La comezón del séptimo año - Cap 2


Capitulo 2
Amante a la antigua

“…Yo soy aquel amante apasionado
que aun usa fantasía en sus romances
me gusta contemplar la madrugada
soñando entre los brazos de su amada…”

Bella tomo la mano de Edward y comenzó a guiarlo por las escaleras, pero no llegaron a su habitación pues él dejo que ella subiera unos escalones por delante, tenía algo en mente y aprovecharía que estaban solos en la casa, también aprovecho ver el cuerpo de su mujer mientras subía.
- ¿Qué sucede? ¿No vienes? – Le pregunto Bella sonriendo pícaramente.

Edward no le respondió, en cambio le sonrió seductoramente y camino hasta ella sin perder el contacto visual, quedaron ambos al mismo nivel, pues él quedo un escalón más abajo, la abrazo con fuerza aspirando su aroma que tanto lo enloquecía.
- Tienes una idea de lo mucho que te amo Isabella – Dejo su espalda contra su pecho y fue bajando una de sus manos por sus piernas acariciándolas suavemente – Eres perfecta y eres mía.

Levanto el vestido de Bella hasta la cintura y noto que no llevaba ropa interior, le dio una nalgada por aquel atrevimiento.
- Eres una mujer muy traviesa amor – Tomo su cuello para dejar sus caras frente a frente y besarla con pasión.
- Y soy solo tuya.

No hablo más, pues decidió continuar con sus lascivas caricias por el lugar que debía ocupar su inexistente ropa interior. Presiono con fuerza el brazo que la tenia rodeada para que notara la excitación que sentía, ella solo contesto con un profundo gemido. La mano de Edward su exploración y comenzó a mimar sus pechos como solo él sabía hacerlo. Empezó a dejar pequeños besos en la nuca de su mujer hasta llegar  a su oído el cual rozó con su lengua para luego dejar su respiración caliente.
- Edward…- Mordió su lóbulo – Cullen…
- Si amor ¿deseas algo? – La mano de Edward estaba bajando por su vientre hasta llegar al lugar exacto donde le necesitaba.
- Te quiero AHORA!.
- Tus deseos son ordenes – De un rápido movimiento dejo a Bella arrodillada frente a la escalera. Dejando sus cuerpos muy pegados el uno del otro. Ella estiro sus brazos para tomarse fuertemente de la barandilla, mientras él agarro con fuerzas sus caderas y la penetro.

Bella dejo escapara un grito de satisfacción al sentirlo dentro. Edward aprovecho al excitante postura en la que se encontraban y con una de sus manos comenzó a estimular su clítoris, de inmediato un agradable hormigueo comenzó a recorrer la columna de su mujer y se lo hizo saber al escuchar su respiración entrecortada con suspiros de satisfacción.

Como siempre Bella no fue una compañera pasiva, pues estiro uno de sus brazos por entre sus piernas y acaricio los genitales de su marido. Ganándose un gruñido de gozo por parte de su marido. Quien mordió el hombro de su mujer. Siguieron en ese juego hasta que de una estocada final y profunda, ambos tocaron el cielo.
- Eres fantástica -  Atrajo su cuerpo hasta sus piernas, mientras él se sentaba en la escalera.
- ¿Cómo supiste? – Dejaba pequeños besos en su pecho.
- Vi la revista amor, además estaba marcada. Entendí la indirecta Sra. Cullen.
- Es usted un hombre muy inteligente Sr. Cullen – Le dio un beso que lo dejo sin aliento.
- Inteligente que aún no está del todo saciado…así que…- La cargo al estilo novia y la llevo finalmente a la habitación donde se dedicaron toda la noche a repasar las posturas que tanto destacaba Bella.

A la mañana siguiente Bella preparo el desayuno muy temprano para ambos en la terraza de su casad, apenas habían dormido un par de horas, pero quería ir por sus hijas, no acostumbraba a dejarlas demasiado tiempo en casa de su familia, confiaba en ellos plenamente, mas adorada estar con ellas. Así que despertó a su bello durmiente con un beso y lo hizo levantarse. Le indico que todo estaba preparado y se marcho, sabía que si se quedaba ahí no saldrían en horas, mientras bajaba las escaleras no pude evitar detenerse un momento y sonreír.
- Veo que te gusto lo de anoche, no tengo problemas en repetirlo – Beso su cuello y fue bajando, hasta que vio la marca que dejo en su esposa anoche – Espero que no pienses usar un vestido sin tirantes para la fiesta de pasado mañana.
- ¿Por qué lo preguntas? – Se dio la vuelta hasta quedar frente a él.
- Tal vez porque tu hombro tiene una pequeña marca – Lo acaricio suavemente.
- ¿Pequeña? Cullen debes dejar de creerte vampiro y morderme – Le sonrió – Además no sé si podre ir contigo, no me gusta que las niñas se queden tantas noches sin nosotros.
- Lo sé amor, pero sabes que debo asistir. La empresa hará una millonaria donación a esa fundación y como mi padre no está en la ciudad debo ir yo.
- Si Edward lo comprendo – Se puso de puntillas, rodeo  su cuello y lo beso – Ahora vamos a desayunar.
Comieron en completa paz conversando de sus hijas y los planes para el fin de semana, después de ir por ellas irían a un centro comercial por unos libros  y ropa para la escuela, luego tal vez al cine. Una vez terminado todo se fueron a su cuarto a ducharse.
- Isabella déjame bañarme contigo – Hizo un puchero de niño consentido.
- No Cullen, quiero ir por mis hijas hoy día – Freno la entrada de su marido al cuarto de baño con la mano en su pecho.
- Eres malvada – Beso la mano que descansaba en su pecho.

