La última oportunidad - Capitulo 2


Solo tenía unas semanas para cumplir todas las locuras con las que siempre había soñado, las cumpliría antes de entrar a su jaula de oro, pero podría lograr cumplir la más importante de todas...tener a Edward Cullen.


Capitulo 2
Todo Cambió

Bella apenas pudo dormir aquella noche, pues no podía dejar de pensar en el descabellado plan de su amiga y tampoco podía de dejar de sentir esperanzas si se atreviera a hacerlo y tuviera éxito. Serian siete semanas de libertad como le dijo Jane en donde por primera vez en su vida haría todo lo que siempre quiso ir al cine, a tomar un helado o un café, sentarse en un parque y mirar a la gente, si Isabella Marie Swan heredera de una de las fortunas más grandes de América solo quería poder vivir de manera sencilla, sin guardaespaldas a su alrededor, sin su madre indicándole a cada instante cómo comportarse, sin sus hermanas en primera fila criticándola por lo que hacía o dejaba de hacer. En la balanza de los pro y los contras, llevaba cierta ventaja el poder vivir aunque sea unas semana libre de todo y de todos, pero tenía que ser realista conocía muy bien toda la seguridad que estaba desplegada a su alrededor, no alcanzaría si quiera a poner un pie fuera del internado y ya tendría a todo un escuadrón detrás de ella. Además estaba el hecho de cómo iba a justificar su desaparición por tan largo tiempo y eso si lograba escapar. Era obvio no habían posibilidades de salir bien librada de esto y eso solo la hizo llorar.
- Bella….Bella…Bellita…Bella – La voz de su amiga resonaba por toda la habitación – Bella…Bella…¡Isabella Marie Swan! – No le respondió solo le lanzo una cojín que aterrizo directamente en su cabeza – Oye porque me agredes.
- Estoy dormida así que por favor dame unos momentos de paz.
- Bella tendremos paz cuando estemos muertas…asi que arriba que tenemos mucho que hacer.
- Jane no tenemos nada que hacer.
- Bella huir requiere tiempo, asi que ARRIBA.
- ¿Huir?
- Por Dios Bella estas dormida o en coma, tenemos que poner en marcha el plan de escape a tu libertad. Que emoción me siento como en  “Sueños de fuga”.
- Jane – Se incorporo a regañadientes en su cama – Seamos realista, nunca podre hacerlo y lo sabes, así que deja todo esto.
- No puedo, no mientras soy testigo de cómo mi mejor y única amiga en el mundo entero es obligada…No frunzas el ceño que bien sabes que es cierto, es obligada a casarse con un anciano – Levanta la mano en señal de que no hable – Tienen 25 años de diferencia y eso es un mundo de años, además si tu sueño es casarte con un abuelo al menos deberías hacerlo con uno que te guste…Edward Cullen por ejemplo.
- Él no es un anciano, apenas y tiene treinta y algo años.
- Con cuanta pasión lo defiende Srta. Swan.
- Srta. Volturi, no es defensa solo señalo un hecho conocido, no es un anciano.
- Lo que sea – Sacude la mano – Ahora vamos a lo importante solo tenemos dos días antes del fin de clases, así que tenemos que empezar con nuestra actuación, como te dije les dirás a tus padres que te quedaras aquí a tomar un curso de cómo tomar una taza o plantar una orquídea…lo que quieras, como supongo estarán tan felices que su linda campanita se preocupe tanto de su imagen de ser una esposa ideal que aceptaran. Teniendo eso arreglado solo nos queda arreglar tu salida de aquí.
- Un pequeño problema claro – Su voz estaba cargada de sarcasmo.
- Que pesimista eres, pero eso está casi solucionado, porque no serás tú quien saldrá sino que Jane Volturi lo hará.
- ¿Tú?
- Exacto, mis padres ya firmaron la autorización para mi salida, así que listo. Está claro que si usaras el permiso de tus padres se sabría de inmediato que te habías ido, así que será yo quien me vaya, o más bien TÚ siendo YO…Soy un genio!
- Nadie se lo va a creer – Se lanzo hacia atrás quedando nuevamente recostada – Además creo que tanto ver “juego de gemelas” en verdad te afecto.
- Oye me encanta esa película, pero después discutiremos eso Bella recuérdalo será fin de semana y estaremos a cargo de la dulce Sra. Cope que estoy segura conoció a los fundadores de esta sagrada institución.
- La inauguraron en el siglo XIX – Se irguió nuevamente y la vio con enfado.
- Exacto, creo que entendiste mi punto, así que solo tenemos que actuar unos segundos y listo. Le pasaremos la autorización, saldrás y el automóvil de mi familia esperara por ti.
- Y que también engaño a tus padres, creo que hay alguna posibilidad que reconozcan que no soy su hija.
- Tonta Bella, mis padres están al tanto de todo y me apoyan.
- ¿Qué? – Aquello realmente impacto a Bella.
- Hechos creen que tienes derecho a escoger tu propia vida y están dispuesto a ayudarnos, así que también pusieron el avión de nuestra familia a tu disposición – Las lagrimas no se hicieron esperar estaba tan emocionada que alguien hiciera eso por ella – No llores, sabes lo mucho que te quiero y bueno de algo que sirva tener dinero ¿no? – La abrazo fuertemente.
- Jane no se qué decir – Tenía su cabeza apoyada en el hombro de su amiga.
- Solo di….Lo hare Jane – Un audible suspiro escapo de los labios de Bella.
- Lo hare Jane.

