Capitulo 14
La madrugada fue la más agitada y
perfecta que alguna vez ambos tuvieron, Bella despertó a Edward con suaves
besos en su pecho que no solo lo despertaron a él sino que también su deseo por
la mujer que estaba en sus brazos.
Aprendieron nuevas formas de
amarse y entregarse al placer que sentían con su unión. Edward deseaba que todo
fuese perfecto, meterse hasta bajo la piel de Bella y hacerla una adicta a él,
su sentimiento era egoísta, pero necesitaba que ella lo amara de la misma forma
que él lo hacía. No quería obligarla, mas le dolía un poco no escuchar aún un
“Te amo” de sus labios. Él casi se lo había gritado, ella solo se mostro
sorprendida, tal vez necesitaba tiempo para poder expresar con palabras lo que
su cuerpo y su alma ya gritaban con
certeza absoluta, que Bella era suya y que aun sin decirlo ella lo amaba.
La abrazó con más fuerza,
enterrando su nariz en su cuello, inhalando su adorado aroma, acababa de
hacerle nuevamente el amor en la alfombra, al parecer no quedaba lugar en todo
la habitación donde no la hubiera tomado. Después de comer partirían rumbo a su
departamento donde pensaba tenerla hasta muy entrada la noche del domingo.
Vio a Bella que dormía
plácidamente en sus brazos, debía de reconocer que no le había dado muchos
momentos de respiro, pero al parecer a ella aquello no parecía molestarle en lo
absoluto, pues de la pasividad de la primera vez paso a un entusiasmo
excepcional para entregar y dar placer. Mirándola recordó la inminente partida
de ella, no habían hablado nada de eso, pero él quería que se quedara, quería
conocer a su familia, quería hablar con sus padres, quería hacer todo lo que se
supone se hace cuando se tiene novia y se ama, hacer todo aquello de lo que
siempre huyo, ser un novio.
Oyó unos suaves toques en la
puerta, con suavidad tomo Bella y la llevo hasta la cama, luego se puso una
bata y abrió, sabía que era la comida que había pedido hace unos momentos,
cuando el encargado empezaba a mover el carrito para dejarlo en algún lugar, él
se lo quito de las manos, nadie podría ver a Isabella casi desnuda y solo
cubierta con una sabana, solo él.
- Gracias – Lo miro por un
momento, él pobre hombre se asusto y solo atino a hacer un asentimiento de
cabeza y marcharse a toda velocidad.
Cuando miro hasta la cama vio
como Bella se estiraba para desperezarse ni siquiera noto que la sabana ya no
la cubría y él tenía una excelente visión de sus pechos. Tuvo que contenerse de
no abalanzarse sobre ella para lamerlos y chuparlos como lo había hecho hace
unas horas atrás. Al parece ella noto su mirada pues disimuladamente los tapo
nuevamente y luego le sonrió.
- Huele delicioso – Edward se
acerco hasta ella y beso su cuello.
- Muy delicioso – Le dio una
mordida.
-Edward…yo te…- Busco su mirada –
Tengo hambre.
- Pues entonces aplacare mi
hambre de ti y la sustituiré por comida – Tomo su mano para ayudarla a
levantarse, cuando vio que Bella trataba de anudarse la sabana para tapar su
cuerpo, Edward no lo permitió la tomo y
la lanzo lejos – No de eso nada, comeremos como Dios nos trajo al mundo – Él
también lanzo su bata para que ambos estuvieran en igualdad de condiciones.
Bella no pudo evitar sonrojarse,
era tan hermoso y su cuerpo era de infarto, no podía dejar de mirarlo, además
pudo comprobar que Edward se sentía cómodo estando con o sin ropa por lo que
presintió que durante el resto del fin de semana la ropa sería muy poco
bienvenida.
Sintió como sus manos se
aferraban a su cintura cuando se acercaban a la mesa, Edward se sentó en la
silla y se encargo de acomodar a Bella en su regazo, aquella fricción de piel
era erótica y excitante. Presintió que aquella comida sería muy corta.
- Ahora come amor, necesitas
renovar energías.
- No lo dudo.
