Capitulo 13
Cuando Edward entró con Bella en
sus brazos a la habitación un halo mágico los rodeo. Sus miradas estaban
entrelazadas y no se separaban en ningún momento, incluso cuando él la dejo
suavemente de pie en el medio de la habitación.
Bella estaba completamente segura
del paso que estaba a punto de dar, pero aquella certeza no hacía desaparecer
de su estomago las mariposas que le revoloteaban dentro. Edward acaricio
dulcemente su mejilla podía sentir como se estremecía por su toque, mientras
ella solo cerraba sus ojos para sentirlo.
Sin necesidad de preguntárselo él
ya sabía que ella era virgen y aquello le provocaba una muy egoísta felicidad,
sin poder evitarlo se pregunto que de bueno había hecho en su vida para
merecerla, era el regalo más hermoso que alguna tuvo y haría lo que fuera por
retenerlo a su lado. Bajos sus manos tocando dulcemente los brazos cubiertos de
Bella, luego con dos dedos levanto su rostro y espero hasta que ella abriera
sus hermosos ojos chocolates.
- Esta también es mi primera vez
– Bella lo miro como si no entendiera lo que le acababa de decir.
- ¿Cómo?
- Nunca había estado en la
intimidad con la mujer que amo Bella.
- Tú…me amas – Su voz fue apenas
un suave murmullo.
- No sé cómo ni cuándo, pero pese
a tú advertencia – Le dio un beso en la punta de su nariz – Te amo Isabella.
- Bella…dime Bella, Isabella no
existe, no ahora, no entre nosotros – Una solitaria lagrima recorrió su
mejilla.
Edward la limpio con sus labios,
sin entender muy bien el por qué la pena de Bella, pensó preguntárselo, pero al
sentir como ella se aferraba a su pecho abrazándolo por la cintura, olvido
incluso su propio nombre.
- Dímelo de nuevo por favor – Le
susurro ella aferrado a su pecho.
- Te amo…Bella – Busco sus labios
y dejos suaves besos en ellos – Nunca me pidas por favor que te diga lo que
amo. Lo hare hasta el final de nuestros días.
Aquello hizo que Bella sintiera
que nuevas lágrimas lucharan por salir, de alguna manera lucho para mantenerlas
a raya. Estaba viviendo un sueño y no pensaba arruinarla con tristezas, ya
tendría tiempo para eso, pero ahora solo quería entregarse al hombre que amaba
y que por algún milagro del destino le correspondía.
Miro fijamente a Edward como
tratando de transmitirle sus intenciones sin decir palabra alguna. Él no
necesito nada más para saberlo y seguir adelante.
Se separo tan solo unos
centímetros de ella con la intención de quitarle la chaqueta que aún cubría su
cuerpo, al hacerlo esta se deslizó por sus hombros y cayó al suelo, luego hizo
lo mismo con la suya propia, lanzándola lejos de su alcance.
Tomo el rostro de Bella y la
beso, sus manos bajaron hasta su cintura y la aferro, acercándola aún más a él,
provocando con esto que ella notara su excitación, mientras la besaba noto como
un jadeo escapaba de sus labios, eso sonido estuvo a punto de hacer que Edward
perdiera su autocontrol, pero se contuvo ella merecía todas las atenciones del
mundo y que esta noche fuera inolvidable.
La guío hasta quedar a los pies
de la cama. Sus labios nunca abandonaron su cuerpo y luego de consentir su
boca, bajo hasta su cuello dejando un reguero de besos. Sintió como una de las
manos de Bella se perdía en sus cabellos y de alguna manera más a su piel.
Edward aspiraba el olor de ella y
que tanto lo enloquecía, sus labios ya bajaban hasta su clavícula no quería
dejar ningún espacio sin besar, sin tocar, sin sentir, se sobresalto un momento cuando sintió la
mano de Bella acariciar su pecho y luego desabotonar su camisa.
- Quiero tocarte – Fue la
respuesta a la pregunta muda de Edward.
- Entonces no te detengas – Se
quedo un momento quieto hasta que Bella abrió el frente de su camisa y luego la
quito de su cuerpo.
- También puedes tocarme tú si lo
deseas – Edward se sorprendió ante aquella invitación. Por supuesto que deseaba
a Bella, cada fibra de su cuerpo lo hacía, así que simplemente hizo lo que ella
y su cuerpo le pedía.
Tomo el borde su vestido y lo fue
levantando suavemente quedando maravillado por cada porción de piel que quedaba
al descubierto, aprovechando de dejar caricias en ella. Bella levanto sus
brazos para hacer más sencilla la tarea de verse liberada de su ropa. Cuando
finalmente lo logro Edward la abrazo para sentirla, para tocarla, para de
alguna manera transmitirle todo su amor.
