Capitulo
30
Edward no estaba muy contento con la presencia de
Emmett en su oficina, no solo había arruinado un momento que a todas luces era
decisivo en su relación, sino que apenas entro no dejo de mirar a su mujer, aquello
casi lo hace perder la escasa paciencia que tenia, en cuanto a su hermano se
refería, así que opto por comportarse de la única forma que sabía hacerlo
cuando otro rondaba a Bella, como un hombre de las cavernas, hizo aún más
fuerte el agarre de su cintura y dejando
suaves y pequeños besos en su rostro y hombro.
Como era de esperar aquella actitud molestaba a
Emmett, pero simplemente ya era el momento de que finalmente su hermano se
rindiera y entendiera que él era su marido y no solo eso, sino que él jamás
dejaría a su mujer…jamás.
- Emmett luces preocupado ¿Estas bien? – Bella
rompió el silencio que haces unos segundos se había instalado, pero no de la
forma que Edward esperaba, por que él no entendía por que rayos tenía que ser tan dulce y amable con
él.
- Tú en cambio luces muy feliz ¿lo eres? – Trato
de alcanzar su mano, pero por supuesto Edward no se lo permitió.
- Si, mucho – Se llevo una mano a su vientre y
luego sonrió en dirección a Edward que al ver aquel gesto sintió un poco de paz
y trato de controlar su ánimo.
- Dijiste que querías hablar de Alice – Su tono
mostraba que realmente no estaba logrando mucho con el manejo del animo, además
Edward le dirigió una mirada de advertencia a Emmett – Así que hazlo…rápido.
Emmett no pudo evitar sonreír ante la actitud de
su hermano, parecía un niño que se negaba a compartir su tesoro, aunque lo
entendía estaba seguro que de haber logrado casarse con Isabella, él se
comportaría de la misma manera. Dirigió sus pasos hasta llegar frente al
escritorio de Edward y sentarse en una de las sillas que ahí habían.
Isabella que aun continuaba de pie, y dado que la
conversación le interesaba a los tres, pensó en sentarse en la silla vacía
junto a Emmett, pero al parecer Edward leyó su mente y se lo impidió
ofreciéndole su asiento y quedándose él de pie.
- Te escuchamos – Fue la escueta frase de Edward
- Ayer recibí una extraña visita de Alice, llegó
preguntándome por mis sentimientos por Isabella y declarándome los suyos hacia
ti – Sus ojos observaron unos segundos a Edward – Luego comenzó a hablar de lo
perfecto que son el uno para el otro y que estar juntos era su destino – “Loca”
murmuro Bella - Cuando trate de que me
explicara a que venia su monologo de amor, solo me sonrió y me explico que
pronto todo seria como siempre debió ser, pero que tal vez necesitaría mi ayuda
en algún momento.
- ¿Tu ayuda? ¿En que?
- No lo sé Edward, cuando me negué a ayudarla en
lo que fuera que quería no dijo nada más y se marcho. Sentía que debía
contarles esto para que estén alertas.
- ¿Qué podría hacer? – La voz de Bella sonaba
preocupada.
- Nada amor, no te preocupes.
- Edward tu conoces a Alice.
- Gracias por tu tiempo Emmett, pero ahora debes
marcharte – Los miro una vez más y se levanto de su lugar, con un asentimiento
de cabeza se marcho.
Jacob estaba tirado en el sofá y cambiaba de un
canal a otro. Estaba realmente aburrido y no solo por que no encontraba nada
para ver, sino de su vida en general. Unirse a Alice había sido por lejos una
de las ideas más estúpidas de su vida, aquella mujer estaba mal de la cabeza y
lo pero de todo era su enfermiza obsesión con Edward que la hacia realmente
peligrosa. Esa era una de las principales razones del porque seguía junto a
ella, necesitaba saber de sus planes y proteger así a Bella, se lo debía
después de intentar hacerle daño.
Aunque no lo hacia feliz se había resignado a que
nunca lo amaría que su corazón le pertenecía al idiota y estirado de Cullen,
pero ya que no podría ser nunca el objeto de su afecto al menos aspiraba a
seguir siendo su amigo.