Edward la trato como una niña
pequeña dándole pequeñas porciones de comida en su boca, cuando quedaba restos
en sus labios los limpiaba con su propia boca y bebió de ella el suave vino que
pidió trajeran, aquello no solo fue un festín para el paladar, sino que también
para los sentidos.
Una vez que no quedo nada en sus
platos, la llevo hasta el baño para ayudarla con su ducha, saldrían pronto del hotel, pero Edward
prometió volver, si pudiera compraría aquella cama y la transformaría en su
santuario.
- Edward como pretendes que
termínenos pronto si no dejas de tocarme – Bella lo miro tratando de parecer
enojada.
- Eres una tentación constante,
nunca había amado a nadie como te amo a ti Bella – Ella no respondió, pero se
aferro con fuerza a su cuerpo y lo beso.
Casi una hora después y muy a
regañadientes lograron prepararse para abandonar el hotel, se dirigieron a la
salida donde el auto ya los esperaba ahí. Como era propio en Edward la ayudo a
subir, claro que también la beso como si llevara horas sin hacerlo, una vez
acomodada ella, él subió.
- ¿Dónde vamos? – Bella no sabía
a ciencia cierta si Edward la llevaría o no a su departamento.
- A casa – Fue la simple
respuesta, que ganas que aquello fuera verdad pensó Bella, que después de vivir
su luna de miel junto al hombre con él que se caso de corazón ahora fueran a su
casa, pero no era cierto, tal vez por un par de horas se permitiría vivir esa
verdad junto a Edward, mas inevitablemente llegaría el momento de partir.
Estuvo durante horas debatiendo
con ella misma sobre qué era lo que debía hacer y como siempre la respuesta fue
inevitable, debía volver a su casa y cumplir con el destino que había sido
elegido para ella, casarse con Emmett, tal vez para alguien que escuchara su
historia lo que hacía era ser un cobarde que no luchaba por lo que amaba, pero
ella más que cualquiera sabia de lo que su “prometido” era capaz.
Todavía recordaba cuando a pocos días
de que sus padres le hablaran de su compromiso este fue muy claro al decir que si intentaba
romperlo por cualquier motivo, ella y su familia lo lamentarían, él tenía el dinero, las influencias y la
paciencia necesaria para destruirlos si las cosas no salían como esperaba. Por
varios meses pensó que aquella amenaza fue solo una muestra de poder que no pasaría
más allá, pero pudo comprobar que no era así, cuando su amigo Mike Newton tuvo
la pésima idea de confesarle su amor en un cuarto lleno de gente, para todos era
la demostración del primer amor, para ella fue una vergüenza sin límites, pero
para la familia Newton significo la ruina, de alguna manera desde aquel día todo
fue cuesta arriba para ellos hasta quedar sin ningún peso, cuando Bella pensó que
todo era productos de malos manejos y negocios sin sentido Emmett se encargo de
aclararle que eso solo era una pequeña muestra de lo que era capaz. A él no lo movía
el amor, eso lo sabía, lo movía el orgullo y el hecho de saber que siempre obtenía
lo que deseaba.
Un grupo muy reducido conocía del
compromiso de Isabella Swan y Emmett McCarthy, pero aquello estaba por cambiar
pues una vez que ella volviera a su vida, aquella noticia sería conocida por
toda la alta sociedad en una fiesta donde todo comenzaría.
Edward noto que Bella estaba muy
pensativa y que aquello sonrisa radiante que había visto en ella, ya no estaba,
disminuyo un poco la velocidad, pese a querer llegar pronto a su casa, tomo su
mano y se la llevo a los labios. Noto como ella se sobresalto por aquel gesto, luego
le regalo una hermosa sonrisa, pero pudo notar que aquella felicidad no le
llegó a los ojos.
- ¿Todo bien amor?
- Si, perfecto.
- Te noto pensativa – Trato de
mirarla de reojo, pero como debía estar atento a la carretera no logro hacerlo
del todo bien.
- Pensaba en que estos han sido
los días más maravillosos de mi vida, nunca podre olvidarlos Edward, han sido
un sueño hecho realidad.
