Entre tus alas



Bella no tenia dudas de querer a su bebe en su vida, de lo que dudaba era si quería al padre en ella.



Capitulo 3

- Perdón…¿cómo dices? – Estaba completamente segura que había escuchado mal o peor aún estaba soñando despierta.
- Que si tú te mudas a mi casa o yo me mudo a la tuya.
- ¿Es broma verdad? – Lo mire como si en aquel instante le hubiese salido una tercera cabeza o algo así.
- Nunca bromearía con algo tan serio – Y pude notar que decía la verdad en su rostro no había el más mínimo asomo de burla o algo similar.
- Apenas nos conocemos…ni siquiera se tu apellido – Trate de sonar practica, aquello era absolutamente cierto, solo conocía algunos pequeños datos y por mucho que pareciera un tipo normal, no lo podía asegurar.

- Cullen.
-¿Cullen?
- Ese es mi apellido, soy Edward Anthony Cullen, no soporto que me llamen  Eddie o Ed, soy vegetariano, mi color favorito es el azul, tengo una hermana que vale por diez y mis padres están felizmente casados. Trabajo como barman en este hotel y toco el piano desde los cinco años, es resumen soy simplemente lo que ves – No pude evitar mirarlo y darme cuenta que “simplemente” era una espectáculo a la vista - ¿Algo más que desees saber?
- Acaso piensas que con esa presentación de concurso de Belleza ya nos conocemos.
- No, pero al menos es algo ¿Qué me dices de ti?
- Bueno soy Isabella Marie Swan, todos los que me conocen me llaman Bella o Bells, mi color favorito es el morado, soy hija única y mis padres jamás estuvieron casados. Trabajo hace más tiempo del que me gustaría admitir en un bufete de abogados, en el mismo puesto y  al parecer estoy estancada. Claro el dato más importante es que a mis 30 años estoy embarazada y la situación es más similar a la que viviría una adolescente que a una mujer grande.
- ¿Eres feliz con la noticia? – Sentí toda la fuerza de su verde mirada en mí.
- Aunque no es la forma en que lo había planeado, creo que sí, aunque debo reconocer que mi instinto materno no está muy desarrollado  y ruego que en estos meses aparezca.
- Dime Bella ¿Qué quieres hacer?
- Honestamente mi plan solo consistía en decirte que estaba embarazada, no tuve tiempo en pensar en lo demás.
- Pues quiero que sepas que tienes todo mi apoyo – Tomo mi mano que descansaba sobre la mesa – No estás sola….más bien no están solos.
Simplemente no supe que decir, me agradaba la sensación de su mano sobre la mía y su mirada era tan sincera que de inmediato supe que Edward Anthony Cullen sería alguien permanente en mi vida.
Hablamos de varias cosas más hasta que note que el lugar estaba quedando vacío y los empleados nos miraban como preguntándonos si pronto nos marcharíamos de allí. No podía negar que me sentía totalmente cómoda junto a Edward, pero tampoco podía olvidar que si ahora estamos así es por mi actual estado y nada más.
- Creo que debemos marcharnos ya.
- ¿Te sientes mal? – Su rostro estaba lleno de preocupación - ¿Necesitas algo? ¿Te duele algo?
- No Edward, solo pasa que ya se ha hecho demasiado tarde y al parecer solo quedamos nosotros en el lugar.
- Debo decir que junto a ti las horas parecen minutos.
- Si claro – Mi voz estaba cargada de incredulidad.
- No lo dudes nunca, ángel.
Hizo un gesto que no logre entender del todo y me ayuda a levantarme de mi silla, caminamos en dirección a la salida, lo mire con el ceño fruncido y no pude evitar preguntar.
- ¿Acaso nos iremos sin pagar la cuenta?
- Un beneficio de trabajar aquí.
- ¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí?
- Más o menos un año, pero planeo cambiar pronto de empleo. De hecho mañana tengo una entrevista.
- Pues espero que lo logres – Lo mire por un instante – Me dejaras al menos pagar la mitad.
- La mitad de que o que.
- De la cuenta Edward.
- Por supuesto que no Srta. Swan, mis padres pondrían el grito en el cielo si supieran que mi acompañante pago la cuenta o parte de ella.
- Acaso tus padres viven en el Siglo XIX, creo que soy lo suficientemente capaz de pagar mi cuenta.
- Lo siento, pero modales son modales. Soy algo así como a la antigua.
- Pues creo que se saltaron la parte de primero te casas y luego vienen los hijos o en eso si son más abiertos.
- No lo olvidaron, pero al parecer fui yo él que lo olvido…aunque….
- ¿Aunque?
- Aunque eso tiene solución – No pude evitar notar que dejaba de caminar y lentamente estaba poniendo su rodilla en el suelo….oh no…no…no, todas las señales de alarma se activaron y aún cuando mi imaginación me llevo a pensar algo muy similar, me tense.
- ¿Qué crees que haces? Levántate del suelo.
- Isabella Swan…- Me acerque a él y puse mi mano sobre su boca, tenía la ligera intuición de lo que seguía y no quería oírlo, al menos no así debía de reconocer.
- No sigas – Quite lentamente mi mano de sus labios.
- Esta bien, pero algún día te lo preguntare – Se levanto de su posición y continuamos nuestro camino en silencio.
- Creo que tomare un taxi – Fue lo único que pude decir para romper aquel silencio y también como despedida.
- Claro que no lo harás, yo te llevo a tu casa – Aquello sonó más bien a una orden que a una pregunta, no sé muy bien que cara había puesto, pues al momento su voz se suavizo – No estaría tranquilo si te fueras en taxi, por favor.
- Esta bien Edward llévame a mi casa.

