4 meses después…
Estaba sentada en el cómodo sofá
de mi nueva casa, mi mirada estaba fija en el exterior, una suave lluvia caía,
algunos corrían para protegerse, mientras otros abrían rápidamente sus
paraguas. Suspire muy audiblemente, aunque sabía que la única que escucharía
sería yo, no soportaba estar encerrada,
pero según las indicaciones que me habían dado tenía que permanecer quieta.
El problema de la inactividad es
que me hacía rememorar momentos más bellos, momentos más dulces donde todo
parecía que iba a mejorar y sentía esperanza, ahora se veían tan lejanos
aquellos días, trataba de no dejarme vencer por la oscuridad, pero a veces era
tan difícil, pues una parte muy importante de mi faltaba.
-¿Está segura doctora? – Trataba de sonar lo más calmada posible.
- Por supuesto no hay dudas – Miraba seriamente mi ecografía.
- Entonces que fue lo que paso.
- Primero debes realizarte otros estudios para asegurarnos que no existen
secuelas.
-¿Secuelas? – Fue inevitable que mi voz se elevara. Como necesitaba a
Edward a mi lado en estos momentos.
Sacudí enérgicamente mi cabeza
como si de esa forma pudiese lanzar lejos y borrar algunos recuerdos, pero era
una tarea estéril porque con la misma rapidez con que conseguía que se fueran
otros, con demasiada rapidez, ocupaban su lugar.
- Bella ya llamara – Tanya trataba de subirme el ánimo, pero no lo conseguiría
hace más de una semana que Edward se había ido y no sabía nada de él.
- ¿Quedaron en que hablarían?
- No dijimos nada, tal vez lo hace para darme mi espacio.
- ¿No fue eso lo que le pediste? – Una frase que siempre decía mi madre
vino a mi memoria “cuidado con lo que deseas, siempre se puede volver
realidad”.
Estaba realmente agotada de estar
sin moverme, había leído todos los libros que me traían a diario, sin contar
que había releído todos mis favoritos y mi vista estaba cansada de ver tantas
películas, sin contar que dormía demasiadas horas en el día. Necesitaba con desesperación hacer
algo distinto, así que tome mi abrigo, mi cartera y decidí a dar una pequeña
vuelta, caminar unos pasos no me haría nada de mal, además necesitaba comprar
varias cosas que me hacían falta y no podía seguir posponiendo aquello, esa
sería mi excusa.
Al bajar y salir de mi edificio
una ráfaga de viento me di la bienvenida, llene mis pulmones del aroma a tierra
mojada que se desprendía durante la lluvia, me sentía encantada de todas las
pequeñas cosas que me rodeaban, el sonido que durante las mañanas hacen los
pájaros, el color gris del cielo que avecina aún más lluvias, las hojas en el
suelo, los arboles con sus maravillosos tonos cafés, sonreía como una niña a cada paso que daba,
llevaba varios días sin salir y realmente mi salud mental tendía de un hilo si
no lograba apartarme de mi casa durante unas horas.
Pare un taxi antes que la lluvia que
cada vez era más fuerte me dejara empapada y como resultado tuviera que volver
a mi casa, logrando que mi pequeña escapada trajera como resultado un resfrió, no
podía darme el lujo de enfermar, no ahora después de todo lo que había pasado,
necesitaba estar más fuerte que nunca por ambos.
Le sonreí al taxista al subir y
le dije que me llevara a Madison Avenue, ese sería el lugar elegido para mis
compras. El viaje fue rápido y no me dio siquiera tiempo para pensar, apenas llegamos,
le pague al conductor, le desee un buen día y me dirigí a Macy´s, estaba segura
que allí encontraría todo lo que necesitaba. Entre y el calor me dio de lleno,
me sentí ligeramente mareada y un guardia de inmediato se acerco a mí para
ofrecerme su ayuda.
- ¿Está bien Señora? – Me tense
un poco ante el “señora”, pero me regañe por eso, solo estaba tratando de ser amable.
- Si, muchas gracias – Le sonreí
tranquilizadoramente.
- Entonces bienvenida y que tenga
un buen día.
- Gracias, para usted también.
Empecé mi recorrido por el primer
nivel, mire un par de cremas y un perfume, realmente no necesitaba con urgencia
ninguna de las cosas, pero ya que estaba ahí aprovecharía la oportunidad. Iba
camino al segundo piso, cuando pase cerca de la joyería un nuevo recuerdo llegó
hasta mi mente.
- Perdí el anillo…..maldita sea ¿Dónde está?
- ¿Qué anillo? ¿De qué hablas? Bella tranquilízate no te hace bien en
tu estado.
- El anillo que me dio Edward no está – Estaba comenzando a perder la
calma – Esta mañana lo tenía en cartera y ahora ya no está – Vacié todo el
contenido de mi bolso sobre el escritorio.
- Te dije que debías usarlo en el dedo como se usan todos los anillos –
Mire furiosa a Bree en aquel momento lo que menos deseaba era su ironía.
- Perdón, pero has revisado bien….déjame yo lo busco y tú te calmas.
- Bree, no puedo perderlo, no puedo…no ahora.
- Lo sé, cariño – Se acerco hasta mí y me abrazo.
Me lleve la mano hasta el pecho y
seguí mi camino, una de las razones de por qué salí de mi casa era para no
llenar mi cabeza de recuerdos y poder distraerme, aquello era exactamente lo
que haría. Cuando finalmente llegue sentí el llamado del departamento de
vestuario femenino y hacia allá dirigí mis pasos. Estuve ahí el tiempo
suficiente para despegar mi mente y obviamente renovar mi guardarropa.
