La última oportunidad - Capitulo 7


Capitulo 7

Edward estaba presionando con demasiada fuerza la taza que sostenía, la imagen que estaba frente a él lo estaba enloqueciendo. Isabella junto a un niño sonriente, que se deshacía en halagos para ella, Mill con disimulo se la quito de las manos evitando así que la quebrara. 

Jacob no entendió del todo la actitud de Edward Cullen, pero cuando siguió el rumbo de su mirada lo comprendió, los ojos de él estaban clavados en Bella y ella lo miraba como si no pudiera creer que estuviera ahí.
- Buenas noches Sr. Cullen – Bella trato que su voz sonara calmada e indiferente ante su mirada que estaba por quemarla.
- Edward querido este entusiasta muchacho es Jacob Black – Mill lo acerco hasta Edward para que se conocieran más formalmente.
- Buenas noches – No pudo controlarse y apretó con más fuerza de lo indicado la mano de Jacob quien solo lo miro divertido.
- Un gusto Sr. Cullen – Movió cuidadosamente sus dedos, pues estaba seguro que casi le fracturo uno.
- Mill me marcho, fue un placer verte – Se hacer con rapidez hasta la puerta y también a donde estaba aún parada Bella.
- Pero si acabas de llegar, además casi nunca vienes a ver a esta pobre mujer – Puso su mejor cara de víctima.
- Prometo volver pronto, solo que ahora debo irme ¿te parece que cenemos mañana? – Le dio una su clásica sonrisa.
- Esta bien – Edward estaba ya abriendo la puerta – Puedo llevar a mi compañera – Bella solo abrió desmedidamente los ojos.
- ¿Compañera? – Se volteo a mirarla y de alguna manera corroborar que había oído bien.
- Si, Bella es mi compañera así que iré con ella a cenar ¿algún problema? – Edward quiso responder muchos, demasiados, pero simplemente asintió.
Bella quiso hablar, decir que no era necesario que tenía planes, inventar cualquier excusa, pero miro a Mill y ella le dirigió una mirada que no daba posibilidades de contradecirla. Así que decidió callar.
- Me voy, adiós Mill – Le sonrió – Jacob – Hizo un movimiento de cabeza, ya estaba marchándose cuando oyó la voz de Mill.
- No piensas despedirte de Isabella – Se volteo de manera demasiado teatral y la vio, parada cerca de la pared y con una sonrisa de disculpa en sus labios, la miro por unos segundos hasta que se acerco y le dio un beso en la mejilla.
- Hasta mañana Isabella – No espero nada más y se fue casi corriendo hasta su auto.

Mill no dejo de observar a Bella durante toda la cena, tampoco Jacob. Ambos estuvieron todo ese tiempo interpretando lo ocurrido con Edward Cullen, su prisa por marcharse, su mirada que no dejaba de observarla a ella, su despedida y rápida huida, todas esas señales los llevaron a la misma conclusión…el destacado pianista del MET se sentía atraído de la joven señorita Isabella.
Bella se despidió de su nuevo amigo prometiéndole que mañana seguirían su día de excursión por Nueva York, luego de eso trato de escabullirse hasta su habitación para evitar toparse con Mill, pues estaba casi segura que le haría un par de preguntas referentes a Edward.
- No importa lo rápido que corras Bella, de todas maneras te alcanzare – Se sobresalto al escuchar la voz de Mill a sus espaldas.
- Mill, yo…estoy agotada.
- ¿Te gusta verdad? – Bella seguía de espalda, pero se volteo lentamente y solo asintió – y tú pequeña le gustas a él.
- No es cierto – Su voz sonó triste.
- Bells conozco a Edward desde que era un muchachito y nunca ni siquiera cuando era un adolescente lo vi comportarse como lo hizo hoy, estaba celoso, enojada….- dio una fuerte risotada – si hubiese podido despedaza a Jake.
- No es así Mill, lo más probable es que se molesto con algo…no sé.
- Bella tú eres exactamente lo que él necesita.
- No, yo no puedo Mill, mi estadía tiene un límite, incluso la vida como la que he vivido hasta ahora acabara pronto – Una lagrima se deslizo por su mejilla.
- Niña, somos dueños de nuestra vida, si lo deseas puede cambiarse – Le dio un fuerte abrazo.
- Tal vez me falta valor o algo para decidirme – Sollozo en su hombro.
- Pues tal vez ese algo tenga forma de pianista – beso su frente y la dejo ir a dormir.

