Los personajes son de la grandiosa e inigualable Stephenie Meyer…la
historia producto de tanto libro, película, serie y telenovela que he visto a
lo largo de los años y que ha ayudado a mi IMAGINACIÓN!!!!
Capitulo 17
Todo en su lugar
Edward POV
- No te vayas por favor……- Ya me encontraba de espaldas a ella, pero con
solo oír esa frase escapar de sus labios, mi corazón comenzó a latir como un
loco y me quede petrificado en aquel lugar.
Ahora que la tenía junto a mí, sentí como si naciera de nuevo y una sola
cosa era segura la amaría en todas mis vidas. Era ella, con su dulce voz, con
su mirada que solo evocaba amor, con su
belleza que iba más allá de lo físico….era mi Bella y simplemente estos seis
meses parecieron una pesadilla sin tenerla.
Respire profundamente, levante una
de mis manos y la lleve hasta el casco, tenía que quitarme aquella barrera que
me separaba de Bella, temía a su
reacción, pero era ahora o nunca, sentí como su mano abandonaba mi brazo y su
respiración se agitaba conforme parte de mi cabeza se hacía visible. Cuando
quede libre, rogué porque ella siguiera ahí.
Vi todo como si se desarrollara en cámara lenta. La mirada llena de
sorpresa de ella, sus manos en su boca y luego sus ojos que se llenaban de
lagrimas. No sabía qué hacer, me estaba destrozando verla así, pero tenía miedo
de su reacción, pero recordé las palabras de Tanya de pensar con el corazón,
así que rompí la distancia que nos separaba y la abrace, con fuerza, con todo
el amor que sentía por ella. Por unos instantes no sentí ninguna reacción de su
parte y estaba por alejarme nuevamente, cuando una de sus manos fue hasta mi
rostro y con uno de sus dedos comenzó a delinearlo, cerré los ojos al sentir su
tacto, parecía el toque de un ángel, al dejar de sentirla los abrí lentamente y
ahí estaba su mirada que se cruzo con la mía y que no necesito nada más.
- ¿Eres real? – No pude evitar sonreír al oír sus palabras.
- Acaso lo dudas….soy yo Bella.
- Esto se parece más a un sueño.
-¿Sueñas conmigo?
- Todas las noches.
- Así que soy el hombre de tus sueños – La vi sonreír, aun estaba entre mis
brazos, creo que ninguna fuerza humana podría separarla de mí.
- Si, siempre lo has sido incluso antes de conocerte. Creo que te he
esperado.
- Ya no tienes que seguir esperando por mí, Bella.
- Repitelo…
- Que ya no….- Puso un dedo sobre mis labios, el cual bese.
- Mi nombre, quiero que digas mi nombre.
- Bella….mi Bella…Bella - Por cada vez que decía su nombre mi voz se
elevaba, hasta que termine gritándolo – BELLA!!
- Shshsh…solo quería que lo repitieras no que lo gritaras.
- Creo que nunca me cansare de tu nombre.
- ¿Puedo hacerte una pregunta tonta?
- Tú nunca harías una pregunta tonta.
- Eso quiere decir que puedo – Solo asentí - ¿Me recuerdas?
La mire por unos segundos, adoraba ese halo de inocencia que tenía, que sin
importar cuánto tiempo viviera jamás desaparecerá. Se mordió el labio inferior
en una clara señal de impaciencia por la espera de mi respuesta
- Si Bella, te recuerdo a cada hora del día, en cada momento, cuando el sol
aparece, cuando se cambia por la luna, en cada flor que veo, en cada sueño que
tengo. Te prometí que siempre lo haría y lo cumplí amor mío, porque tal vez mi
mente te olvido un momento, pero mi corazón nunca lo hizo. Te amo tanto.
La observe esperando alguna respuesta, en cambio sus labios chocaron con
los míos, llenos de necesidad y amor, igual como me sentía, la presione más
cerca de mi cuerpo y respondí a su beso con ardor, como si en ello se fuera mi
vida. Solo nos separamos por la falta de aire y también porque una fuerte
tormenta que comenzaba a caer sobre nuestras cabezas.