Veinte minutos después ambos estaban rumbo a casa de Alice para ir por sus niñas, siguieron hablando de sus planes y de las próximas vacaciones de que avecinaban, pensaron que destinos serian atractivos para la familia, cuando ya tuvieron varios alternativas decidieron que lo someterían a votación.
No alcanzaron a llegar a la puerta cuando Lizzie y Nessie salieron corriendo de la casa para abrazar y besar a sus padres.
- Mamiiii…..Papiiii – Gritaban a coro y se lanzaron a los brazos de Edward y Bella.
- ¿Cómo están mis princesas? – Edward besaba a Nessie que estaba en sus brazos y luego a Lizzie que estaba con su madre.
- Buenos días tortolitos – Alice los saludaba desde el umbral de la puerta.
- Buen día Alice ¿Cómo se portaron las niñas? – Bella se acerco hasta ella.
- Son las mejores niñas del mundo y excelentes cuidadores de bebes.
- Si mami somos muy buenas – Lizzie le sonreía a sus madre y su tía.
- Lo sé amor.

Después de compartir unos momentos con Alice, Jasper y el bebé. Partieron rumbo al centro comercial. Las niñas se dedicaron todo el camino a contarles sobre su noche y todo lo que habían hecho. Gritaron de emoción cuando les contaron donde irían, siguieron hablando de lo que querían, como siempre Edward les dijo que le compraría todo lo que quisieran, mientras Bella trataba de poner la cuota de cordura.

Apenas llegaron las niñas bajaron a la velocidad del rayo. Bella tuvo que frenarlas y decirles que esperaran. Nessie le pidió a su padre que la cargara, mientras Bella tomaba la mano de Lizzie, que como toda niña grande no deseaba que la cargaran como  a una bebita. 

Recorrieron varias tiendas y compraron algunas cosas. Estaban en eso cuando Bella y Nessie se quedaron mirando un escaparate, mientras Edward y Lizzie iban a comprar unos helados, en eso estaban cuando una mujer se acerco a él y la dio una caricia en su brazo.
- Edward querido ¿Cómo estás?
- Jane, muy bien gracias – Ignoro por completo a la pequeña que sostenía a mano de Edward.
- ¿Estas solo? – Su sonrisa era de coquetería.
- No – Cargo a su hija en sus brazos, cosa que por un momento la incomodo a Lizzie, pero al parecer algo logro entender pues se acurruco muy cerca de él descansando su cabeza en su hombro – Estoy con mis hijas y mi mujer.
- Ahí viene mami – Grito la niña para luego mirar a aquella mujer.
- Isabella – Su nombre en sus labios sonó más bien a insulto.
- Jane ¿creí que estabas en Italia con tu esposo?
- Me estoy divorciando – Se acerco a Edward.
- ¿Qué es divorciando? Mami – Pregunto una curiosa Nessie.
- Es cuando alguien fracasa en su relación de pareja bebe -  Le explico Bella con una enorme sonrisa.
- Edward debo darte las gracias por aceptar la invitación a mi fiesta y por la donación – Bella trato de contener la furia que se estaba formando en su pecho al saber recién en aquel momento quien organizaba la fiesta. Edward trataba de buscar su mirada para ver hasta donde había calado aquella información.
- Es una fundación que llevamos años ayudando mi esposa y yo, Jane que tu estés a cargo no cambia nada.
- De todas formas muchas gracias – Nuevamente acaricio su brazo, pero esta vez recibió una pequeña patada de parte de Lizzie, quien le sonrió como manera de disculparse – Bueno me voy. Adiós.

Una vez alejada Edward trato de hablar, pero Bella no se lo permitió, pasaron el resto del día junto a sus hijas, las cuales se transformaron en la excusa perfecta para no tocar el tema, ni que él tratara de acercarse. Cuando llegaron a su casa las cosas no mejoraron, su mujer paso el resto de la tarde jugando con ellas y ya en la noche les conto varios cuentos con la única intención de seguir ignorándolo. Cuando finalmente se durmieron y fue a su habitación encontró a Edward esperándola sentado en la cama. Decidió seguir de largo hasta el cuarto de baño y prepararse ahí para dormir, respiro varias veces para mantener la calma y salió de ahí directo a acostarse. Se acomodo y apago su luz. Sintió como Edward se acercaba.
- Piensas seguir ignorándome – Como respuesta solo hubo silencio – Perfecto – Hizo lo mismo que ella y se acostó, una vez acomodado, la tomo con fuerza  y la abrazo. Cuando sintió que se removía hizo el abrazo más fuerte y suspiro en paz cuando noto que Bella dejo de luchar.