Al día siguiente a las nueve de la mañana Jacob estaba en su puerta esperándola. Le prometió que ahora le mostraría las hermosas playas, el viaje era de unas horas, pero valía la pena. Mill le recordó que en la noche tendrían planes, así que debían demorar mucho. Le dijeron que así sería. Cuando llegaron Jake casi la carga en sus brazos para que se diera prisa en ir al agua. Estuvieron jugando como dos niños y Bella se sintió feliz de vivir aquello. Luego fueron por algo de comida, pues tanto deporte acuático los dejo hambrientos. Al mirar la hora notaron que lo mejor era volver pronto.
Una vez en el departamento, Jacob se despidió de ambas y prometió ir por Bella al día siguiente para llevarla al MET
- No creas que lo hago por ti. Siempre he querido conocer el tras bambalinas del MET.
- Pues pensare seriamente si te dejo ir conmigo o no – Beso su mejilla y lo despidió.
Mill la miro por unos instantes y le comento que Edward vendría por ellas en una hora más. Así que tenía tiempo para prepararse, cuando entro a su habitación vio una caja sobre su cama. Se acerco y al abrirla vio un precioso vestido.
- Es un regalo así que solo di gracias y úsalo hoy – Mill estaba con ella en la habitación.
- Gracias – La abrazo fuertemente.
En menos de media hora Bella ya estaba preparada, dio varias vueltas por la sala para apreciar el hermoso ruedo de su vestido, era de un suave color lavanda y le llegaba justo a la rodilla, se decidió por unos zapatos estilo ballerinas y ordeno las ondas de sus cabellos. Mill le dio una sonrisa en señal de que se veía perfecta.
Mientras esperaban por Edward estuvieron platicando de varias cosas, una de ella fue que Mill conocía gran parte de la historia de Bella y que por eso estaba decidida a que sus días en la cuidad fueran inolvidables. Bella solo pudo darle las gracias.
Puntualmente a las 8 de la noche apareció Edward, se veía divino como siempre. Las saludo a ambas  con besos en sus mejillas, demorándose unos segundos más en Bella. Tomo el brazo de Mill y salieron. Su auto los esperaba en la entrada del edificio. Las ayudo a ambas a subir en él y partieron.
Les comento que irían a un nuevo restorán en el centro de la ciudad. Bella iba maravillada por los colores y las luces de su entorno que apenas si estaba atenta a su interlocutor, ni siquiera noto que ya habían llegado, que Edward le abrió la puerta y extendía su mano para ayudarla.
- Isabella se encuentra usted bien – La miro durante unos segundos.
- Muy bien – Estaba enrojecida, pero de todas formas acepto su ayuda – Gracias.
Apenas entraron fueron atendidos de inmediato. Los guiaron hasta su mesa y se deshicieron en atenciones hacia Edward y Mill. Bella se quedo unos pasos atrás mirándolo todo, a pesar de pertenecer a una familia muy acaudalada nunca comía fuera de su casa y las pocas veces que lo hizo fue junto a Emmett que siempre mandaba a cerrar para ellos los lugares. Se odio por recordarlo en ese momento, no merecía ocupar ningún espacio de su mente, menos si estaba con Edward. Movió su cabeza de un lado hacía otro borrándolo de su memoria.
Le agradeció al camarero que la ayudo con su silla, Edward ayudaba a Mill y miro con rabia al muchacho que le sonreía descaradamente a una distraída Isabella, que notaba las miradas que le daba. Lo hizo retirarse de manera muy poco diplomática y cuando volvió con las cartas le dijo que ellos lo llamarían cuando lo necesitaran, no era necesario que de quedara como una estatua ahí parado.
Bella sintió que el corazón se le aceleraba, cuando un sonriente Edward le recomendaba que ordenar, se sentía flotando en una nube al sentir que tenía toda su atención en ella. Ambos rieron por un muy mal chiste de él, Mill los miraba maravillada y feliz, cuando vio que el camarero se acercaba nuevamente lo mando a volar no quería que nada rompiera la magia que había en ese momento.
Finalmente se decidieron y Edward con un gesto hizo volver a un muy malhumorado mesero, Bella miro hacia una hermosa pintura, en eso estaba cuando alguien muy familiar apareció en su campo de visión, su hermana Rosalie junto a su marido acababan de entrar.
El corazón de Isabella comenzó a latir con fuerza y rápidamente, sintió que en cualquier momento su hermana la encontraría y todos sus sueños morirían, sin pensarlo mucho se levanto de la mesa y corrió en dirección al baño, dejando a Edward y Mill sorprendidos por su actitud.
Apenas llego a su destino cerró con seguro el lugar y se miro al espejo, toda la alegría que sentía fue reemplazada por el miedo y le desesperanza. Las lágrimas amenazaban con salir y contuvo varios sollozos, lavo su rostro tratando de buscar algo de calma, respiro y soltó el aire varias veces. Hasta que un golpe en la puerta la sobresalto.
- En un momento – Otro golpe – un minuto.
- Isabella abre de inmediato esta puerta o la derribo – Era Edward y su amenaza sonó tan real que abrió de inmediato. Cuando lo hizo entró como un rayo y cerró nuevamente la puerta - ¿Qué rayos te sucede?
No le respondió, en cambio se aferro a él como si fuera una tabla de salvación, lloro en silencio y Edward solo atino a dar suaves golpes en su espalda en señal de consuelo. Cuando Bella levanto su rostro cubierto de lágrimas, Edward sintió que no podía seguir luchando más, bajo su cabeza a su altura y busco sus labios, primero los delineo con su dedo índice acariciándolos suavemente, aspiro el suave aliento de Isabella y por fin unió su boca a la suya,  aquel beso fue suave y tierno, con un ritmo pausado, ambos se dejaron llevar por el momento, Edward la sostuvo con más firmeza y Bella levanto sus brazos y rodeo su cuello. Cuando se separaron ella sentía que sus piernas no le respondían y que el cualquier minuto se desmayaría.
Él la miro como si la viera por primera vez, acaricio su mejilla. Para luego separarse unos pasos de ella y preguntarle.
- ¿De que o quien estas huyendo Isabella?...


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