- Sera mejor que busquemos un techo para cubrirnos. No quiero que enfermes
– Me miro con dulzura.
- Yo ya estoy enferma – Aquello disparo todas las alarmas y al parecer lo
entendió – Estoy enferma de amor por ti Edward, te amo y nunca podre olvidarte.
La bese con más fuerza y pasión si fuera posible. Deje que mis labios
vagaran por sus mejillas, su mentón hasta llegas a su cuello y llenarlo de
pequeños besos. La sentí removerse de mi agarre.
- Edward….por favor. Vamos a mi departamento – Continúe besando cada trozo
de su piel expuesta – Estamos en la calle…Ed..Edward…vamos arriba. Tengo frio –
Como era de esperar al oír que estaba incomoda, deje de besarla y la mire.
- Sabes perfectamente como desarmarme – Tomo mi mano y nos guio hasta su
departamento. Aquel camino se me hizo tan familiar como si apenas unas horas
atrás hubiese estado ahí.
- Recuerdas donde vivo – Se acerco a mí y me sonrió.
- Déjame pensar, pero si le atino gano algo.
. ¿Qué tal una toalla para que puedas secarte?
- Ni de cerca el premio que esperaba.
- Tal vez haya un premio sorpresa – Me dio un suave beso - ¿Y bien?
- Es ese – Indique una de las puertas de aquel pasillo.
- Te has ganado tu toalla.
Bella POV
A pesar de todo una parte de mi seguía creyendo que aquello era un sueño.
Mi misterioso motociclista era él, todas aquellas sensaciones que flotaban en
el ambiente cuando sentía que estaba cerca de mí tenían sentido, porque era él siempre sería Edward quien
provocaba todo eso en mí.
Cuando vi que se quitaba el casco deje de respirar, pues poco a poco
fui reconociendo cada uno de los
detalles, su pelo broncíneo y siempre despeinado, la forma de sus manos y su
rostro, tan perfecto y bello. Creo que olvide como se respiraba, la sorpresa de
verlo parado frente a mí, fue substituida por la alegría de saber que estaba
aquí y mis ojos se llenaron de lagrimas, pero no eran de dolor, sino de
felicidad por tenerlo ahí. No pude moverme, pero eso no importo pues fue él
quien acorto la distancia entres nosotros y me abrazo de la forma exacta en que
lo necesitaba en esos minutos.
Quedaba mucho por hablar, pero en aquel momento era necesario quitarnos
nuestras ropas mojadas por la lluvia. Entramos a mi departamento y note como lo
recorría con la mirada.
- Tal como lo recordaba.
- Creo que debemos quitarnos la ropa – No pude evitar sonrojarme cuando analice
mis palabras.
- Extrañaba tanto verte sonrojar – Toco suavemente mis mejillas, aquel
tacto mando miles de descargar eléctricas por todo mi cuerpo.
- Yo podría hacer una lista de las cosas que más extrañaba de ti – Tomo mi
rostro entre sus manos y me beso, empezó con un suave roce de nuestros labios
pero poco a poco cambio el cariz hasta volverse apasionado.
Sus manos viajaron hasta mi cintura para acercarme más a su cuerpo, no sé
en qué momento pero las chaquetas desaparecieron de nuestros cuerpos, seguida
de mi blusa. Seguíamos besándonos como si la vida se nos fuese en ello,
mientras caminábamos rumbo al sofá. La primera en caer fui yo y antes de unirse
a mí, lanzó su camisa lejos de nosotros.
- Te extrañe tanto – Sentía como su boca llenaba de besos cada lugar de mi
piel que estaba expuesta – Tanto…tanto – Se aprovecho de que arquee mi espalda
y me quito mi brassier.
- Edward….te amo - Dirigí su rostro
hasta el mío para sentir sus labios.
