Recuerdame - Capitulo 5




Capitulo 5

Aclaraciones

Edward POV

Me quede unos segundos mas viendo a Bella partir, adoraba mi profesión, pero en momentos como este pensaba que un trabajo de oficina no me vendría mal, pensar que se iba con Jacob Black, era una idea que me desagradaba profundamente.

Fue la voz de una enfermera, que me apremiaba la que me saco de mis pensamientos, agité mi cabeza y enfoque toda mi energía en aquella emergencia.
Después de varias horas atendiendo a los heridos, pude tomar un pequeño descanso, me dirigí a la sala dispuesta para aquello dentro del hospital y busque en mi bolsillo la tarjeta que Bella me había dado, la tome entre mis manos y la observe con la esperanza que fuera su fotografía, pero al menos era algo de ella. Toque con las yemas de mis dedos su nombre, quise llamarla de inmediato, pero vi la hora, lo mas probable es que la despertaría, así que deseche la idea. Me tome un café bien cargado y volví al trabajo.

Apenas termine de trabajar me fui a descansar a mi casa, estaba agotado y si quería ver a Bella hoy tenía que dormir algo. No llevaba ni una hora durmiendo cuando el sonido del timbre me despertó, como tarde un poco en reaccionar, después siguieron unos molestos golpes en la puerta, solo existía una sola persona en el mundo capaz de hacer eso. Me levante rápidamente antes de quedar sin puerta.

- Hasta que abres…. ¿estabas durmiendo? – Sonrió inocentemente.
- ¿Tú que crees hermano? – Ni siquiera me contesto, entro a mi casa y se acomodo.
- Bueno, pero ya que estas despierto habrá que desayunar.
- Pasa estas en tú casa.
- Si, si, si y ¿Cómo va la vida Dr. Cullen? – Dejo su maleta en el suelo y se dirigió a la cocina. Con mi hermano las bienvenidas sobraban y antes de pestañear ya estaba acomodado.
- Nada nuevo realmente.
- Todavía no hablas con ellos ¿no es cierto?
- Emmett no hay nada de que hablar.
- Tan testarudo como siempre hermano.
- No quiero hablar de eso.
- Entonces si no quieres que hable…alimentame!!!! – Solo me reí.

Después de que en mi refrigerador no quedo un solo alimento mi hermano se encontró satisfecho, parecía tan agotado como yo, así que le ofrecí la habitación de invitados y yo iría a la mía. Apenas traspase el umbral me lance a mi cama  y me dormí enseguida.
Horas después desperté renovado y con energías, me fui rumbo al baño para darme una ducha, después de eso llamaría a Bella y la invitaría a cenar.

Iba en busca de mi ropa, cuando mire el reloj sobre mi mesa de noche. No podía ser posible, lo más probable es que estuviera descompuesto, yo jamás dormía tanto, me acerque en busca de otro reloj, para buscar una confirmación y como lo temía era cierto, había dormido más de doce horas, eran cerca de las 11 de la noche. Quise matar a mi hermano por interrumpir mi sueño, aunque siendo honesto también debía de culpar a Bella, pues soñé todo el tiempo con ella, así que esa era la principal razón por la que no me quería despertar.

Me dirigí a la habitación donde estaba mi hermano, para desahogar mi rabia con él, pero no lo encontré por lo que me fui a otro lugar donde sin duda estaría, la cocina, y le atine, lo que me pareció extraño fue todavía quedaba algo para cocinar en mi casa.

