La comezón del séptimo año - Cap 5




Capitulo 5

Todo lo que hago lo hago por ti

“…Dime que tú sientes mi calor
Nada quiero más que tu amor.
Luchar por ti, sufrir por ti
Morir así, morir por ti.
Sabes que si
Todo lo que hago, lo hago por ti”



Un silencio incomodo lleno el lugar, varios se quedaron mirando a Victoria quien trataba, sin mucho éxito, disimular una sonrisa mientras James se comportaba como si nada acabase de suceder.


Bella presiono con fuerza la mano de Edward, quien estaba por saltar en contra la pelirroja por aquella indiscreción, iba a responderle cuando su mujer se le adelanto, pues de alguna manera la pregunta iba dirigida a ella. 



-  Lo siento Victoria, pero me parece de pésimo gusto que recuerdes algo tan doloroso para mi marido, pues para tú información Jane “perdió” al bebe o al menos eso hizo creer cuando no logro realmente embarazarse y su mentira iba a hacer descubierta – De inmediato la sonrisa de la Victoria desapareció.

- Además entre mi mujer y yo no existen secreto, ella sabe toda mi historia con Jane y todas sus mentiras – Edward entrelazo con mayor fuerza la mano de Bella y la beso.

Nadie más hablo del tema, pero toda la camaradería que existió momentos antes desapareció por aquel comentario tan mal intencionado. Aquello sirvió también para que tanto los Swan como los Cullen se hicieran una idea de sus nuevos socios, lo lamentable fue darse cuenta que la impresión no fue en lo absoluto buena.


Luego de una comida que para todos fue casi eterna, se despidieron y cada uno tomo rumbo a sus casas. Tanto Bella como Edward se fueron en silencio pensando en la que acababa de suceder, ninguno comentó nada aunque conociéndose como lo hacían sabían lo que el otro pensaba.

Al llegar fueron a ver a sus hijas a sus cuartos, les dieron el beso de las buenas noches pues ambas estaban profundamente dormidas, hablaron luego unos instantes con la niñera y se fueron a su alcoba, donde una vez preparados se acostaron y se durmieron abrazados como cada noche.


Pasaron el fin de semana en familia junto a sus pequeñas, aprovecharon todo el tiempo que tenían entre películas y juegos. Aquellos eran los momentos que mas amaban, cuando compartían en familia. Como era el lema de Edward el día para sus hijas, pero la noche siempre será para su mujer.


Ya era lunes y aquella mañana Bella iría a la empresa y pese a que una pequeña parte de Edward no le gustaba del todo la idea, pues podría apostar que James trataría de pegársela a su mujer y no dejarla en paz, la otra parte, menos egoísta, se sentía feliz de tenerla de nuevo junto a él. 


Llegaron tomados de la mano y Edward decidió no separarse de ella, una vez en la oficina de Bella esta lo miro interrogativamente al ver que no se marchaba, solo obtuvo por respuesta un apasionado beso de su marido.

- ¿Y eso? – Le pregunto Bella una vez que sus labios se separaron.

- Solo que te amo, nada más – Ambos se sonrieron – Voy por unos papeles y vuelvo…extráñame.

- Siempre.



Bella aprovecho de revisar varios documentos, dado que no trabajaba en la empresa a diario ella y que desde que nacieron sus hijas solo se encargaba de un par de negocios, los cuales podía seguir haciendo desde su casa, no había trabajo acumulado. Estaba parada frente a ventanal de su oficina leyendo unos contratos, cuando unas conocidas manos aferraron su cintura y luego comenzaban a subir por todo su cuerpo.

- ¿Qué haces Cullen? – Le pregunto en un murmullo.

- Nada solo admiro el paisaje – Le respondió muy cerca de su oído – Y también lo toco.

- Estamos en la oficina Edward – Apenas le tomo atención y dejo los labios en el cuello de su mujer – trabajo…mmmmm….trabaj – No pudo terminar de hablar, pues la mano de su marido estaba acariciando suavemente uno de sus pechos.


