Capitulo 1
Te amo – fue lo único que pude decir antes que desaparecieras,
trate de alcanzarte, pero sin importar lo rápido que trataba de correr, te habías
ido, ya no estabas conmigo temí que
nunca más lo estuvieras.
Desperté totalmente desorientada, me tomo varios segundos entender que
estaba en mi habitación y que al parecer había amanecido, mire el reloj que
estaba sobre mi mesita de noche, faltaban pocos minutos para las seis, por lo
que todavía podía dormir un poco más, pero sabia con certeza que no podría
hacerlo. Como siempre después de este sueño quedaba inquieta y mi mente se
llenaba de ideas, y pensamientos para tratar de comprender que era lo que me
pasaba y el por que luego de despertar tenía esa sensación de vacío en mi
interior y una pena tan grande por perderlo, pero perder ¿a quien?
Ya eran varias semanas en que este sueño se repetía, no era a diario o al
menos eso creía. Alice decía que mi mente me quería decirme algo o que tal vez
eran algo así como sueños que me mostraban el futuro, si esto último era cierto
haría cuanto estuviera a mi alcance para evitarlo, porque si la sensación con
la que siempre despertaba era algo real que me ocurriría próximamente, pues
desde ya digo paso.
Convencida de no poder seguir durmiendo, decidí que era mejor levantarme,
como tenía tiempo de sobra podría ordenar y arreglar mi departamento, revisar
algunas cuentas y esas cosas, pero antes me daría una ducha y luego me podría
preparar un gran desayuno.
Me fui directamente al baño, esperando que el agua caliente me relajara.
- ¿Te duele? – no pude evitar hacer una mueca de dolor – Veo que si.
- ¿Cómo se ve? – Tenía los ojos fuertemente cerrados.
- Serán necesarios unos puntos – Un estremecimiento me recorrió el cuerpo y
no pude evitar sobresaltarme – Tranquila.
- ¿Es realmente necesario? – Pregunte tímidamente y abriendo los ojos.
- Lo siento, pero es lo que necesitas.
- Está bien – suspire resignada – Que sea rápido por favor – Se que mi
actitud era infantil, pero odiaba los hospitales, las curaciones, las agujas y
todo lo que se pudiera relacionarse.
- Prometo hacer mi mejor esfuerzo – Lo vi sonreír y por primera vez note lo
guapo que era, alto, tez blanca, pelo despeinado y de color cobrizo, me sonroje
sin poder evitarlo y agradecí que en ese momento haya salido.
Volvió a los pocos segundos acompañada por una enfermera, que por la manera
en que lo miraba supongo que se sentía bendecida de poder ayudarlo. No pude
evitar sentirme más nervioso aún al presentir que ella estaría más atenta al
doctor que a mí, aunque honestamente no podía culparla.
Note como se acercaba a mí y pasaba suavemente sus dedos por mi herida, al
instante volví a cerrar mis ojos, mientras contaba mentalmente los segundos,
sentirlo tan cerca me estaba dejando con lo nervios desechos y si a eso le
agregamos los puntos que necesitaba mi herida, lo más probable es que me diera
un ataque de algo.
No pude evitar el maltratarme mentalmente por mí torpeza, lo que sería una
tranquila y desestresante ducha, se transformo en una caída que tuvo como
consecuencia una visita al hospital, había estado tantas veces de visita en
emergencia que lo mejor era instalar una propia en el cuarto de huéspedes de mi
apartamento o hacerme accionista de un hospital, como todo lo que ganaban
conmigo al año no era de extrañarse que alguna ala del hospital de Forks
llevara mi nombre. Es que solo una patosa como yo era capaz de enredarme con la
cortina, caerme y de paso herirme la frente, seguía con mi castigo mental hasta
que la suave voz del doctor me saco de mis pensamientos.
- Listo, espero que no haya sido tan malo – Aun estaba tan cerca de mí que
su aroma me envolvía y su aliento llegaba en suaves ráfagas directo a mi nariz
– Por cierto puedes abrir los ojos.
- Gracias – Sabía que estaba roja como el granate.
- Y bien fue tan malo.
- ¿Honestamente? – Una musical risa lleno el lugar.
- Por supuesto.
- Nada de mal – No pude evitar sonreír, como tampoco evitar la sensación de
alegría que me embargo cuando él me devolvió la sonrisa.
- Bueno, Srta. Swan me alegro mucho que esto no haya sido tan malo.
- Yo más que yo, Doctor…
- Que torpeza la mía, Soy Edward Cullen – Estiro su mano para que las
estrecháramos.
- Isabella Swan – Cuando nuestras manos se unieron sentí una descarga
eléctrica que recorrió todo mi cuerpo.
- Me parece que todo esta bien, le he recetado unos analgésicos para el
dolor y cualquier síntoma que siente no dude en venir nuevamente. Tendrá que
reposar un par de días, solo por precaución – Eso no me gusto en lo absoluto y
fruncí el ceño, lo que solo provoco dolor, parece que el Doctor Cullen lo noto
– Lo siento, pero es necesario un golpe en la cabeza es algo serio.