- ¿De donde salio todo esto? – Le pregunte curioso.
- Buenas noches dormilón…esto – me indico la comida – Se lo pedí a mi hada madrina.
- Que gracioso – Me acerque a ver que era lo que hacia – Huele delicioso.
- No solo como Edward, también se cocinar. Recuerda que mamá me enseño – No pude evitar tensarme.
- Calmate, solo la nombre, si te dijo que esta tras esa puerta te infartas. Se que no es mi problema, pero no crees que deberías al menos hablar con ellos.
- Es cierto – Capte toda su atención – No es tú problema.
- Edward, ellos lo sienten y te extrañan.
- Emmett que parte de que no es tú problema no entendiste.
- Perdón pero esto me importa, son mi familia, no lo olvides.
- Lo sé, yo… ¿Cómo…- No pude seguir.
- ¿Cómo están?...bien dentro de lo que se puede, pero tú eres como una espina en el trasero, siempre presente.
- Tú no cambias ¿cierto? – Como siempre mi hermano salía con una de sus bromas para aminorar la tensión existente, pero no podía seguir obviando el tema.

El distanciamiento con mis padres era una herida que se negaba a cicatrizar y por más que quisiera ignorarla, simplemente no podía. Recordar como era mi relación con ellos antes y como era ahora, me dolía, pero no podía olvidar que no me apoyaron cuando más los necesitaba.

- Te dormiste nuevamente – Emmett paso el cuchillo de un lado a otro cerca de mi rostro.
- No…solo pensaba.
- ¿En ellos o en ella?
- No importa…mejor dime ¿qué haces aquí?
- Cocino, acaso no ves.
- Muy pero muy gracioso, me refiero a ¿Qué haces aquí en la ciudad? Pensaba que seguías en tu misión por… ¿África?
- Si, era en África, pero ya termine y tengo seis meses antes de tener que volver.
- ¿Seis meses? – Creo que mi voz se elevo.
- Relájate no planeo quedarme contigo durante ese tiempo, tengo cosas que arreglar, la próxima será mi última misión, luego planeo hacer todo lo que un hombre común y aburrido hace ¿algunas ideas hermanito?
- Varias, pero mejor me las guardo – Me aventura a hacerle una pregunta –  ¿y Rosalie?
- No sabe de mi regreso, quiero sorprenderla.
- Ojala y no seas tú el sorprendido – Se tenso y me miro con furia.
- ¿Qué sabes?...sabes algo que yo no sé, dímelo Edward….¿qué sabes? – Me apuntaba con el cuchillo y me arrepentí inmediatamente de mi broma, la próxima vez mejor hago una cuando mi hermano no tenga nada peligroso en sus manos.
- Es una broma Emmett, hace varios meses que no veo a Rosalie – Me miro con el ceño fruncido y bajo el cuchillo.
- Espero que sea cierto.
- Todavía no entiendo que ve ella en ti, sin contar lo bien que se toma tus largas ausencias.
- Ella sabe que es algo que me hace feliz, además fue así como nos conocimos y lo entiende mejor que cualquiera, pero ya te dije la próxima será la última, quiero casarme con Rose.
- Wow…son palabras mayores…tú casado.
-  Pero si tú estuviste… – Me miro y prefirió dejar el tema - ¿Tienes hambre?

Me puso un enorme plato por delante y nos dispusimos a comer, y continuar nuestra charla. En el fondo admiraba profundamente a mi hermano, apenas se graduó se fue a ayudar a África y pasa largos meses allí, dejando de lado las comodidades, la posibilidad de tener un buen trabajo y dinero, solo lo movía la posibilidad de hacer algo por cambiar el mundo, mientras yo estaba aquí en una casa, con un buen empleo y tratando de luchar contra mis propios demonios que me aíslan, aunque en estos últimos días tenía la certeza que  todo estaba cambiando, por primera vez en muchos años, sentía esperanza y creo que sabía perfectamente a quien se lo debía.

Terminamos de cenar y planeamos ver una película, ambos habíamos dormido lo suficiente para estar despierto por el resto de la noche, así que nos instalamos, mi hermano elegiría una película, por un instante pensé que su elección sería alguna de Disney o similar, pero como no tenían ninguna de ese tipo vimos “El padrino”.

