Ser una rica heredera tiene sus ventajas, tener el mundo a tus
pies con solo tronar los dedos, jamás escuchar un no por respuesta y hacer todo
lo quieres, pero que sucede cuando alguien planea quebrar tú voluntad y poner
tu mundo de cabeza.
Capitulo 6
Oí la voz de mi madre desde el cuarto de baño. Era obvio que me buscaba,
así que decidí a contestarle de inmediato, no tenía ni el más mínimo interés en
que entrara y encontrara a Edward. Conociéndola empezaría de inmediato a armar
cuentos de hadas en su cabeza, historias que nada tenía que ver con la
realidad.
- En un momento salgo – Tome la bata que estaba colgada, me la coloque y la
anude firmemente. Estaba por salir de aquella habitación cuando sentí unas
manos en mi muñeca.
- No me has respondido – No hable solo bese la comisura de sus labios y
sali.
Mi madre estaba como siempre elegantemente vestida y me esperaba sentada en
uno de los sofás de mi habitación.
- Acaso no es obvio – Le di la espalda. Me acerque a mi cómoda y saque un
nuevo juego de ropa interior.
- Espero que no tardes o es que quieres arruinar la fiesta.
- Madre, no te preocupes espera lista…ahora si me permites necesito
arreglarme.
- Esta bien…una última cosa… ¿Has visto a Edward?
- Claro…esta en mi baño encerrado – No se por que respondí aquello, pero no
pude evitar sonreír mirando hacía la puerta cerrada.
- Bella que cosas dices…mejor prepárate.
Entre nuevamente en el baño. Edward ya estaba listo y no podía negar que se
veía guapísimo. No deje que hablara, lo bese y después le indique la salida.
- Necesito prepararme.
- Nos veremos pronto Isabella.
No se como lo logre pero en un tiempo que debía ser considerado un record
estuve lista. Baje por las escaleras principales, desde donde pude ver que ya
estaban llegando los primeros invitados, mis padres como buenos anfitriones los
recibían y saludaban, además de hacer la presentaciones, unos pasos más allá se
encontraba Edward y su familia.
Me acerque a mis padres y los ayude con su trabajo de anfitriones. Note que
cuando llego James, Edward se tenso y su mirada demostraba lo molesto que
estaba por su presencia. En una actitud que ni yo misma logre entender del
todo, solo salude a mi amigo, no lo bese ni nada. Aquella noche no quería
molestar a nadie.
Luego me toco a mí el turno de sentirme molesta, vi como Jane llegaba
acompañada de sus padres, al parecer no fui la única molesta con su presencia.
Una cosa que llamo mi atención fue que al parecer Edward también estaba molesto
con su llegada. Por un instante nuestras miradas se cruzaron y me sonrió, yo le
devolví la sonrisa hasta que ella se le acerco y lo beso.
Cuando todos los invitados estuvieron presentes comenzó la cena en el
jardín. En nuestra mesa solo estaba mi familia y los Cullen, mi padre propuso
un brindis y le dio la bienvenida a sus queridos amigos, por su parte Carlisle
devolvió el brindis agradeciendo la hospitalidad. Después de eso, todo
transcurrió con normalidad, los invitados parecían disfrutar de la comida, al
parecer todo iba resultando a la perfección. No se en que minuto, mas sentí su
mano sobre mi rodilla, fue subiendo lentamente para luego seguir el mismo
camino de vuelta. Solo lo mire y me mordí el labio inferior, cuando nadie nos
veía, para provocarlo. Su mano fue ahora más atrevida y se deslizo bajo la tela
de mi vestido. Seguí su juego y mi mano se poso sobre su pierna, subiendo hasta
llegar a la parte de más me gustaba de su cuerpo y acariciarlo suavemente por sobre
el pantalón. Note su mirada de sorpresa, pensé que se alejaría, pero en cambio sentí
como sus dedos también tocaban mi intimidad.
Esto era un juego para demostrar quien tenía mayor poder sobre el otro. Nuestras
caricias cada vez fueron subiendo de intensidad, tome agua de mi copa para
ocultar un momento mi rostro. Ambos nos sobresaltamos cuando oímos que alguien
trataba de captar mi atención. No pudimos evitar sonreírnos. Nuestras manos se
alejaron, no sin antes tocarse por un instante, sentí una descarga eléctrica
cuando nos rozamos.
