Bella no tenia dudas de querer a su bebe en su vida, de lo que dudaba era si quería al padre en ella.
Capitulo 12
Sentí su lengua en mi cuello
lamiéndolo como si fuera el mejor de los
manjares. Sus manos jugaban con mi cuerpo dándole pequeños toques en puntos
estratégicos, sabía perfectamente donde hacerlo para dejarme jadeando.
- Veo que te gusta lo que hago.
- Esto es mejor que un día de
spa….mmm….sigue así.
- Tus deseos son órdenes.
Siguió con sus toques, pero esta
vez cambio sus manos por sus labios y no dejo parte de mi cuerpo sin besar, me
sentía en las nubes. Toda la tensión y el miedo de haces unos momentos había
desaparecido gracias a Edward.
De un momento a otro dejo de
besarme, se separo levemente de mí y lo único que distinguía entre las sombras
era su sonrisa que me dejaba sin respiración, nuevamente se inclino y tomo mis
labios entre los suyos me beso de tal manera que debía ser ilegal, mientras lo
hacia una de sus manos bajo hasta llegar al lugar exacto donde lo necesitaba.
- Ya estas preparada para mí – Lo
digo separando mínimamente nuestras bocas.
- Si…- Uno de sus dedos me
penetro y juro que vi estrellas de colores.
Comenzó a masajear suavemente mi
cavidad tocando los puntos exactos, bendito sean sus dedos. No pude controlar
el gemido que se escapo estaba a un paso
de gritar, pero no pude hacerlo porque Edward me beso hasta dejarme sin
aliento.
- Me quieres matar Cullen – Lo
dije casi sin fuerzas.
- No solo quiero que sepas a
quien perteneces – Sentí un segundo dedo en mi interior que hizo que mi cuerpo
se arqueara por el placer, aprovecho esto para dejar un brazo en mi espalda e
inclinarme hacia él dejándome a merced de sus caricias.
Siguió jugando con sus dedos en
mi interior, me sentía en el límite y cuando llegue finalmente me desplome
sobre su cuerpo como si fuera una muñeca de trapo. Le susurre al oído
- Eres magnifico – Sentí como me
tomaba en sus brazos y me llevaba a la cama. Me dejo suavemente sobre ella,
estaba tan feliz por lo que acababa de vivir que no terminaba de reaccionar,
pero cuando sentí que me arropaba y me daba un beso en la frente abrí mis ojos.
- Buenas noches, ángel.
-¿Dónde vas?
- Pensé que querías descansar.
- No pienses y ven de inmediato a
mi lado – No fue necesario insistir más pues en menos de un minuto lo tenía
junto a mi abrazándome.
- ¿Algún plan especial? – Sin
previo aviso lo deje de espalda y me puse sobre él.
- Tengo muchas ganas de cabalgar
– No espere su respuesta, lo bese y me dedique toda la noche a demostrarle mis
dotes de amazona.
Creo que desde mi época de
universidad que no dormía tan poco durante las noches, pero valía la pena pues
el hombre que en ese momento estaba a mi lado rodeándome con sus brazos se
dedicaba a demostrarme que hay mejores cosas que hacer.
Me quede contemplando su rostro
tan bello y no pude evitar la tentación de despertarlo con un beso de los
buenos días cuando vi aquellos labios tan perfectos. Lentamente abrió sus ojos
y me regalo una sonrisa. Su abrazo se hizo más apretado y sentí sus manos
acariciar mi espalda. Tenía claro donde nos llevaría esto y aunque no me
molestaba repetir lo de la noche anterior, teníamos que levantarnos. Aunque en
un principio no fue fácil convencerlo le prometí que tendríamos otras noches.
Luego de arreglarnos, cada uno en
su habitación para ahorrar tiempo, bajamos hasta el comedor. El abuelo ya se
encontraba ahí esperándonos, nos dirigió una sonrisa picara, pero no hizo
ningún comentario cosa que agradecí, pues aún no podía olvidar que me había
visto desnuda.
- Espero que hayas dormido
cómodamente Bella.
- Si, muchas gracias – Aunque
honestamente lo menos que hice fue dormir, pensé en responderle.