Aunque no tenía suficiente sueño, una vez que termino la película,  me decidí a ir a descansar, a la mañana siguiente tenia un arduo día de trabajo, debía arreglar varias cosas si quería poder ver a Bella, ya había pasado casi dos días sin que le hablara, me angustiaba la idea de lo que podía pensar.

La ventaja de tener a mi hermano era que en todo lo relacionado con las comidas el siempre se preocuparía, así que cuando me levante al día siguiente el desayuno estaba listo y un delicioso olor impregnaba el aire, me indico que me sentara y lo primero que sirvió fue un café. Después de comer como hace mucho no lo hacía en las mañanas, quedamos muy a mi pesar en cenar esa noche, ya que mañana temprano partiría a Washington a casa de nuestros padres. Tampoco podría ver hoy a Bella y no quería llamarla hasta que pudiera asegurarme de tener tiempo para ella.

El día transcurrió sin grandes sobresaltos, lo primero que hice al llegar fue arreglar mis horarios, varios compañeros me habían pedido que los cubriera, mi condición de soltero y adicto al trabajo me hacían el candidato perfecto para ayudarlos,  así que aun cuando no fuera mi estilo les pediría que me cubrieran, se acercaba el fin de semana y tenía planes que llevar a cabo.

Puntualmente mi hermano estaba esperándome al término de mi trabajo, para mi sorpresa lo acompañaba Rosalie, así que los tres partimos rumbo a cenar. Estábamos por entrar cuando Emmett recibió una llamada, así que nos pidió que nos adelantáramos, le ofrecí mi brazo a Rose para entrar, nos detuvimos frente al anfitrión, en ese momento fue cuando tuve la sensación que alguien me miraba, trate de ver de donde venía, ahí fue donde localice unos hermosos ojos color chocolate clavados en mí, aunque lo que más me preocupo fue darme cuenta que también miraban a mi acompañante.

Le susurre algo a Rosalie y trate acercarme a Bella, no pude evitar darme cuenta que estaba con Jacob Black, trate de controlar la mezquina emoción que me estaba embargando. Note como se levantaba y salía del lugar, así que fui tras ella.

- Bella – Susurre su nombre.
- Dr. Cullen ¿Cómo esta? – Se volteo a verme, aun cuando trato de disimular, pude ver la decepción reflejada en su mirada.
- Bella…yo – Me acerque más a ella y trate de tomar su brazo, pero de inmediato se alejo, así que trate de hablarle – No quiero que pienses….
- Bella!!  Todo listo – Quise golpear a Black por la interrupción.
- Adiós, Dr. Cullen – No pude decir nada más y solo vi como se marchaba

Me quede unos segundos viéndola subir al auto de Jacob, pensé en seguirlos y pedirle que me dejara explicarle todo, no entendía muy bien pero me angustiaba el hecho que Bella se fuera así, la conocía desde hace muy poco y casi no habíamos compartido, pero se estaba ganando un lugar en mi vida que nunca pensé alguien podría volver a llenar.

Sentí una mano sobre mi hombro, era mi hermano Emmett que me miraba con una mezcla entre sorpresa y curiosidad, lo deje guiarme hasta nuestra mesa y me senté, aunque lo único que quería era estar solo. Ni siquiera se que fue lo que ordene para cenar, estuvimos durante varios minutos en silencio hasta que fue Rosalie quien rompió el hielo.