- ¿Qué cursilería estas viendo? – Tan pensativo
estaba que no oyó a Alice cuando entró.
- No estaba viendo nada.
- Ey si te gusta “Orgullo y prejuicio” no pasa
nada, es más apuesto que es la película favorita de tu Bella.
- No es mi Bella – Su voz sonó enojada.
- Pero lo será – Una sonrisa mas similar a una
mueca adornaba el rostro de la joven.
Ninguno dijo nada más. Alice se fue por el pasillo
hasta la habitación y Jacob finalmente se dio por vencido y apago el televisor,
se levanto para buscar algo de comer realmente había pasado mas tiempo del que
creía sentado. Cuando entró a la cocina se fue directo al refrigerador, en eso
estaba cuado oyó el sonido del agua correr.
- No hay mucho para comer – Jacob dejo la búsqueda
y miro a Alice.
- Ya lo note – Su mirada paso de Alice a lo que
esta tenia en sus manos - ¿Qué ese eso? – Era una pregunta del todo idiota,
pues apenas la vio supo que era.
- En serio no sabes que es – Había algo en sus
ojos que lo preocupo más que la misma pistola que tenia en sus manos.
- ¿Qué crees que harás? – Alice solo le sonrió y
oculto el arma en su bolso – ¿Estas loca? – La voz de Jacob resonó con potencia
por toda la habitación.
- Dicen que situaciones desesperadas requieren
medidas iguales.
- ¿A qué situación desesperada te refieres? – No
podía apartar su mirada del bolso que acababa de colgarse en el hombro.
- Hemos hecho de todo para que ellos se separen y
no ha pasado nada, no te parece una situación…desesperante.
- Y piensas solucionarlo….- Dejo la pregunta en el
aire.
- Como debió ser en un principio – La sonrisa de
Alice era fría – Tal vez no logre lo que quería, pero al menos no van a estar
juntos.
- Recuerda nuestro trato – Por primera vez su
cómplice comprendió lo que había oído acerca de lo peligrosa que era una mujer
despechada.
- Lo siento, pero hay cambio de planes….Edward y
Bella no serán para nosotros, pero tampoco vivirán su “felices para siempre”.
Salio tan rápido del lugar que no le dio tiempo a
Jacob para reaccionar, sabía que tenía que advertirle a Bella, pero no sabia
como hacerlo sin verse él implicado. Tenia que pensar muy bien los pasos a
seguir, si quería seguir siendo alguien en la vida de ella.
Edward y Bella habían llegado hace apenas unos
momentos a su casa, después de la visita de Emmett apenas habían hablado cada
uno sumido en sus pensamientos. Ninguno quiso comer nada y se fueron directo a
su habitación.
- ¿Qué es lo que te molesta? – Edward que estaba
mirando por el amplio ventanal se volteo a ver a su mujer.
- No creo en Emmett.
- ¿Por qué? ¿Qué canaria él mintiéndonos?
- Ganaría mucho y tú lo sabes. Lo verías como un
héroe….una persona buena….un…
- ¿Caballero andante? Edward cuantos años crees
que tengo…¿doce?
- Se perfectamente tu edad cariño, recuerda que YO
fui tu regalo de cumpleaños numero 18.
- El mejor regalo – Bella le sonrió y a
regañadientes Edward le devolvió al sonrisa por que el recuerdo de aquella vez
los hacia feliz a ambos – Sigo sin entender por que no le crees.
- ¿Por qué habría de creerle? – Edward miraba a
Bella.
- Es tu hermano.
- Fue tu prometido – Fue la seca respuesta de él.
- Es acaso una competencia de quien tuvo o tiene
una relación con él.
- Tú mi querida esposa no tienes nada de nada con
él.
- Es mi cuñado – Le dio una sonrisa irónica – No
es así como se llama a los hermanos de tu marido.
- Él te ama y lo sabes.
- Pero yo no…y lo sabe.
- Entones ¿a quien amas? – Se acerco a ella hasta
acorralarla en la pared.
- Acaso no me escuchaste hace unos momentos, es
que acaso aún no lo entiendes – Lo miro fijamente – Después de todo…aun no lo
sabes.