- Pues me dedicare a llenar tus días
de momentos felices.
Bella no digo nada, como podría decirle
que luego de este fin de semana ella partiría, volvería a su vida y desde ahí ya
nada sería igual, aun una parte de ella esperaba poder tener un par de días más
junto a él, mas sabia que aquello inevitablemente se transformaría en otro y otro hasta que Emmett apareciera y
arruinara todo, no lo podía permitir y si en ella estaba impedirlo lo haría.
- Bella quiero hablar contigo
cuando lleguemos.
- ¿De qué? – Había escuchado que quería
hacerlo una vez que llegaran, pero no pudo evitar tratar de averiguarlo antes.
- A su debido tiempo.
- Yo pensé que lo que menos haríamos
seria hablar – Le dedico una mirada coqueta, hace unos días jamás se creyó
capaz de lanzar este tipo de indirectas, pero con él todo era distinto.
- Pequeña bruja, no sé que me has
hecho pero me tienes totalmente hechizado.
-Amarte Edward, eso es lo único
que he hecho.
Edward casi pierde el control del
auto al escuchar aquellas palabras. Acaso ella le estaba diciendo que lo amaba,
freno en medio de la carretera y la tomo en sus brazos hasta dejarla en su
regazo.
- Que acabas de decir – Su mirada
era intensa.
-Que te amo Edward, te amo desde
el primer momento en que te vi hace tantos años, tocando aquel piano. Eres y será
mi sueño, el amor de mi vida – Tomo su rostro entre sus manos para que no
dejara de mirarla – Nunca lo olvides Edward, yo te amo, sin importa que pase
con nosotros. Te amo.
- Nunca te dejare ir Bella, nunca
– Unió sus labios a los suyos en un beso suave y lleno de amor. Cuando sus
manos comenzaron a explorar el cuerpo suave de ella, un bocinazo los saco de su
ensueño.
- Creo que debes moverte – Le digo
Bella con una sonrisa. Mientras Edward trataba de pensar en cualquier cosa
menos en el cuerpo que tenía tan cerca.
- También debes moverte tú –
Ambos rieron para luego Bella volver a su sitio.
El resto del camino hablaron de
todo y de nada aprendieron a conocer del otro pequeños detalles, como el color
favorito de cada uno, fechas importantes de sus vidas y solo un poco de sus
familias. Bella agradeció que llegados a ese punto ya estuvieran en el
departamento de Edward, razón por la cual la conversación paro y el aire de
camino hasta la puerta del departamento de Edward se lleno de erotismo y
anticipación.
Sin que se lo esperara Edward
alzo a Bella al estilo novia para entrar, ella se aferro con fuerza a él y
antes de ser suavemente depositada sobre un sofá le dio un beso en la punta de
la nariz. Miro a su alrededor todo el lugar era una extensión de él, elegante y
bello, colores sobrios cubrían las paredes y por supuesto un precioso piano de
cola, cerca de uno de los ventanales que permitían ver la ciudad en todo su
esplendor. Pudo ver también que había una pared llena de discos y un equipo de música
de última generación empotrada en ella. Luego su mirada volvió a aquello
maravillosos ojos verde que la observaban con curiosidad y amor.
- Te amo.
- Yo igual, es por eso que quiero
hablar contigo – Se sentó a su lado – Recuerdo que cuando nos conocimos me
dijiste que tu estadía en Nueva York seria solo por unas semanas, las cuales si
mis cálculos no me fallan están prontas a terminar.
- Así es – Bella no quería hablar
de eso, no ahora cuando el tiempo parecía tan preciado entre ellos.
- Bella quiero que vivas aquí, en
esta ciudad, hare todo lo que esté a mi alcance para que puedas seguir con todo
lo que querías hacer al lugar donde pensabas volver, pero junto a mí. Hablare
con tus padres con quien sea para que no nos separemos.
- Oh Edward – Se lanzo a sus
brazos y a sus labios. No lo dejo seguir hablando, no podía oír como él le
mostraba una vida que no podría vivir, prefería besarlo usar las horas que les
quedaban juntos en memorizarlo, cada parte de su cuerpo, el tacto de su piel,
su aroma tan único, todo él.
