Bella no tenia dudas de querer a su bebe en su vida, de lo que dudaba era si quería al padre en ella.
Capitulo 2
Mis amigas me miraron por unos minutos como si una segunda
cabeza me hubiese aparecido hasta que comenzaron a gritar y a dar saltos por todo mi habitación, no pude
evitar reír cuando comenzó la discusión del nombre, de quien sería la mejor tía
y cuanto lo consentirían, hasta llegaron a hablar que universidad era la mejor,
ambas opinaban que eran aquellas donde ellas estudiaron, no quise arruinarles
el momento pero mi bebe no iría a ninguna de ellas si su actitud seria similar
a la de mis amigas, mi sonrisa se ensancho aún más cuando me di cuenta que
estaba pensando en mi bebe y lleva una mano a mi plano vientre.
Sin darme cuenta toda la algarabía paro y dos pares de ojos
se clavaron en mí, se acercaron hacia los pies de mi cama, que era donde estaba
sentada. Bree fue la primera en hablar.
- ¿Emmett? - La mire
como si me acabara de hablar en otro idioma.
- Si Emmett el padre de tu bebe – Fue Tanya la que trato de
traducir todo.
No supe que responder, las mire por unos instantes y mis
mejillas se colorearon profusamente, nadie mejor que yo sabía que Emmett nada
tenía que ver con mi embarazo y que más bien el responsable era un desconocido
para mí. Fue en ese momento donde todas las piezas encajaron finalmente en mi
cerebro….Yo Isabella Swan estaba embarazada de Edward “el barman guapo sin
apellido”, esa era toda la información que sabía, bueno también donde vivía y
eso si es que me había llevado a su casa o usaba la de un amigo. No sabía si
estaba casado o comprometido y yo fui algo así como su adiós a la soltería, lo
único que sabía es que era un dios del sexo y que la noche que pasamos juntos
fue la mejor de mi vida.
- Tierra llamando a Bella ¿me escuchas?
- Si perdón…decías.
- Emmett lo recuerdas verdad, cuando piensas contarle todo –
Bree en verdad que era insistente, pero fue Tanya la que logro dar en el clavo.
- Oh por Dios!!!!!
Isabella Marie Swan tu bebe no es de Emmett – Abrí los ojos como platos como si
aquello información salida de la boca de mi amiga fuera una mentira y no la
absoluta verdad que era.
- ¿Cómo dices que dijiste? – Nunca había visto a mi amiga
quedar en estado de shock su mirada se clavo en la mía esperando una
aclaración.
- ¿De quién es Bella? ¿Lo sabes verdad?
- Por supuesto que sé de quién es mi bebe – Eso era lo único
que sabía con certeza.
- ¿Quién es? Por favor no me digas que es de Mike Newton.
- Por supuesto que no – Un respiro aliviado salió de los
labios de mi amiga – Es otra persona.
- Planes que adivinemos toda la noche o nos lo vas a decir.
- Bree no le hables con ese tono, recuerda que está
embarazada y según se están muy sensibles en esa etapa – Pensé decirle que no
me sentía en lo absoluto sentimental, pero si con eso me las sacaba un poco de
encima pues lo haría.
- Perdón Bella, pero podrías tener la amabilidad de
contarnos quien es el padre de tú bebe.
- Se llama Edward – Que caso tenía alargar más una situación
que tarde o temprano les contaría.
- ¿Edward? – Tanya me observo unos instantes – Ese Edward
trabaja acaso en el bar de un hotel.
- ¿Cómo lo sabes? – Lo conocería tan “íntimamente” como yo,
no sé muy bien porque pero sentí una ligera punzada de celos ante ese
pensamiento.
- Pues claro – Y ahí aparecían los celos, culpare a las
hormonas – Hemos ido un par de veces con Félix a aquel bar a beber unas copas.
Es realmente muy amable con todo el mundo y las mujeres parecen morir con un
segundo de su atención. Veo mi querida amiga que tú lograste más que eso.
- Es obvio que fue más que un minuto, yo diría horas y que horas
– Una sonrisa adorno mis labios al recordar tan célebre noche.
-Wow….veo que valió la pena aquella noche.
Les conté como conocí a Edward y como hablamos durante
horas, como el alcohol – a algo tenía que culpar – me hizo caer en sus brazos.
Sin mucho detalle repase aquella noche mágica y lo lindo que fue al día
siguiente y como salí huyendo de ahí.
- ¿Qué piensas hacer
ahora?
- ¿A qué te refieres? – Las tres estábamos acostadas sobre
mi cama.
- A cuando planeas decirle la verdad.
- ¿Qué…Qué?
- Bella tú mejor que nadie sabe lo difícil que es vivir sin
un padre, en especial por culpa de tú madre.
- Si lo sé – Mi mirada se perdió en un punto fijo recordando
todo los años que le tomo a Renee contarme sobre mi padre, desde pequeña crecí
pensando que no me quería o que no era digna de ser su hija, pero no fue hasta
que mi madre me conto la verdad que me di cuenta de mi error. Charlie nunca
supo de mi existencia, sino hasta hace algunos años cuando nos reencontramos,
digamos que no fue algo de película donde cada uno corrió hacia los brazos del
otro, pero al menos estamos tratando de tener una relación y conocernos un
mejor.