- Eres hermosa Bella y eres mía.
-Solo tuya Edward – Bajo las
manos hasta el pantalón de Edward para ayudarlo de las misma manera que él lo
había hecho con su vestido, pero estaba tan nerviosa que no lograba quitarle el
cinturón.
- Tranquila, yo lo hare – Y una
velocidad que no parecía humana quedo solo en su ropa interior.
La cargo suavemente para dejarla
sobre la cama, aquello no era necesario, pero era imposible para él no tener
contacto con la piel de Bella, luego de dejarla ahí se dirigió hasta sus pies
para comenzar un nuevo camino de besos por todo su cuerpo hasta llegar al lugar
exacto donde pronto unirían. Su boca recorrió sus muslos y una de sus manos
toco el trasero de ella para levantarlo levemente y quitar la prenda que cubría
su mayor tesoro.
Bella se sobresalto cuando entendió
lo que Edward haría, instintivamente llevo sus manos para cubrirse, él las beso
y suavemente las quito de ahí.
- Déjame amarte así, será mejor
si lo hago así…confías en mi.
- Con mi vida – Dejo sus brazos a
los costados y lo dejo ser.
- Te amo.
La boca de Edward llego hasta aquellos
labios que ganas habían sido tocados ni besados, la impresión de aquella
sensación tan extraña hizo que arqueara su espalda y soltara un gemido.
Mientras sentía como la lengua de él la recorría y la succionaba, luego sin
terminar de salir de su asombro sintió un dedo introducirse en su cuerpo,
entraba y salía una y otra vez de ella, luego se quedo un momento acariciándola.
Bella sentía que su cuerpo ya no
le pertenecía, la lengua y los dedos de Edward la estaban llevando al borde de
la locura, nunca en toda su vida había experimentado aquello y lo único que hacía
era gritar el nombre de él y llevar sus manos hasta sus cabellos.
- Edward….quiero…quiero…- Pero no
sabía qué era lo que quería.
Edward de alguna manera entendió lo
que necesitaba y la penetro con dos de sus dedos, encontró el botón del placer
y comenzó a jugar con él, hasta que sintió como el cuerpo de ella se
convulsionaba y finalmente estallaba. Bebió hasta el último de sus jugos y
luego subió hasta encontrar sus labios y besarla.
- Te amo Bella…tanto – Beso –
tanto – Los brazos de ella se elevaron hasta su cuello y profundizo mas el
beso.
Sintió como la mano de Edward
bajaba hasta sus pechos y los acariciaba hasta que sus pezones quedaron duros a
su tacto. Luego los masajeo y los toco con sus labios, lamiendo y jugando con
ellos con su lengua que se enroscaba alrededor de aquellos montes.
Una de las manos de Edward volvió
a tocar su vagina y noto que nuevamente estaba lista para él. Nuevamente
introdujo un dedo, necesitaba que ella estuviera relajada para la intromisión
que estaba por venir.
- Amor esto te dolerá, pero hare
todo lo que esté a mi alcance para que sea lo menos posible – Ella solo asintió.
Edward se poso en su entrada y para relajarla aún más beso
sus labios a medida que se introducía en ella, lo hizo suavemente para que poco
a poco su cuerpo se fuera acostumbrando a aquella invasión. Cuando noto que
llegaba a la barrera de su virginidad hizo que su beso fuera más profundo y de
una solo embestida la traspaso.
Por un momento Bella se tensó, un
dolor extraño y desconocido la embargo, respiro con dificultad y luego de una última
inspiración dejo de sentirse incomoda por aquella invasión. Edward dejo de
moverse hasta esperar que ella le permitiera seguir. Bajo su mirada hasta ella
y cuando vio una pequeña sonrisa formarse en sus labios decidió seguir.
Entraba y salía de ella,
sintiendo que ese era su lugar, nunca en su vida se había sentido tan feliz y que todo era tan
perfecto. Quería que aquella unión fuera eterna, seguía entrando y saliendo de
ella, quería llevarla al éxtasis. Acaricio su cuerpo como venerándola.
Bella se sentía
en el cielo, Edward la complementaba y la estaba volviendo loca de
placer. Sintió como sus paredes de se tensaron alrededor de su miembro y supo
que estaba muy cerca, cerca de algo único. Una última estocada y ambos gritaron
hasta secar sus gargantas.
Edward se desplomo unos instantes
sobre ella, luego cambio su posición aferro fuertemente su cintura y la dejo sobre
su pecho. Le susurro al oído cuanto la amaba y ella sonrió contra su piel . Se
durmieron abrazados sin importar nada más que el amor que sentían.
Oh si es un poco cortito el capitulo, pero espero que les guste!!!!
Espero sus comentarios y prometo en la semana subir otro XD
Besitos