Aquel día casi no salieron de su habitación, solo lo hicieron para ir a sus clases y consultar sus notas, ambas tenían los promedios más altos de aquella institución por lo cual estaban eximidas de los odiosos exámenes, tomaron también un  momento para pasar por la cafetería y hacerse de alimento, pues no saldrían durante varias horas.
Jane le explico a Bella la última parte del plan, la que para ella era la más descabellada y casi imposible, pero dado que ya había aceptado solo le quedaba esperar una especie de milagro. Cuando le mostro las dos pelucas que eran parte del plan albergo algún tipo de esperanzas en que no todo estaba perdido.
- Creo que por primera vez agradezco que usemos uniformes.
- Te dije que algún día lo harías – Le sonrió con suficiencia y recordó el día que la conoció, no la fecha exacta ni nada por el estilo, sino que el momento exacto en que Jane apareció en su vida como un torbellino que no deja nada en pie, era tan delicada como un huracán.
Flashback
- Qué cosas más horribles, quien los diseño una monja – Miraba de arriba abajo el uniforme en el cuerpo de Bella quien estaba totalmente avergonzada por aquella inspección.
- No…no lo sé.
- Lo siento no es nada en tu contra, pero vamos como esperan que use esto si no tiene ni un poco de sentido de la moda…por cierto son Jane Volturi.
- Isabella Swan.
- Mucho gusto Isabella Swan – Le dio la mano como si estuvieran cerrando un trato de negocios, aunque tal vez sellaban el inicio de una amistad bastante exitosa – Debes entender que he vivido toda mi vida rodeada de moda, nací en Italia y te aseguro que salí vestida del hospital con un Versace, creo que hasta la alfombra es más linda que nuestra ropa.
- Yo la escogí.
- Buen gusto chica…Isabella, me agradas.
- Bella.
- Gracias por el cumplido, también eres guapa.
-No me gusta que me llamen Isabella, dime Bella – Una sonora carcajada escapa de Jane al entender lo de bella.
- Seremos grandes amigas, Bella – Y desde aquel día lo eran.
Fin Flashback.