- Me alegro – Su vista se fue a
su nieto – Tony esta mañana llego la respuesta que tanto esperabas.
-Que bien – Fue su escueta
respuesta.
- Sabes lo que eso significa.
- Ajam.
-Tony…¿lo entiendes verdad? –
Solo hizo un asentimiento con la cabeza.
Me sentía tan fuera de lugar en
esa conversación, pues no sabía de qué dichosa carta hablaban. Edward lo miro a
él y luego a mí, para luego retomar la conversación:
- No tiene importancia.
- Pero hijo llevas meses…- No
continuo pues Edward lo interrumpió.
- No quiero hablar de eso – Note
la incomodidad de él y la suplica sin palabras que le hizo a su abuelo para que
dejara aquel tema por la paz.
- Bueno…olvide comentarte que vi
a Rosalie en mi viaje – El rostro de Edward era inexpresivo.
- Ok – Su mirada estaba fija en
la taza de café que acababan de servirle.
- Me comento que comenzara los
trámites de divorcio en un par de días en Estados Unidos – Miro a su nieto en
busca de alguna reacción – No dices nada.
- No es algo que me importe
mayormente – Tomo un vaso de jugo.
- Pues francamente parece que
ninguno de los temas que menciono hoy son de tú interés Tony.
- No es eso solo que hay que ya
pasaron y otras que hay que dejar ir.
- Eso creo, pero solo podemos
hacerlo verdaderamente cuando hemos superado los fantasmas.
No había hablado en todo esos
minutos pues nuevamente me sentía que era una intrusa en su charla trate de
buscar alguna excusa para salir de ahí y dejarlos hablar en privado, pero al
parecer el cambio horario afecto mis neuronas, pues ninguna se me ocurría.
- Amor ¿estás bien?
- Si Bella, anoche estuve
preocupado por ti estuve por ir nuevamente a tu habitación.
- ¿A mi habitación? – Agradecí
internamente que no lo hiciera.
- Si escuche varios quejidos así
que pensé que estabas enferma – Me regalo una sonrisa picara que me recordó a
su nieto y yo solo pude enrojecerme.
- ABUELO – Edward sonaba enojado.
- Buen Dios parece que hoy solo
hago que te enojes así que mejor me voy – Alejo la silla de la mesa, tomo su
bastón firmemente y se marcho.
Edward se le quedo mirando y
luego soltó un bufido de frustración, sus ojos buscaron los mios y me dedico
una sonrisa de disculpa. Me levante de mi lugar para acercarme a él, apenas estuve a su alcance me tomo en sus
brazos para dejarme sentada en su regazo. No quise decir nada y espere que
fuera él el que hablara. Durante unos minutos reino el silencio en aquella
habitación. Mi cabeza descansaba en su hombro, mientras acariciaba suavemente mi
mejilla.
- Tienes una idea de cuánto te
amo – Beso mi cuello para que luego sus labios siguieran su camino.
- Edward – No continúe hablando
hasta que nuestras miradas se unieron - ¿Estás bien? – Por un instante una
chispa de tristeza y decepción lleno su mirada. Comprendí tardíamente que tal
vez esperaba que finalmente fuera honesta con mis sentimientos.
- Estas aquí a mi lado no
necesito nada más para estar bien.
- Tú abuelo se fue muy
disgustado.
- Ya se le pasara, además hay
veces en que honestamente se excede – Unio nuestras manos y dejo un beso en mi
muñeca – No quiero que nada te incomode…perdón los incomode – Su mano libre se
fue a mi vientre – No importa si se trata de mi propio abuelo.
- Edward no quiero que tengas
problemas con él por mi culpa, además tu quieres a tu abuelo – Bese su mejilla.
- Si lo hago.
- Se puede ver también que el te
quiere a ti.
- ¿y tú Bella me quieres?
No supe que decir lo quede
mirando y cuando mí cerebro logro volver a funcionar para poder hablar, fuimos
interrumpidos por una de las muchachas que venía a limpiar la mesa.
- Lo siento Señor Cullen…- La
pobre estaba tan avergonzada como yo por la escena, no es que fuera como si
hubiese entrado en la noche a mi habitación, prefería guardar ciertas
demostraciones de afecto en privado.