Iba por el otro cuando sintieron que tocaban la puerta. Bella de inmediato se separo de Edward, mientras este se quedaba de espaldas a la ventana tratando de inventar formas para que su excitación no fuera tan notoria. 


Momentos después cuando ambos estuvieron presentables, o al menos Isabella lo estuvo le indico a quien tocaba que pasara.

- Bella, Buenos días – Era Victoria – Oh Edward aquí estas, te he buscado por todas partes, creo que olvidaste nuestro encuentro diario.

- Buenos días Victoria – Bella le respondió el saludo y trato de no caer en el juego de aquella mujer que con sus comentarios fuera de lugar siempre trataba de aparentar que su relación con Edward era más estrecha.

- Edward ¿te parece que nos reunamos en tu oficina?

- Victoria – Dio un suspiro – Ahora estoy en algo muchísimo más importante para mí, además creo que ya no necesitas saber nada más del manejo de la empresa y en caso de duda, bien podrías preguntarle a tu marido quien ya parece haberse habituado.

- Esta bien – Le dio una falsa sonrisa – Una última cosa. Lograron el préstamo del banco, tú sabes lo importante que es para nuestra empresa.

- Está en estudio – Bella se quedo mirando a su marido con cara de no entender a que se refería con aquello.

Victoria se fue de su oficina y Bella se levanto de su lugar para encarar a Edward, quien tenía la vista clavada en la puerta como si de alguna forma su mirada pudiera darle una lección a esa mujer.

-¿Qué quiso decir?

- Amor, esta noche, te lo diré todo – Beso su frente y salió de la oficina.



El resto del día ambos la pasaron en tensión Bella por saber que algo le estaban ocultando y Edward por saber que se venía un enfrentamiento con su mujer, para él la información que selectivamente había omitido no era gran cosa, mas sabía que ella tal vez no lo vería de la misma forma.


Una vez hecha todo su rutina nocturna y ya ambos en su cuarto, Bella se quedo mirando a su marido esperando que comenzara a hablar, al ver que no lo hacía le pregunto:

- ¿Y bien?

- Bueno, quiero que entiendas que no te oculte nada solo que…..bueno no pensé que era necesario. Además me entere hace muy poco tiempo. La razón porque nuestros padres decidieron buscar nuevos socios se debe a que la empresa ha estado pasando por cierto problemas. Los problemas económicos en algunos países europeos y la misma situación norteamericana han causado que ciertos negocios no resultaran del todo exitosos, es por eso que para evitar una crisis mayor hemos decidido pedir prestado al banco, solo como medida de precaución.

- ¿Medida de precaución? Con quién crees que hablas Cullen, con tu madre, se lo que un préstamo bancario significa, no es por precaución, sino por qué sucede algo más.

- Bella todo está bien.

- No me mientas, sabes que no lo soporto – Se acercó hasta su cama – Y hace unos días ambos nos vanagloriábamos de que no nos ocultábamos nada. Como debe de haberse reído Victoria de nosotros, sabiendo que tú me ocultabas algo.

- No quise ocultártelo.

- Pero tampoco quisiste decírmelo. En las buenas y en las malas Edward.

Bella no podía dejar de observar a Edward, la rabia que hace apenas unos segundos la consumía había dado paso a la tristeza y la desazón.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? – Sentada en la orilla de su cama sentía su cuerpo en total tensión mientras esperaba su respuesta.

- Amor yo…- Levanto su mano intentando frenar sus palabras de amor.

- Evita todo el discurso del amor y dime porque.

- No quería que te preocuparas – Su mujer cerró los ojos en señal de que aquella no era en absolutos la respuesta que esperaba – Entiéndeme Bella no soporto que algo, por muy mínimo que sea te perturbe, prometí protegerte  y lo cumpliré hasta el final.