- Bella tienes que decírselo.
- Pero…
- No hay peros que valgan, cuéntaselo y que él decida que
quiera hacer. Si no quiere saber nada perfecto, pero al menos lo supo y fue por
imbécil que no quiso estar a tu lado.
- No se nada de él…y si tiene una vida junto a otra mujer.
- Tal vez si o tal vez no, no pierdes nada con averiguar,
pero no decidas nada por él.
- Creo que tienen razón.
- Siempre…Bella siempre.
Aquello noche Tanya y Bree se quedaron junto a mí.
Insistieron que debía hablar de inmediato con Edward, pero les pedí que me
dieran al menos una semana para asimilar todo y ver cómo le contaría todo, una
noticia como esta no se podía llegar y lanzar, algo así como “hola soy Bella me
recuerdas, bueno vine a decirte que seremos padres…cuídate”. Me reía imaginando
distintos escenarios en mi cabeza, huyendo despavorido hasta arrodillándose
pidiendo que me casara con él.
Durante la semana mis amigas no me dejaban ni a sol ni a
sombra, se preocupaban de mi alimentación, de que no me sobrecargara de
trabajo, de que usara ropa cómoda, incluso cambiaron la silla de mi oficina por
otra que según ellas era ideal para embarazadas. Les pedí que no se lo contaran
a nadie, no sé cómo tomarían en la empresa mi embarazo y no quería saberlo aún.
Además se dieron a la tarea de averiguar cosas de Edward, varias veces fueron
hasta el bar donde trabajaba e intentaron hablar con él, digo intentaron por
que según ellas, él las ignoro todo el tiempo y solo se dedico a atender sus
pedidos, también me comentaron que no solo ellas fueron víctimas de su
indiferencia, sino que todas las que se acercaban a él corrían la misma
suerte. Una parte de mí se alegro por
eso, pero trate de ignorar aquella sensación.
Bree me aseguro que no había ningún anillo en su mano por lo que no
estaba casado, mientras que Tanya lo siguió hasta su casa, que era la misma
dirección en la cual estuve hace dos meses atrás.
La noche del viernes llego con demasiada rapidez para mi
gusto, pero sabía que no podía seguir huyendo asi que después de salir de mi
oficina, me despedí de mis amigas que me hicieron prometer que cualquier cosa
las avisaría, ya que le pedí que no me acompañaran, necesitaba hacer esto sola.
Llegue a mi departamento y me prepare algo liviano, luego me arregle para
salir, tome mi auto y partí rumbo al bar. Cuando llegue mi mirada se fue
directo a la barra, me sentí decepcionada cuando vi a otra persona en su lugar,
acaso hoy no trabajaría o es que tal vez ya no trabajaba allí. Me estaba dando
la vuelta para marcharme cuando choque contra el pecho de alguien.
- Oh cuanto lo siento – Levante mi mirada.
- No importa….BELLA ¿eres tú? – Ahí frente a mi estaba él,
sonriéndome.
- Edward ¿Qué tal?
- Bien, pero ahora mucho mejor – Ahora que lo tenía frente a
mí empecé a dudar si era tan buena idea decirle, me sentía muy nerviosa y él
pareció notarlo - ¿Estás bien?
- Si, solo…necesito hablar contigo.
- Acabo de salir de mi turno, así que podemos hablar aquí o
en el restaurant del hotel que es más tranquilo.
- Me parece una mejor idea el restaurant, si no te molesta.
- En lo absoluto, vamos – Puso su mano en mi cintura y me
guio hasta el lugar, le hizo una indicación a alguien y nos sentamos - ¿quieres
tomar algo?
- No, así está bien…bueno lo que tengo que decir es
importante, pero antes quiero que sepas que con esto no te estoy obligando a
nada y solo te lo cuento porque creo que es importante que lo sepas – Hable más
rápido de lo normal, asi que a Edward le tomo un momento procesar mis palabras,
luego me miro fijamente.
- ¿Qué tienes que decirme? –Su mirada estaba cargada de
preocupación.
- Antes necesito saber algo.
- Esta bien –Su respuesta fue un poco dudosa.
- ¿Estas casado? o ¿Tienes novia?
- No y no…Bella ¿acaso padeces alguna enfermedad?
- Enfermedad….- Luego de repetirlo varias veces en mi cabeza
comprendí a que se refería – No para nada, creo que no estoy siendo muy clara.
- Honestamente no.
- Edward lo que quiero decir es que…estoy embarazada.
-¿Embarazada?
- Y es tuyo.
- ¿Embarazada de mi bebe?
- Quiero que sepas que solo te lo cuento porque creo que
tienes derecho a saberlo, no te pido nada solo quería que lo supieras.
- Bueno Bella solo queda una pregunta….¿ te mudas a mi casa
o yo me mudo a la tuya?...