- ¿Es tú novia? – Como siempre tan directa.
- No.
- ¿Una amiga especial? – Pregunto mi hermano.
- No
- ¿Una colega? – Fue el turno de ella
- No
- ¿Una vecina?
- No
- ¿Compañera de universidad?
- No
- Por todos los cielos… ¿Quién es? – Los mire a ambos y no pude evitar divertirme por la cara que tenían, parecían unos niños curiosos, aunque todas sus preguntas me hicieron pensar que era Bella para mí  y lo más importante que quería que fuera en un futuro.
- Es Isabella.
- Al menos tiene nombre, pero ¿Quién es para que te haya dejado así?
- Alguien muy especial para mí – Lo dije sin pensar, pero eso no le quitaba la verdad a lo que había dicho.
- Wow… mi hermanito esta enamorado…y además es cursi – No pudo seguir y lo oí quejarse, así que supuse que su novia lo había golpeado.
- Creo que lo que vio no la hizo muy feliz, no es cierto – Note que Rose se sentía culpable.
- No y se fue sin dejarme explicarle todo, pero no te culpes el idiota aquí soy yo.
- Eso ya lo sabemos.
- Emmett si no vas a decir nada bueno, mejor usa tú boca para comer – Le reprendió su novia.
- Prometí llamarla, pero estos días han sido un caos y no lo hice, lo más probable es que ahora me odie.
- Esto se ve complicado, pero nada que no podamos solucionar, sabes donde vive.
- No lo sé – Pero apuesto que ese tal Black lo sabía.
- ¿Tienes alguna manera de conseguirlo? – Pensé por unos instantes y supe como averiguaría.

Tome mi celular para hacer una llamada, logre los datos que necesitaba. Con la ayuda de Rose ideamos un plan para conseguir que Bella me perdonara o al menos me hablara, agradecí haber arreglado todo para no tener que aparecer por el hospital en varios días. Así tendría tiempo para lograr algo con ella. Sentí que la alarma de mensaje sonaba en mi celular, al menos recibió mi mensaje y a partir de mañana pondría manos a la obra.

Bella POV

Desperté tan agotado como si no hubiera dormido nada. Agradecí que fuera viernes, así tendría que trabajar y no me dedicaría a estar todo el día pensando, después planearía que haría el fin de semana.

Tome un baño para ver si podía despejarme un poco, me vestí con algo cómodo, revise unos papeles mientras me preparaba el  desayuno, al terminar ordene todo y me fui rumbo a mi trabajo. Al abrir la puerta me encontré con un hermoso arreglo de rosas, mire para ambos lados del pasillo para ver si veía quien las había dejado ahí, pero ni rastros de alguien, entre con las flores y las deje sobre una mesa, busque si tenían alguna tarjeta, al encontrarla la abrí y leí la nota …
“Espero que estés mejor, Con Cariño Jacob” – Sonreí ante tan dulce detalle y me fui.

Al llegar a mi trabajo note que varias miradas estaban puestas sobre mí, no entendía muy bien por que hasta que llegue a mi oficina, la cual estaba llena de globos, de distintas formas y colores, algunos cubrían el suelo y otros colgaban desde el techo.
- ¿Qué es todo esto? – Le pregunte a mi secretaria.
- Cuando llegue esta mañana estaba todo así – Esta vez Jake se había extralimitado, pero agradecí su gesto. Me acerque hacia las cintas de los globos, de las cuales colgaban papeles de colores con mensajes, tome uno de ellos y me di cuenta que esa no era la letra de mi amigo…

“Bella por favor necesitamos hablar. Edward” – Pase mis dedos por la tarjeta, estaba escrita en una caligrafía perfecta, no pude evitar que mi corazón latiera un poco más rápido, tal vez….no quise empezar de nuevo, sacudí mi cabeza y vi el resto de las tarjetas, todas eran con mensajes similares, que necesitaba hablar conmigo, que le diera una oportunidad  y otras cosas similares.  Sentí que alguien tocaba a la puerta.