- ¿Llamas a lo que hiciste protección? – Ella se llevo las manos a la sien tratando de que por arte de magia desapareciera el dolor de cabeza – No soy tu hija Cullen, soy tu mujer.

- Lo sé – Se agacho hasta quedar a su altura en la cama y tomar sus manos entre las de él – Pero aun cuando seas mi mujer, el amor de mi vida, mi compañera. Si está en mis manos evitarte dolor lo hare, sin importar nada…todo lo que hago lo hago por ti.

- Incluso mentirme – La mirada chocolate de Bella choco con la verde de Edward – Lo siento, pero no puedo entenderte – Quito bruscamente sus manos del contacto con su marido.

- Pero puedes perdonarme – Acaricio suavemente su mejilla y coloco un mechón de pelo tras su oreja – verdad amor.

- No – Edward quedo estático en tú lugar al escuchar aquella palabra de sus labios – No me mires así. Sabes que terminare haciéndolo, pero hoy no.

- ¿Qué haremos entonces?

- Yo me dormiré acá – Le indico su cama – y tú…dormirás allá – Su dedo le mostraba un lugar fuera de su habitación.

- Pero, sabes que no puedo dormir sin ti, sin tu aroma – Bella se levanto en silencio y se quito la blusa. Luego se la lanzó

- Abrázala tal vez así puedas dormir – Y sin volver a mirarlo entró al cuarto de baño.



Aun cuando hizo lo que su mujer le dijo, Edward no dejaba de dar vueltas en la cama, no podía conciliar el sueño y sabía cuál era la razón de su desvelo, necesitaba a Bella a su lado, desde mucho antes que se casaran, tenerla a su lado le permitía dormir en paz.


De todo el tiempo que llevaban juntos, eran contadas con los dedos de una mano, las veces que durmieron separados, solo lo hacían cuando había estado de viaje, pero ahora todo era muy distinto, pues en ese momento no estaba durmiendo en un hotel, sino en la habitación de invitados de su propia casa, con su mujer a tan solo unos metros de distancia.


La razón de esta separación era la discusión nocturna de hace unas horas y todo era por culpa de Victoria Jones, esa mujer y su lengua venenosa solo habían traído preocupaciones a su vida. Lo peor de todo es que algo le decía que lo peor aún estaba por venir y si no se encontraban lo suficientemente fuertes todo su mundo caería como un castillo de naipes.



A la mañana siguiente Edward era más bien un zoombie que un hombre, apenas había podido dormir unas horas y se sentía totalmente agotado. Decidió que sería mejor ir a su habitación en busca de sus cosas, para prepararse y una vez dentro oyó el agua correr en el cuarto de baño, sin poder evitarlo entró a mirar a su mujer. 


Hizo uso de todo su autocontrol para no entrar a ayudarla con su baño y tomarla bajo el agua como tanto le gustaba, podía observar a través del vapor el cuerpo de su mujer y se quedo allí observándolo como un adolescente.

- ¿Cuánto rato piensas seguir allí parado? – Aquella frase tenía más de una interpretación.

- Amor….- Al parecer su cerebro no lograba coordinar ideas.

- Ven – Vio como la mano de Bella aparecía y lo invitaba.

Sin perder tiempo acepto aquella invitación y se unió a ella, haciéndole todo lo que su mente minutos antes solo imaginaba.



Llegaron sonrientes a la oficina, luego de una deliciosa reconciliación. Saludaron a todos lo que encontraron a su paso, excepto una persona que se escondió de ellos y los observo de lejos.


Ni Edward, ni Bella vieron a Victoria, pero si así lo hubiesen hecho habrían visto su mirada de odio y la oculta promesa de destruirlos tal como ellos destruyeron al hombre que amaba.




Acá nuevo capitulo...demore un poco pues estuve con algunos problemillas pero ya todo bien...Espero sus comentarios

Besos
Lulu XD
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