Le di las indicaciones de cómo llegar, charlamos otro rato más, me pregunto si ya me había visto un médico y le conté que tenía cita para el día siguiente, me rogo que lo dejara acompañarme y no pude decirle que no. Finalmente intercambiamos nuestros números de teléfono y correos electrónicos.
Como todo un caballero a la antigua me ayudo a bajar del auto, me pregunto en cual piso estaba mi departamento y no sé de donde salió o que oscura fuerza se apodero de mí, pero lo invita a que me acompañara hasta la puerta. Trate de justificarme diciendo que si íbamos a estar juntos en esta aventura de ser padres, lo minino que tenía que saber era donde vivía, además yo ya sabía donde él lo hacía.
- Bueno Bella, haz llegado sana y salva.
- Gracias Edward….por todo.
- Soy yo el que debo agradecerte el que me dejes estar en sus vidas – Una sombra de tristeza cubrió su hermosa mirada, pero al instante se recompuso.
-Buenas Noches – Abrí la puerta de mi departamento.
- Buenas Noches, ángel – Me dio un suave beso en la mejilla y se fue.

Aquello noche dormí profundamente  y feliz. A la mañana siguiente me levante para ir directo a la oficina, como desde hace una semana Bree o Tanya venían por mí, pues no querían que me esforzara, les explique de la manera más dulce que pude que estaba embarazada y no invalida, pero logre el mismo efecto que si se lo hubiese dicho a una pared, como era de suponer aquella mañana ambas tocaron a mi puerta, apenas pusieron un pie en mi departamento me bombardearon a preguntas, les indique que se callaran y que camino a nuestro trabajo les contaría todo.
 Eso exactamente fue lo que hice, una vez que estuvimos instaladas en el automóvil de Bree, les conté todo lo que había pasado, la reacción de Edward y su propuesta, lo encantador que fue y que como todo un caballero de reluciente armadura me acompaño hasta la puerta de mi casa.
- ¿Y no pasa nada más?
- Claro que Tanya.
- Vamos que es lo peor que te puede pasar ¿Quedar embarazada?
- Que graciosa….Bree, pero no quiero que pase nada.
- Mentirosa!!! – Gritaron ambas.
- Fue un placer…me voy a mi oficina.
- Nos vemos para almorzar – No les respondí solo moví mi mano y me fui.
Camine hasta la puerta de mi oficina, me tope con Jane la asistente de Ángela, quien me saludo amablemente.
- Buenos días Bella.
- Buenos días Jane – Mira hasta donde supuestamente tendría que estar mi asistente.
- Jessica fue transferida.
- Al zoológico – Cuando note la risa de Jane cai en cuenta que aquel comentario lo dije en voz alta, pero lo que sucedía con mi asistente es que después de meses logre que entendiera lo que le pedía, digamos que pude “amaestrarla” y ahora que lo había logrado, me la quitaban.
- No lo sé, pero descuida ya hay varios candidatos para el puesto, recursos humanos hizo una selección así que solo te limitaras a entrevistar a un número reducido. Por hoy seré tu asistente, solo me tienes que avisar cuando estés lista para las entrevistas.
- Gracias – Arregle un par de asuntos y comencé el proceso. Eso era algo que realmente me desagradaba, y teniendo en cuenta que fui yo misma quien eligió a Jessica era claro que no tenía mucha experticia en el tema.
Después de dos horas y varios candidatos estaba por dejarme vencer, algunos eran buenos, pero ninguno lograba convencerme del todo, otros simplemente no eran los adecuados.
- Solo queda uno más Bella – Levante la vista – Acá están sus referencias, aunque creo que se equivoco.
-¿Por qué lo dices?
- Con lo guapo que esta debería ir a una agencia de modelos.
- Jajajaja….dame unos minutos y te aviso para que entre tu modelo.
- Ok.
Tome la carpeta donde se encontraban sus datos, la abrí y casi me caigo de la impresión, agradecí estar sentada, nada más y nada menos que Edward Cullen era el último candidato, supe que no era una coincidencia al ver su segundo nombre y eso unido a lo que Jane me digo hacia que no pudiese ser otro que él. Mi vista se quedo clavada en un dato, mi cabeza saco las cuentas varias veces y solo llegaba a la misma conclusión siempre.
- Jane indícale al Sr. Cullen que pase – Estaba realmente furiosa por lo que acababa de descubrir, pero me contuve de lanzarle algo apenas pusiera un pie en mi oficina, oí como la puerta se abría y aparecía él. Su rostro denotaba total sorpresa por verme ahí, le indique que avanzara y se sentara.
- Bella…Srta. Swan, que sorpresa – Lo mire fijamente.
- Cuando planeabas decirme que tienes solo 24 años…

 Bueno acá les dejo otro capitulo!! Espero que les guste y les cuento que si el problema con FF sigue pues el nuevo capi lo subire acá...
Saludos XD





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