- Adelante – Una enorme tarjeta estaba frente a mi puerta, decía “Contesta por favor”, no entendí muy bien el mensaje hasta que mi celular comenzó a sonar, le indique a la persona que dejara la tarjeta, me di la vuelta y conteste – Alo…
- Necesitamos hablar – Note que aquella voz estaba muy cerca, me di la vuelta y lo vi ahí frente a mí, el celular se resbalo de mis manos – Lo siento, no quise asustarte.
- Dr. Cullen!!! – Trate de recuperar la compostura perdida y me agache a recoger mi teléfono, pero el fue más rápido y me lo entrego.
- Bella….Srta. Swan, al menos no ha reventado los globos.
- Recién llegue.
- Eso quiere decir que planeaba hacerlo.
- Los globos no tienen la culpa, aunque no era necesario transformar mi oficina en fiesta temática.
- Lo siento, pero fue lo único que se me ocurrió para llamar su atención ¿Lo logre?
- Tal vez – Sentí que se acercaba a mí.
- ¿Qué necesito para captarla por completo? – Me acerque a mi silla y le indique a el otra, necesitaba la barrera de mi escritorio para poder aclarar un poco mi mente. Una vez tras de el, le respondí.
- No lo sé – No lograba entender el efecto que provocaba en mí, pero con tenerlo ahí cerca, mi corazón se acelero.
- Bueno, al menos aceptara escucharme – No respondí solo asentí, quería creer que no se tomaría tantas molestias si lo iba a decirme fuera tan malo o se las tomaba para que el daño fuera menor  – Me alegra ¿no interrumpo nada?
- No, desea algo Dr. Cullen.
- Solo una cosa – Enarque una ceja – Que me llames Edward por favor.
- Esta bien….Edward – Lo oí tomar aire y pensé que tal vez no era nada bueno lo que se venía
- Primero te pido perdón por no llamarte, pero tuve un par de inconvenientes estos días, el agotamiento unido a la llegada de mi hermano me dejo sin energías. Cada vez que quería hablarte era demasiado tarde y cuando tenía todo listo para hacerlo tuve que ir a cenar con Emmett, mi hermano y su novia.
- ¿Novia? – Así que aquella rubia no era nada de él, una nube de alivio cubrió mi cabeza.
- Si aquella rubia con la que me viste anoche es la novia de mi hermano, aunque creo que a esta hora ya debe ser su prometida.
- Novia…prometida
- Bella jamás te habría pedido tu numero o te hubiera besado – No pude evitar sonrojarme – Si estuviera con otra persona, se que no nos conocemos, pero no soy así.
- Me alegra saberlo…- Se paro y quedo frente a mi silla, se acerco lentamente y me susurro.
- Entonces todo bien – No me salieron palabras así que solo moví mi cabeza en señal de afirmación – ¿Tienes planes para esta tarde?
- No – lo dije en un susurro.
- Entonces puedo tenerte solo para mí.
- Si.
- Eso me parece perfecto. Paso por ti más tarde.
- Claro – Se inclino suavemente y me dio un beso en los labios.
- Creo que mejor me voy no quiero molestarte más.
- No lo haces – Me regalo una sonrisa torcida y se despidió.
- Nos vemos en unas horas.
- Adiós – Camino hacia la puerta y se marcho.


Después de un buen rato mi oficina volvió a ser habitable, deje algunos globos ahí, los demás adornaron las dependencias de la editorial. Las horas pasaron con más lentitud por la expectativa de ver a Edward, esta vez quería ser más precavida, pero al recordar todo lo que hizo para captar mi atención hacían realmente difícil que no me ilusionara.

Cuando termino mi hora de trabajo, apague mi computadora, tome mi bolso, me despedía de todos y salí disparada, trate de calmarme pero cuando lo vi parado esperándome, mi corazón  se acelero y no era producto de lo rápido que baje.

- Buenas tardes – Tomo una de mis manos y las llevo a sus labios.
- Buenas – Mire sobre su hombro y ahí estacionado había un carruaje.
- ¿Qué te parece si damos un pequeño paseo? – Entrelazo sus manos y me guió.
- Esto es cierto.
- Si y es solo para nosotros – Me ayudo a subir para luego hacerlo él, se sentó junto a mi y paso uno de sus brazos por mi hombro, acercándome aun más.

Deje a un lado mis prevenciones y me deje llevar, tal vez Edward si era un príncipe de cuentos de hadas y por un momento me permitiría creer que yo podría ser su princesa y tener mi propia final feliz.




>