Trate de retomar la conversación, pero me fue imposible pues ya llevaba
varios minutos concentrada en otras cosas.
- Disculpa Esme ¿me decías? – Me gire hacia ella.
- ¿Qué cuando te vas a Londres? – Vi como en el rostro de Edward se borraba
cualquier sonrisa. Preferí ignorarlo y responder.
- Pues muy pronto, solo tengo un par de cosas que arreglar y me voy – Tomo
con tal fuerza una copa que temí que se quebraría en sus manos.
- ¿Iras con tú novio? – Oí su pregunta y vi como la mirada de mis padres,
más bien la de todos se quedaba clavada en mí.
- No tengo ningún novio ni nada. Me voy sola.
- Yo pensé que…
- Pues pensaste mal.
No dijo nada más en cambio se levanto de la mesa, pidiendo disculpas. Por
un instante todos parecieron sorprendidos, pero nadie comento nada, por lo
que seguimos hablando de mi próximo
viaje.
Trate de buscarlo disimuladamente y lo vi junto a su noviecita. Se veían
tan contentos que quise hacer algo para molestarlo. Escuche como la música
llenaba el ambiente, así que me decidí. Todos los de mi mesa ya estaban en la
pista de baile así que iría hasta donde estaba James y bailaría con él toda la
noche. Estaba por levantarme cuando vi una mano que se ofrecía a ayudarme.
- No entiendo como la mujer más bella de esta fiesta esta sola. Debo
considerarme un verdadero afortunado.
- ¿Nos conocemos?
- No, pero se puede remediar…Jacob Black.
- Un placer…soy…
- Isabella Swan.
- Veo que me conoces, eso representa una desventaja.
- Pues que te parece un baile para remediar la situación.
Me acerque a la pista con Jacob y bailamos durante un largo rato. Durante
todo ese tiempo no paramos de hablar. Realmente la estaba pasando muy bien con
él, nos reímos a carcajada varias veces, ganándonos un par de miradas
reprobatorias, pensé aclararles que estaban en mi casa, pero no valía la pena.
Sin darme cuenta
todo cambio en un instante. No sentí a Edward tras de mí, ni tampoco en que
momento pase de los brazos de Jacob a los de él. Solo sentí que me acercaba a
su cuerpo. Mire por sobre su hombro y vi el rostro de sorpresa de Jacob.
- ¿Cuándo
pensabas decirme que te ibas?
- No veía por que
debía de decírtelo. Y ahora si me disculpas vuelvo con mi acompañante – Trate
de zafarme pero su agarre se hizo más firme y poco a poco nos fue alejando de
la pista – Edward suéltame!!!
- No…y si no
quieres que provoquemos un escándalo…baila conmigo.
- Yo bailo con
quien quiero – Pensé en pisar con toda mis fuerzas su empeine, pero al parecer
lo adivino.
- Ni se te
ocurra, por que te juro que te cargo sobres mis hombros y salgo contigo de la
fiesta – Si fuera posible me acerco aun más.
- Hazlo, pero no
creo que a tu novia le guste mucho – Trate de no mirarlo en señal de fastidio.
- ¿Celosa?
- Solo constataba
lo obvio.
- Pues solo para
que lo sepas ya no es mi novia – Me llevo hacia el lugar más oscuro del jardín
y me beso.
- Gracias por
informarme – Trate con todas mis fuerzas de no sonreír ante aquella noticia.
- Cuando quieras
¿Te dije lo hermosa que estas esta noche? – Su boca estaba en mi cuello.
- No lo recuerdo,
pero no lo creo – Acaricie su cabello
- Que idiota,
pues permíteme decirte que estas hermosa y que cuando te vi con Jacob Black,
quise matarlo por tenerte en sus brazos.
- ¿Celos?
- Si…hasta del
aire que te toca – Solo atine a reírme prefería creer que estaba bromeando –
¿Isabella que me hiciste?- Unió su frente con la mía.
- No se ha que te
refieres – Mi voz fue apenas un murmullo, en algún lugar de mi interior
saltaron las alarmas.
- Sabes como me
sentí cuando supe que te ibas.
- Edward…por favor
esto no tiene sentido…lo nuestro es solo…sexo nada más – Note como tensaba sus
brazos alrededor mío y me dirigía una mirada que no pude descifrar.
- Solo eso es
para ti.
- Claro para ti
acaso es algo más – Una sombra de duda nublo su mirada un instante, pero luego
me respondió.
- No nada más…