- Descuida Josephine.
- Me voy…- Sin mirar huyo del
salón rápidamente.
- Pobrecita estaba muy apenada.
- Si – Me regalo su sonrisa
torcida – Aun cuando adoro tenerte así – Hizo más fuerte su agarre – Debo
hablar con mi abuelo.
- Eso estaría muy bien – Me
levante de mi cómoda posición y le ofrecí mi mano para ayudarlo la cual acepto
gustoso, y una vez que ambos estuvimos de pie beso mi frente, para luego darse
la vuelta y salir de la habitación, estaba por hacerlo cuando le grite.
- EDWARD – Recorrí rápidamente la
mínima distancia que nos separaba y me lance a sus labios, lo bese como una
loca, con desesperación quería de alguna manera con acciones lo que
estúpidamente no podía decir con palabras que lo quería.
Cuando puso mi espalda sobre la
pared supe que el beso acabaría en algo más por lo que hice uso de toda mi
fuerza de voluntad para terminarlo, no es que aquello me hiciera muy feliz pero
Edward debía hablar con su abuelo y yo ordenar un poco mis ideas.
A pesar de ya no estar besándonos
nos mantuvimos unos minutos más abrazados, me dio una última mirada y se
marcho, mas antes de cruzar el umbral se dio la vuelta y me dijo:
- En el fondo lo sé Bella y tú
también – Luego se marcho, dejándome con la esperanza de haber trasmitido mis
sentimientos en acciones.
Aprovechando que Edward estaba
junto a su abuelo me dedique a recorrer aquella enorme casa. Los pasillos
estaban decorados de manera elegante y suaves tonalidades adornaban sus
paredes, además de hermosos cuadros. Me detuve en uno de ellos, algo en el
rostro de aquel hombre me recordaba a Edward solo que me miraban unos ojos
azules profundos.
Seguí mi camino y llegue hasta
una puerta que estaba entreabierta, me acerque un poco más y oí claramente las
voces de Edward y su abuelo, sabía que no era correcto escuchar una
conversación ajena, pero la curiosidad fue más fuerte, supe por el tono de las
voces que algo discutían.
- Cuéntaselo Tony, bien sabes que es tú ultimo chance.
- Lo sé abuelo, pero no es un buen momento.
- Lamentablemente es único momento es el ahora.
- No puedo alejarme de Bella, ella me necesita.
- Habla con ella – De que tenía que hablar conmigo y lo más
importante lo haría, me lo contaría.
- No lo sé.
- ¿Crees que no lo entienda? ¿Acaso no la conoces lo suficiente para
saber cómo reaccionaría?
- Ya te dije que llevamos muy poco tiempo.
- Pero por lo que se el tiempo no lo han perdido en lo absoluto, serás
padre.
- Si seré padre – Por primeva vez oí cierta duda en la voz de
Edward.
- No eres feliz con la noticia.
- Claro que si, solo que era algo que no me esperaba. Solo tengo 25
años y la paternidad no estaba en mi lista – No sé porque, pero aquella sinceridad de Edward me dolía
porque nunca había dicho nada. Siempre se mostro tan entero ante la noticia y
lo tomo con tanta madurez que di por hecho que estaba encantado con la noticia
que jamás me cuestione nada.
- Tony te has esforzado tanto por lograr un cupo en la Accademia Musicale Chigiana – Lo dijo en un perfecto italiano.
- Si pero fue antes de todo y
ahora tengo otras en mi vida – Una nota de melancolía tiño sus palabras.
Así que eso era lo que afligía a Edward, tener que elegir entre sus
estudios y yo….Según lo entendí su elección éramos nosotros, pero al parecer no
era del todo feliz. Por un instante me puse en su lugar y trate de
comprenderlo, si yo no hubiese aparecido en su vida no tendría que elegir,
podría ir a Italia y cumpliría su sueño ya dos veces truncado. Debía de
reconocer que era yo quien llego a complicarlo todo y tenía que hacer algo para
que él fuera feliz, aunque tuviera que sacrificarme. Con esa idea en la mente
comencé a alejarme, pero no había dado ni tres pasos cuando oí una voz a mis
espaldas:
- Bella ¿Qué haces aquí?....