Luego de su muy acalorada sesión
de besos, Edward decidió que sería una buena idea que comieran algo ya que en
el hotel fue más bien ligera su cena. Cuando trato de apartarla un poco ella
solo refunfuño y se aferro con más fuerza a su cuerpo, aquello estaba haciendo difícil
mantener la idea que tenia, pero debía ser fuerte pues una vez que comieran no
pensaba dejarla salir de su cama en varias horas.
- Amor debemos comer algo – Le digo
entre sus besos mariposa que dejaba por todo su cuello.
- No quiero – Sonaba como una
niña consentida.
- Vamos solo algo y después será todo
tuyo.
- Lo prometes – Alzo su cabeza que
estaba en su hombro para mirarlo fijamente.
- Palabra de honor – Beso su
frente.
Edward se levanto y se fue hasta
la cocina en busca de la comida que le había pedido a su cocinera preparar, le
indico que quería algo sencillo que solo necesitara recalentar y listo. Estaba preparándolo
todo cuando una melodía proveniente de la sala comenzó a sonar, cuando llego
hasta el umbral de la puerta supo que canción era y al ver a Bella con aquella
sonrisa se olvido incluso de su nombre.
- Dijiste que te gustaba verme
bailar – Feeling Good de Muse lleno
el ambiente por completo.
Se acerco a él y le indico que se
sentara. Luego se separo unos pasos y comenzó lentamente a quitarse su vestido,
primero bajo un tirante y luego otro. Se mordió el labio cuando ambos ya no
tocaban sus hombros.
Lentamente comenzó a bajar su
vestido dejando poco a poco su piel libre de aquella tela, cada porción que era
revelada provocaba un estallido de éxtasis en Edward, cuando finalmente llego a
sus caderas, de un suave y firme tirón cayó al suelo.
Salió del círculo que formo el
vestido y quedo frente a él en ropa interior. Iba a sacarse ahora sus zapatos,
cuando él se lo impidió. La abrazo por atrás para impedírselo y que sintiera
las huellas de su excitación. Introdujo su mano por bajo la ropa interior y comenzó
a dar suaves masajes a su monte, luego uno de sus dedos llegaron hasta el botón
de su placer. Cuando lanzo el primer gemido de placer. Se la llevo corriendo a
su habitación, olvidándose de la comida y cualquier otra cosa por varias horas.
Bella despertó con una sonrisa de
oreja a oreja junto a Edward que se veía maravilloso dormido. Acaricio con
suavidad su rostro, para luego levantarse lenta y suavemente para no
despertarlo, planeaba hacer el desayuno para ambos, luego de que su cena fue
cambiada para satisfacer un tipo distinto de hambre, se sonrojo ante aquel
pensamiento y también por todas las cosas que le permitió le hiciera.
Iba rumbo a la cocina cuando vio
que tirado en el medio de la sala estaba su bolso, se acerco a recogerlo y
aprovechar de revisar si tenía alguna llamada, cuando tomo su celular su
corazón dejo de latir por un momento, la pantalla se señalaba que tenía un
mensaje de Jane, por un instante se negó a abrirlo, pero recordó que su amiga
le había prometido que solo lo haría cuando hubiera verdadero peligro, se
obligo a respirar y calmarse, tal vez solo era un mensaje de Feliz cumpleaños,
bien sabia que no, mas necesitaba engañarse unos momentos más antes de verlo.
Tras una fuerte inspiración lo
hizo las palabras eran claras
“B debes volver todo descubierto SOS…J”
Bella no pudo evitar llorar,
porque nadie le digo que hasta los cuentos de hadas tienen un final y el suyo
acababa de escribir su última línea junto a su príncipe azul.
Hola primero que todo perdón por la tardanza, pero me costó horrores
hacer este capítulo creo la inspiración y el tiempo se aliaron en mi contra!!!
Como pueden leer estamos en un punto de cambios. Digamos que aquí se
cierra una parte de la historia desde el próximo todo cambia y el pasado de
ambos vuelve.
Besos
Lulu XD