Ya eran varias bolsas que llevaba
cargando, así que decidí que comería algo y luego me marcharía, en eso estaba
cuando una extraña sensación me recorrió la espalda, similar a un escalofrió,
me di la vuelta de inmediato esperando entender y tal vez encontrar al
responsable de aquello, pero al hacerlo no note nada fuera de lo común a mi
alrededor.
Decidí seguir mi camino olvidando
lo que acababa de pasar, pero aquella sensación al parecer se quedo instalada
en mi cuerpo, me sentía paranoica por pensar que alguien me estaba siguiendo o
algo similar, cada tanto volteaba a ver por si encontraba a alguien tras de mí
o que se yo. Estaba en una de mis vueltas cuando choque de improviso con un
hombre. Era alto, moreno y muy sonriente, pese a que acababa de golpearlo con
mis bolsas.
- Perdóneme Señorita. ¿Está bien?
– A pesar que fui yo quien choco con él, fue él quien se disculpo.
- Si, por favor disculpe no debí
darme la vuelta tan precipitada, estar en una tienda es como estar en pleno tráfico.
- Si, debe señalizar cuando piense
hacer un movimiento tan arriesgado.
- Lo siento tanto ¿lo lastime? –
Después de preguntarlo quise darme un golpe. Era imposible que yo pudiese
haberlo lastimado, era un gigante y yo apenas le llegaba al hombro. Creo que el
también comprendió lo ridícula de mi pregunta pues solo rio.
- Señorita le aseguro que no me
daño – Trataba de parecer serio, pero la sonrisa lo delataba.
- Vamos sea honesto mi pregunta
fue bastante tonta.
- Bastante, pero al menos alegro
mi día.
- Que bueno – Le sonreí, estaba
por despedirme de él cuando hablo.
- Jacob Black.
- Un gusto Señor Black – Me miro
como esperando que le dijera algo más, luego caí en la cuenta.
- Isabella, mucho gusto.
- Te molestaría que te invitara
un café.
- Lo siento llevo prisa y… - No supe que inventarle.
- Pero ibas hacia el área de
comidas ¿verdad? – Que observador, podía mentirle, pero era sabido que era una
muy mala mentirosa.
- Si.
- ¿Entonces…aceptas?
- No, lo siento Señor Black
prefiero estar sola.
- Lo supuse – Tomo mi mano, se la
llevo a los labios dejando un pequeño beso y se fue.
Lo quede mirando un momento hasta
que emprendí mi marcha, había estado tan pendiente de encontrar a quien según
yo me seguía que no vi que estaba en el departamento de bebes y niños. Sentí
como se formaba un nudo en mi garganta y contuve las ganas de llorar, pero hice
uso de todas mis fuerzas aquel no era el momento ni el lugar.
-¿Qué quieres hacer Bella? – Estaba parada frente a la ventana mirando
sin ver nada, con las manos sobre mi vientre.
- Hundirlos a todos, uno por uno – Mi voz sonaba incluso para mi
extraña, estaba llena de dolor y resentimiento por todo lo que había tenido que
vivir esas ultimas semanas.
- Acaso planeas vengarte Bella…tú no eres así, piénsalo bien – Mi amiga
sonaba preocupada.
- No es venganza Bree, es justicia – La mire a los ojos para dejarle
clara mis intenciones.
Había perdido por completo el
apetito, así que solo fui a la cafetería por un vaso de leche caliente para
marcharme de toda la alegría que sentí por estar fuera y olvidar algunas cosas,
ya no quedaba nada. Como iba bastante cargada un guardia se ofreció a pedirme
un taxi, una vez listo abandone el lugar y nuevamente la sensación de ser
observada invadió mi cuerpo, antes de subir mire a los alrededores y de nuevo
nada fuera de lo común.
Al llegar a mi casa ya no llovía
y unos pequeños rayos de sol luchaban por colarse entre las nubes negras, el
chofer muy amablemente me ayudo con las bolsas dejándolas cerca de la entrada,
estaba buscando las llaves en mi bolso para abrir la puerta, cuando sentí una
mano sobre mi brazo. De inmediato estas cayeron de mi mano y estaba a punto de
gritar pero vi quien era.
- Edward.
-
Buenos días Isabella – Se veía tan distinto, algo en su mirada me hizo
querer huir de su toque.
- ¿Cómo? ¿Qué haces aquí? – No respondió,
su mirada estaba clavada en mi vientre – Yo….quise…intente…tú no estabas.
- ¿Cómo pudiste? – Su voz y su
mirada estaban tan cargada de dolor que supe que ese era el golpe final para
una separación definitiva.
- Trate de buscarte, verte pero
no pude….me – Un fuerte dolor en mi vientre hizo que botara las bolsas que
llevaba en mis manos
- Mentirosa…sabes lo que sufrí,
tienes una idea…te amaba tanto que me cegué.
- Por favor…no ahora…no –Me costaba
hablar y me inundo el pánico cuando sentí un liquido corriendo por mis piernas.
- ¿Qué te sucede? Estas pálida –
Su vista estaba clavada en mi y se notaba tan preocupado.
- Edward, llama una ambulancia…acabo
de romper fuente.
Supongo que este capítulo será algo así como WTF XD….Bella sigue embarazada, para quienes puedan tener
dudas y decidir que esto es demasiado fantasiosos, les cuento que tanto este capítulo
como el anterior están basados en un par de artículos y casos de negligencia médica
donde les decían a las madres que habían perdido a su bebe cuando no era cierto,
de hecho el que más rabia me provoco al leer fue él de un doctor que confundió las
fichas y dio información errada a dos parejas. Así que decidí incluir esto en mi historia, es
más fueron uno de los motores que hicieron que empezara a escribirla.
Espero como siempre sus
comentarios, sugerencias, criticas, observaciones y todo lo que quieran…siempre
con respeto.
Besos
Lulu XD