- Tal vez necesito una confirmación – Le dijo en
un suave susurro.
- Yo también y la quiero ahora Edward – Se separo
de ella y se sentó a la orilla de su cama.
- ¿Es que acaso no lo ves? Necesito una respuesta
– Se llevó las manos al cabello.
- ¿Quieres una respuesta? Pues te la dare Edward –
Se alejo unos pasos de su marido hasta llegar al ventanal dispuesta a darle
todas las respuestas que necesitaba – Te conocí mucho antes que tú siquiera
supieras que yo existia.
- Siempre he sabido de ti – Bella se volteo a
verlo.
- Edward cuando cumplí trece años les pedí a mis
padres que me trajeran a Nueva York como regalo de cumpleaños, mi único sueño
era conocerte así que fui a unos de tus conciertos – Cerró sus ojos para traer
a un mente los recuerdos – No sabia como eras, solo había escuchado tú música,
te imaginaba de mil formas distintas, pero nunca mis sueños te hicieron
justicia….eras…estabas mas allá de las palabras y luego cuando te oí tocar me sentí
llevada al cielo. Desde ese momento te convertiste en mi único sueño, la medida
de todo y de todos. Fue amor a primera vista – Calló unos segundos para
contener las lagrimas que luchaban por salir.
- ¿Amor?
- Si…amor….perfecto, unido, inigualable. Mientras crecía
nadie se comparaba a ti, el único recuerdo que tenía tuyo era una fotografía de
un periódico donde estábamos juntos. Jane siempre se burlaba de mí por eso,
pero era tan feliz en mi mundo…contigo.
- Y aun Ali te ibas a casar con Emmett.
- A los 15 años me comprometí con él, pero eso no
cambio en nada mis sentimientos – Movió su cabeza negativamente – Siempre
estuviste tu en todos mis pensamientos añoraba tanto que fueras tú, despertar
sabiéndote a mi lado, pero sabia no podría ser yo era tan poca cosa y tú…lo
eras todo, así que llegue a la conclusión que mis fantasías eran imposibles.
- ¿Imposibles? Te recuerdo que terminaste
trabajando en el MET.
- Nunca lo planee, tal vez no me creas, pero fue
Jane la que me convenció de…huir. Tenia la última oportunidad de cumplir mi
sueño y…
- ¿Y que Isabella? – Se levanto de su lugar y se
acerco hasta quedar a su lado.
- Y todavía no se si se cumplió, por que no se si
el hombre que amo, me ama. Si algún día será capaz de perdonarme y seremos una
familia.
- Pregúntale tus dudas, es la única manera que lo
sepas.
-Eso que dices es cierto Edward – No le respondió
de inmediato en cambio tomo su mano suavemente para acaricia la pulsera que
descansaba en su muñeca, paso un dedo por el grabado.
- Mi corazón
es tuyo – Isabella abrió los ojos desmesuradamente por la impresión – Eso
dice la pulsera – Una nota de decepción cubrió su rostro – y también es tuyo mi
alma y mi mente que no dejan nunca de gritar lo que siento por ti. Creo que te
pertenecen desde el minuto exacto que te vi aquella tarde, por un instante
pequeño pensé que eras una visión, pero cuando me atreví a acercarme, supe que
no eras una ilusión sino un milagro tan dulce e inocente que cuando te
devolviste a darme las gracias me sentí tentado de llevarte conmigo – Sonrió
con nostalgia.
- Deberías haberlo hecho – Bella beso la mano que
aun sostenía su muñeca.
- Por primera vez en mi vida decidí dejarlo todo
en manos del destino. Si te volvía a ver entre las millones de personas que
habitan esta ciudad, me jure que no te dejaría escapar y de repente te
encuentro trabajando cerca de mí, pero no era suficiente – La abrazo con fuerza
– Le exigí a Victoria que te transformara en mi ayudante. Pensé que si te tenía
a mi lado el cúmulo de sentimientos que me enloquecía se ordenaría y lo logre,
finalmente pude reconocer que te amaba – Beso su frente y se dirigió hacia el
ventanal.
