo decir que no entiendo
absolutamente nada – Tomo mi mano, un gesto tan familiar en él que por un
instante sentí que solo habían pasado unos minutos y no años desde la última
vez que estuvimos juntos.
- Lo primero que debes saber es que
Carlisle no es mi padre.
- ¿Qué? – Su voz fue bastante
elevada, pues algunas personas de mesas vecinas se quedaron mirándolo unos
segundos, para luego seguir ocupados en sus propias vidas.
- Menos mal que no te lo dije cuando
estabas bebiendo agua.
- Como es que Carlisle no es tu
padre.
- En serio quieres que te explique
el como – Le sonreí con ironía para luego continuar – En realidad siempre lo
sospeche, yo no tenia ni el mas mínimo parecido a él o algún miembro de su familia, bastaba ver a
mis hermanas para notar lo diferente que éramos.
- ¿Cómo te enteraste?
- Poco tiempo después de llegar a
Nueva York un tipo se me acerco en la cafetería de la universidad, se presento
como Emmett Swan, mi medio hermano, después de gritarle que estaba loco y que
me dejara en paz, logro convencerme que hablara con él solo cinco minutos,
durante todo ese tiempo tuve mi gas pimiento presionada fuertemente en mi mano
escondida en mi bolso.
Fuimos interrumpidos unos minutos
con la llegada de nuestra comida, ambos agradecimos al mesero, quien luego se
marcho, indicándonos que cualquier cosa estaba a nuestra disposición. Note que
Edward le daba una mirada extraña, para luego volver su atención a mi.
- Continúa por favor.
- Veo que estas muy curioso – Él
asintió – Bueno los cincos minutos finalmente se transformaron en una hora,
Emmett puede ser un encanto cuando desea. Me contó que Charlie, en términos
prácticos mi verdadero padre, conoció a
Renee cuando era solo una adolescente. Él era uno de los mejores amigos de mi
abuelo.
- Para ¿Tú padre tiene la edad de tú
abuelo? – Asentí – Vaya caja de sorpresas que resulto ser tú madre-
- Según me conto mi hermano y luego
Charlie, ella lo sedujo y claro él se dejo seducir. Mi madre lo vio como una
vía de escape, solo que no conto con que él no estuviera en lo más minino
interesado en romper con su verdadera familia por ella o por mi.
- ¿Él sabia que tu madre estaba
embarazada?
- Dijo que se entero mucho después.
Cuando ya estaba casada por lo que supuso que mi padre era Carlisle.
- ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?
- Vio una fotografía mía en la casa
de mis abuelos que lo hizo dudar, por lo que me siguió la pista y me encontró.
- ¿Cómo supiste que él era tu padre?
- Mi corazón de hija lo supo en el
momento exacto en que nuestras miradas se cruzaron.
-¿Isabella?
Al parecer me conocía bien como para
saber que lo que acababa de decir era una absoluta mentira.
- Nos hicimos una prueba de ADN y
bueno el resultado es obvio.
- ¿Qué paso con Carlisle? No lo
consideras tu padre.
- Carlisle siempre será mi padre, no
importa si tenga su ADN o no, él me crio y se hizo responsable de mi cuando
solo era una adolescente, en cambio Charlie que era un hombre decidió huir.
- Entonces por que cambiaste tu
apellido.
- Por que me niego a compartir el
apellido con mi madre, prefiero romper cualquier lazo con ella. Ella siempre se
dedico a criticar a todo el mundo y resulto ser alguien mucho peor de lo que
alguna vez creí.
- Ellos saben de tu cambio de
apellido.
- Si siguen viviendo en la misma
dirección en Forks entonces si.
- ¿Qué?
Realmente la palabra de hoy para
Edward era “QUÉ”
- Ellos debieron ser notificados de
mi cambio de apellido, pues de alguna manera impugne la paternidad de Carlisle,
realmente no entiendo mucho de esto, pero ellos están en conocimiento de mi
cambio.
- ¿Carlisle lo sabia?
- Hable con él hace unos años, le
explique que pese a que nunca tuvimos una relación perfecta él seria mi padre.
- ¿Carlisle y Renee sabían donde
estabas?
- Si – Creo que algo estaba mal en
la comida de Edward por qué estaba más lento de lo habitual.
- Durante todo este tiempo ellos lo
supieron.
- Al menos hace seis años o algo así
– Note como la cara de Edward pasaba por distintos colores hasta llegar al rojo
furioso.
- Siete años Bella, siete años y
nunca fueron capaces de decírmelo.
- ¿Decirte qué?
- Maldita sea – Se paro de golpe
botando la silla al hacerlo, para luego marcharse
del lugar.
Esta vez era Edward el que había
huido….
Este es un bonus por la paciencia y también un regalo de cumple para una gran amiga!!!!
Besos
LULU XD