Bella aun no podía creer el cambio que había en ella, realmente no lograba reconocer a la muchacha que reflejaba el espejo, una cabellera rubia y unos ojos azules, pero supe que era ella cuando ambas abrieron la boca en forma de “o”
- ¿Qué opinas? – Una Jane con un pelo de color chocolates igual que sus ojos le preguntaba totalmente fascinada por los cambios.
- Increíble, nunca pensé que fuera posible – Seguía parada frente al espejo ejecutando cualquier movimiento para poder convencerse que era ella, en la piel de otra, pero ella.
- Bueno ahora debemos hacer una pequeña prueba – No olvides estos, le alcanzo un par de anteojos.
- ¿Para qué?
- Para los ojos…Bella olvidas que yo uso anteojos cuando mi vista está muy cansada y no quiero usar los lentes de contacto.
- Esta bien – Se coloca la última pieza del disfraz.
-Vamos – Toma la mano de su amiga y ambas salieron al pasillo. Como era usual la mayoría de las  muchachas las ignoraron, nadie pareció notar nada raro y continuaron directo a la enfermería.
- ¿La enfermería?
- Bella físicamente estamos casi idénticas, pero hay algo que no podemos imitar a la perfección nuestras voces, así que fácil.
- ¿Fácil? Acaso existen medicinas para cambios de voces.
- No, ambas acabamos de contraer un terrible resfrió que nos dejado con un dolor de garganta y casi sin voz. Solo hemos venido para acá para cubrir nuestros pasos, asi que me pediremos a la enfermera que nos de algo para este terrible dolor.
- Realmente pensaste en todo.
Luego de ir a que les recetaran unos remedios naturales para su “dolor” de garganta, volvieron a su guarida y pusieron en marcha la última parte del plan. Bella llamo a su madre para comunicarle que no volvería a casa sino hasta dentro de unas semanas debido a que se había inscrito en un curso de política internacional, le explico que era perfecto manejarse en aquello temas por si era invitada a la casa de algún embajador o cualquier persona extranjera que tuviera tratos con su futuro marido, a René la idea le fascino y no encontró mayor problema a su que su estadía se viera prolongada, además aprovecho para contarle que Emmett estaría fuera del país al menos durante dos meses por lo que una vez que llegara la boda entre ambos sería inminente, por último le prometió que a su regreso celebrarían su cumpleaños pues Bella la convenció que no era necesario que fuera hasta el internado para ese día, pues si lo hacía era claro que no la encontraría, ese fue el único momento en que pensó que su plan podría venirse abajo, pero logro salvar con maestría aquel escollo. Realizado esto solo quedaba esperar hasta el sábado por la mañana.


Los primeros rayos del sol iluminaron el lugar, Jane ya estaba preparada para su actuación, con la ayuda de su madre la directora ya estaba enterada que abandonaría por el fin de semana el internado y volvería en unos pocos días, días en lo que sería para todos Isabella Marie Swan, luego Bella también se iría, pero le llevaría varios días de ventaja a cualquiera que quisiera encontrarla.
- Arriba Bella…hoy partes rumbo a la libertad.
- Estoy aterrada Jane.
- Pero eso es parte emocionante.
- Jane si alguien nos descubre.
-Bella en caso que suceda no será de inmediato, como te lo dije estaremos en ventaja además no le diré nada  a nadie, además en términos prácticos tu y yo solo somos compañeras de cuarto, pero no amigas recuérdalo.
- Te quiero – Le dio un fuerte abrazo.
- Dejemos los sentimentalismo de lado – La abrazo con más fuerza – Ahora a revisar si llevas todo…Pasaporte de Jane P. Volturi.
- Listo y no veo donde esta lo malo de tu segundo nombre.
- Lo malo, después lo hablaremos Bella, pero ser Jane Paris no se hace muy feliz. Dinero.
- Listo y prometo pagarte hasta el último centavo.
- No importa, es mi regalo para ti. Por último llevas el celular y la dirección que te dí.
- Si comandante – Tome su mano en la cabeza haciendo la seña de un saludo militar.
- Que graciosa y recuerda Bella, aunque esto me duela muchísimo nada de llamadas ni mails. Aun cuando el celular sea de los que compras en una tienda podrían llegar a rastrearlo si saben que desapareciste, solo nos enviaremos mensajes en caso de extrema necesidad y serán en códigos.
- Lo sé y te extrañare mucho, mucho en esta aventura.
- Ya viviremos otras.
- Sabes que no es posible, cuando vuelva será para casarme.
- Eso lo veremos y ahora manos a la obra.
Media hora después, ambas se habían transformado en la otra. Esta vez eran aun más parecidas que la vez anterior, solo quienes las conocían podrían saber que no eran quienes decían ser en ese momento. Fueron hasta la oficina de la directora y entregaron el permiso a la Sra. Cope quien les recomendó una cucharada de miel para su garganta. Le deseo un buen fin de semana a Jane y le dijo a Bella que pasara después para charlar un rato si se sentía bien, ambas asintieron y se marcharon.
Bella o mejor dicho en ese momento Jane, no dejaba de temblar en la salida, respiro más aliviada cuando vio el auto que se acercaba a recogerla y la llevaría directo al avión privado de los Volturi, recién en ese momento reacciono a que no sabía al lugar exacto que iría. Miro a su amiga quien le dio un abrazo y le susurro antes de subir al vehículo:
- Nueva York y Edward Cullen te esperan baby….conquístalos – Cerró la puerta y se marcho.




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