- No más que yo…te amo…te amo…
Sentí sus dedos pasear por mi estomago, hasta llegar al límite de mi falda,
que fue lentamente bajando, lo ayude con mis piernas para que se deslizaran más
rápido, sin perder el tiempo me quito también las bragas. Su mirada era tan
intensa que me olvide de todo. Solo pensé en que estábamos en una situación
injusta.
- No es justo – Mi voz sonó más ronca de lo normal.
- ¿Qué cosa? – Pregunto, pero eso no impidió que siguiera besando mi
cuerpo.
- Yo estoy desnuda y tú estás demasiado vestido. Además que tu ropa esta
mojada, si no quieres enfermarte mejor te la quitas ¿no crees? – Lo sentí
sonreír. Se aparto unos pasos de mí y se deshizo de su molesta ropa.
Se volteo a verme y con esa sonrisa torcida que tanto amaba me pregunto -
¿Mejor?
- No sabes cuánto
En menos de un segundo volvió a estar junto a mí y continúo besando mi
cuerpo. Me estaba llevando al límite con su toque, la unión de sus manos y su
boca me estaban volviendo loca de placer. Sentía miles de sensaciones y cuando
creía que no podría ser mejor, llevo uno de sus dedos a mi intimidad y comenzó
a jugar, salía y entraba lentamente, luego fueron dos los que me estaban
torturando. Estaba por llegar y lo sabía pues sus estocadas fueron subiendo de
intensidad hasta que sentí que tocaba el cielo y gritaba su nombre.
- Eres única Isabella Swan y te prometo que serás mía por siempre.
- Soy tuya Edward en cuerpo y alma – Sentí como se levantaba y luego me
tomaba en sus brazos para llevarme a mi habitación – Veo que lo recuerdas.
-Hay caminos que no se olvidan.
Desperté a la mañana siguiente sobre su pecho y nuestras piernas
entrelazadas. Sentí como acariciaba mi espalda y me aferre con más fuerza a su
cuerpo.
- Buenos días amor.
- Buenos días ¿cómo has amanecido?
- Como nunca antes ¿y tú?
- Como si esto fuera un sueño.
- Pero no lo es.
- Edward necesito hacerte una pregunta.
- Todas las que quieras amor.
- ¿Qué paso con Tanya?
- No entiendo, que paso con que.
- Era tu prometida y durante estos seis meses….- Me levanto hasta dejarme
cerca de su rostro.
- Tanya fue mi prometida hace años, creo recordar que te lo conté – Solo
asentí – Bueno durante este tiempo se comporto como una amiga. Ya rehízo su vida
y es feliz.
- Pero aquel día en el hospital ella dijo que era tú prometida.
- ¿Por eso no estuviste conmigo?
- Es que la última vez que me llamaste, me dijiste que teníamos que hablar
y tu voz sonaba muy seria y luego ella, además ya no te acordabas de mí. En mi
mente todo cuadro y preferí dejarte libre para que fueras feliz.
- Tonta Bella, la única persona en el mundo que puede hacerme feliz eres
tú, grábatelo bien en esa cabecita – Acaricio mi frente – Lo de Tanya fue una
mentira para que pudiesen darle información, jamás pensó en herirte de hecho
fue ella la que de alguna forma se hizo volver a encontrarte. Tal vez durante
unos instantes pudo mi mente olvidarte y nunca me perdonare por el daño que te
cause, pero durante estos seis meses me he sentido incompleto sin tenerte, era
como una maquina a medio andar, pero ahora que estas junto a mí, todo es
perfecto – Me dio un beso en los labios.
- Puede hacerte otra pregunta – Lo vi asentir - ¿Qué era eso que querías
hablar conmigo? – Sentí como todo su cuerpo se tenso y se removió.
- Bella, lo siento, pero este no es el momento – Me puso a un lado de la
cama y se levanto para salir de mi habitación.
No supe muy bien que paso, pero algo entre nosotros cambio.