Se levanto temprano aquella mañana y fue  por una ofrenda de paz para ofrecérselo a su mujer. Las tres mujeres de su vida dormían profundamente, le dio un suave beso en la frente a todas y se marcho. Condujo durante una media hora, pues no sabía muy bien que comprar, pero al pasar frente a una florería se sintió iluminado, aunque no confiado del todo, se bajo y compro las flores que a su juicio eran las más hermosas, aprovecho también de comprar dos enorme peluches para sus princesas, una vez hechas sus compras manejo de vuelta  su casa. Miro el reloj y supuso que ya estarían todas levantadas. Al llegar dejo los peluches en las salidas de las habitaciones de sus hijas, para luego dirigirse a la suya.
 Edward llegó con un enorme ramo de rosa para Bella, pero como lo presintió en el instante mismo en que lo compro ella se lo lanzo por los aires
- Ni sueñes que unas florcitas arreglaran el problema Cullen.
- Bella, amor no es para….- No pudo seguir pues esta vez un celular voló cerca de su oído.
- No digas que no es para tanto. Me mentiste.
- Solo oculte información – Quiso hacer una broma, lo que solo hizo que su mujer saliera de la habitación dando un fuerte portazo.
Aquel día Bella siguió con su actitud de ignorarlo, compartieron con las niñas que estaban enloquecidas con sus nuevos juguetes. Vieron un par de películas, durante las cuales Edward aprovecho para tocar a su mujer o besarla, pues bien sabía que frente a Lizzie y Nessie no haría ningún escándalo. El último beso ella lo finalizo mordiendo fuertemente su labio y dejándolo solo en la sala de estar.
El día siguiente no parecía ser mejor que el fin de semana, pero una noticia alegro a Edward.
- Esta noche voy contigo a la fiesta Cullen – Sin esperar respuesta se marcho.
Bella se esmero aquella noche para verse perfecta, se decía a si misma que no lo hacía por los celos que sintió ni por Edward, pero en el fondo sabía muy bien que esa eran sus principales razones. Sus hijas le dijeron que parecía una princesa y cuando su marido la vio dejo de respirar unos momentos, tomo su mano y la beso.
- Seré el hombre más envidiado de la fiesta…como siempre – Bella le sonrió y lo beso, luego camino rumbo a su auto, la furia que sentía casi había desaparecido. Edward se quedo estático y sorprendido por la reacción, pero feliz de que su mujer volviera a besarlo.
- Llegaremos tarde Cullen, muévete.
- No me importa – Se acerco y la abrazo – Te amo. Nunca lo dudes ni lo olvides.
- Lo sé.

Llegaron felices a la fiesta, Bella iba del brazo de su esposo quien le sonreía con adoración, se venían radiantes, conversaron con varios conocidos, a lo lejos notaron a Jane, pero decidieron ignorarla. Uno de los invitados les hacia señales para que se acercaran, era Mike Newton un empresario naviero que no dejaba nunca en paz a Bella haciendo que su esposo ardiera en celos.  Edward beso el tope de la cabeza de su mujer y la dejo junto a su hermana, para acercarse al molesto Newton.
- Nunca en mi vida había visto un lugar con tan mal gusto – Tomo una copa de vino espumante y le paso otra a Bella.
- Lo organizo Jane que más puedes pedir.
- Ciertamente – Conversaron durante un rato más, varias personas se les acercaron opinando lo mismo que ellas. 

Isabella comenzó a sentirse inquieta y busco a su marido entre la gente. Apenas vio que Edward hablaba con esa mujer sintió la sangre hervir, tal vez en ese instante quisiera matarlo, pero él era suyo y al parecer Jane, después de tantos años aún no lograba entenderlo. Le dio su copa a Alice y se acerco hasta donde estaban ellos. Todo el corto trayecto que los separaba sonrió a quienes la saludaban y cuando llego a ello, tomo a su esposo de la solapa de su chaqueta y lo beso, con pasión ignorando por completo a quienes los observaban. Ellos siempre se habían caracterizado por ser muy discretos, pero aquel beso era todo menos eso.
Bella subió las manos hasta su cuello y lo rodeo, Edward la estrecho con fuerza y le respondió el beso, solo se separaron cuando un muy poco disimulado carraspeo los volvió a la realidad.
- Jane querida…no te había visto.
- Isabella – La miro con furia y se marcho. Bella iba a ser lo mismo, pero Edward se lo impidió. La puso frente a él y la acerco para que notara como aquel beso lo había excitado.
- Ni lo sueñes Isabella…tu provocaste esto, tú lo arreglas – La tomo con fuerza del brazo y la saco de ahí.


Acá les dejo un nuevo capitulo!!! Espero les guste 
Que tengan una hermosa semana
Lulu XD

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