- ¿Me amabas? – Un nudo se formo en la garganta de
Bella al oír aquellas palabras.
- Por Dios santo – Edward se llevo una mano al
puente de la nariz – Tú sabes la respuesta.
- Dímela…quiero oírla de tus labios.
- TE AMO BELLA
cada día, cada hora, cada segundo que pasa te amo mas que el anterior –
Bella se acerco hasta él para abrazarlo por la cintura y descansar su cabeza en
su pecho.
- Te amo tanto Edward…tanto. Nunca quise herirte
ni abandonarte. Dejarte fue la cosa más difícil y dura que he hecho en toda mi
vida, pensé que jamás podría recuperarme. Vivía solo por la esperanza de volver
a verte, aunque fuera de lejos – Sintió su caricia en su mejilla bañada en
lagrimas.
- ¿Por qué te fuiste? Cuando desperté y no
estabas…destruí todo lo que estuvo a mi paso. Descubrir que te habías marchado
sin que nadie supiera tu paradero me lleno de rabia, durante meses viví con un
solo objetivo – La sostuvo con fuerza contra su cuerpo – encontrarte y hacerte
pagar el dolor que sentía. Toda mi vida me dedique a construir muros entre las
personas. Pensaba que mientras menos sintiera por alguien era mucho mejor, pero
tú llegaste y cambiaste todo, creía que amarte me hacia débil, pero finalmente
descubrí que es tu amor lo que me da fuerzas.
- Nunca quise irme, pero tenia que hacerlo – Dejo
un beso en su pecho – Sabía que mientras estuviera comprometida con otro no
podría ser feliz a tu lado. Cuando volví a mi casa nadie me pregunto donde
había estado esas semanas o que había hecho de mi vida. Solo hicieron como su
aquello jamás hubiese ocurrido y comenzaron los preparativos de mi boda –
Sintió como Edward se tensaba – Nunca me hubiese casado con él, le pedí ayuda a
Jane, tenia planeado huir antes de la ceremonia….tenia que volver a ti…al único
lugar donde me sintió completa…a tus brazos.
- Eres mía….y yo soy tuyo…Te amo – Se fundieron en
un abrazo silencioso durante varios minutos.
Fue Bella quien rompió la atmósfera que los
rodeaba para preguntarle algo que para ella era de vital importancia.
- Edward ¿me perdonaste? – Lo dijo tan bajito, que
por un instante pareció que ni siquiera hubiese hablado y así estuvo por
creerlo cuando no obtuvo respuesta alguna. Estuvo por repetir la pregunta
cuando finalmente lo oyó.
- No…- Ahora fue ella quien se tensó al sir su
negativa, trato de salir del refugio de sus brazos, que sentido tenia que la
amara si no podía perdonarla. Trato nuevamente de zafarse, pero la presión se
hizo más firme – Bella no tengo nada que perdonarte, sabes creo que no te
merezco, tú eres una persona excepcional y yo…un idiota, enamorado pero idiota
la fin y al cabo, mas no permitiré que ese pensamiento te aleje de mi…nunca –
Beso la punta de su nariz – Además una parte de mi te admira…fuiste muy
valiente al venir a esta ciudad sola y no sabes cuanto agradezco que lo hayas
hecho por que te trajeron a mí.
- Todos los caminos me llevan a ti…nunca lo
olvides Edward, sin importar nada siempre encontrare el camino para volver a
ti…siempre.
- Y yo mi amada…siempre esperare por ti.
-0-
Oh si…un
capitulo dulce…dulce, pero creo que se lo merecían…ahora que ya saber que se
aman todo mejorara…..o no….recuerden que Alice sigue suelta.
Solo
puede decirles GRACIAS por la paciencia….GRACIAS por sus comentarios y espero
subir el próximo lo mas pronto!!!! Y ponerme al día con mis otras historias
Besos y
debo decir que AMO AMANECER, ya la he visto cuatro veces, pero como dijo
Edward….”ninguna medida de tiempo es SUFICIENTE” (o algo por el estilo)….y a
ustedes que les pareció??!!!!
Bueno…no
las aburro más…que tengan un lindo fin de semana
Lulu XD