- Esta bien, muchas gracias – Creo que baje con mucha rapidez de la
camilla, pues sentí un ligero mareo y me tambalee, cuando ya estaba resignada a
chocar con el suelo, sentí como unos fuertes brazos aferraban mi cintura y
evitaban mi caída.
- ¿Segura que esta bien? – Solo me limite a asentir, convencida que no
podría hablar, sus manos aun descansaban en mi cintura y yo tenía mi cara
hundida en su pecho, no se por que pero me sentía cómoda ahí.
- Creo que si – Levante mi rostro y le sonreí- Será mejor que me vaya.
- Si no esta bien, puedo revisarla nuevamente – Sentí como sus brazos
abandonaban mi cuerpo.
- Estoy bien creo que lo que paso no tiene nada que ver con mi caída y
mucho con mi forma de ser – Nuevamente logre ver su sonrisa
- Siendo así, cuídese Srta. Swan.
- Adiós, Dr. Cullen, gracias – estreche su manos y salí de su consulta.
Llegue a la sala de espera en busca de mi amiga que apenas me vio
corrió a mi lado.
- ¿Cómo te fue? ¿Qué te dijo? – La voz de Alice resonó en mi cabeza.
- Tengo unos días de reposo y bueno esto – Señale mi frente.
- Oh Bella!!! Me asustaste tanto cuando te vi ahí – Me estrecho con fuerza.
- Siento haberlo hecho, pero estoy bien, ahora vamonos de aquí por favor.
- Enseguida, Jasper nos espera afuera.
- No debiste molestarlo.
- No digas nada y vamos.
Los siguientes días fueron los más aburridos de mi existencia y eso
teniendo en cuenta que mi vida no es la más entretenida del mundo. Todo eso se
lo debía a Alice que se comportaba como la enfermera más autoritaria, no me
dejaba hacer nada y cuando digo nada era NADA!!!!, si ella hubiese podido ir
por mi al baño, estoy segura que lo hubiese hecho.
- Bella, un golpe en la cabeza es algo serio – Me lo repetía cada vez que
empezaba a protestar por algo, yo sabía que era serio pero no sabía además que
tenía que ser tan aburrido. A tanto llegue que pensé en darle uno a Alice para
que entendiera mi punto, pero deseche la idea y solo le respondí.
- Lo sé, Alice, pero ya estoy bien déjame al menos levantarme un momento o
el colchón se me quedara pegado de por vida en mi espalda – Estaba segura que
alguien en coma tenía más libertad de movimiento.
- Esta bien – Lo había logrado – pero solo un momento – una victoria a
medias.
Jamás creí que volver al hospital me haría tan feliz, pero saber que
finalmente me quitarían los puntos y me darían de alta me hacia sonreír. Aunque
lo que más me alegraba era que Alice la “enfermera del terror” desaparecería y
volvería mi mejor amiga, excéntrica, llena de energía y adicta a la moda, pero
mi amiga.
Sin importar cuan feliz estuviera, no podía evitar el nerviosismo que me
provocaban estos lugares, comencé a juguetear con mis manos y a ver la hora
cada segundo, agradecí que Alice no estuviera aquí, pues estaría criticando mi
actitud de niña. Suspire un par de veces, hasta que finalmente oí mi nombre.
- Isabella Swan – salte como impulsada por un resorte – Sígame por favor.
No pude evitar que mi corazón se acelerara un poco ante la perspectiva de
ver nuevamente al Doctor Cullen, aunque una parte de mi lo dudaba, la vez anterior
había sido tratada en emergencias y ahora estaba en el área de medicina
general.
- Pase por aquí, la enfermera vendrá en un momento – Sentí como la
decepción llegaba a mí – Luego el Doctor la vera – parecía bipolar cuando volví
a sentir esperanzas y mariposas en la panza por la posibilidad de verlo
nuevamente.
Me quede sola así que subí a la camilla, estuve un momento observando todo
a mi alrededor, cuando vi todos los implementos que allí había me volví a
sentir nerviosa.
- Buenos días – Di un respingo.
- Buenos días – Le respondí de vuelta a la enfermera, que me sonrió.
- Esto nos tomara solo un momento – Vi como preparaba todo y luego se
acercaba, cerré fuertemente los ojos, y espere.
- Listo, su herida esta muy bien. Ya puede pasar al ver al doctor.
Me levante despacio, no quería que me sucediera nuevamente lo de la vez
anterior, le agradecí a la enfermera y me dirigí al despacho del doctor. Toque
suavemente la puerta hasta que escuche una voz desde dentro que me decía.
- Pase.
Abrí la puerta y entre a la consulta, no pude evitar que una enorme sonrisa
se extendiera en mi rostro, no podía creer lo que estaba viendo….
Acá comenzando una nueva historia...Espero que les guste
Besos y que tengan un feliz fin de semana
Lulu XD