Entre tus alas - Capitulo 21


Capitulo 21

Me lleve las manos al vientre como una forma de proteger a mi bebe, aquello no debía estar pasando, según los cálculos aún faltaban dos semanas para dar a luz y además que hacia Edward aquí, como me encontró y…no pude seguir pensando, pues fue subida con la velocidad de un rayo a un automóvil.
- ¿A dónde vamos? – Edward me miro como si acabara de hacer la pregunta más idiota del mundo, que era exactamente lo que acababa de hacer.

- A una cena, estas disponible hoy án...Bella – No sé si fue una contracción o un dolor el que sentí cuando note que se arrepentía de llamarme “ángel” como lo hacía cuando me amaba - ¿Cómo te sientes?
- Como si estuviera a punto de dar a luz – Un poco de humor no hacía daño a nadie.
- ¿Algún hospital en particular?
- Al de siempre, mi doctora ha de estar ahí – Levanto un teléfono y le dio al chofer las indicaciones.

El dolor todavía no era insoportable, pero tenía miedo de no llegar, de no saber que iba a pasar, de todo, al parecer él lo noto, porque tomo mi mano y la apretó con la fuerza necesaria para darme seguridad, quise llorar por aquel gesto y por todo lo que lo había extrañado este tiempo, me hacia tanta falta, mas él ya había tomado una decisión y tal como lo prometí aquel día, la respetaría.
- Ya llegamos – Soltó mi mano para bajar casi corriendo del auto y de inmediato extrañe su toque en mi piel, abrió la puerta y me dijo que me quedara ahí.
- Como si tuviera a otro lugar que ir – Me sonrió y con una velocidad casi sobrenatural, entro al hospital para salir luego con una silla de ruedas, me ofreció su mano para ayudarme a salir del coche.
- Lista – Me senté suavemente y me deje llevar. Apenas cruzamos el umbral llego una enfermera y unos pasos más allá estaba la doctora, parecía que todos estuvieran ya esperando.

En cosa de minutos ya estaba en mi cuarto con todo preparado para que mi bebe llegara a este mundo. Edward no se separo ningún momento de mí y quería agradecérselo, pero las contracciones eran cada vez más seguida así que solo podía respirar como me habían enseñado. Cuando el dolor se fue haciendo casi insoportable, la doctora nos indico que era hora, una oleada de miedo se hizo que me costara respirar, pero nuevamente él me ayudaba, beso mi frente y tomo mi mano con fuerza.
- Vamos ángel, tu puedes – Quise pedirle a mi bebe que aguardara un momento para nacer, pues en ese momento deseaba besar a su padre, pero al parecer la pequeña tenía sus propios planes.
- Ayyyyyyyyyyy Diossss….- Grite a todo pulmón mientras sostenía la mano de Edward con una fuerza que nunca creí poseer.
- Vas muy bien Bella, vamos sigue falta muy poco – Estuve tentada a preguntarle a la doctora cuan poco faltaba, pues estaba demasiado exhausta – Puja….una vez más…puedo ver la cabeza – Edward trato de acercarse, pero lo retuve a mi lado – Vamos una última vez – Hice uso de todas las fuerzas que tenía para pujar una vez más.

Un llanto inundo todo el lugar, era potente, pero a la vez el sonido más maravilloso que hubiese oído jamás. Trataba de acompasar mi respiración y observaba cada detalle, Edward finalmente pudo acercarse y fue él quien corto el cordón umbilical, le dio una suave caricia en la frente para luego volver junto a mí y besarme, todos los intentos de recuperar mi respiración normal se fueron al traste al sentir sus labios sobre los míos, aquel beso era como un sueño del cual inevitablemente tuve que despertar cuando una de las enfermeras se acerco con nuestra hija.
- Es hora de que conozcas a tus padres preciosa – Me sonrió para luego dejarla en mis brazos, por un instante no supe que hacer, pero el instinto materno por el que roge durante todos estos meses finalmente apareció.

La acerque a mi pecho y acaricie sus finos cabellos, era hermosa y era mía, aún no habría sus ojos, pero rogaba porque fueran del color de Edward.
- Ya han pensado el nombre – Nos pregunto una sonriente enfermera.
- Hope*- Lo dije sin pensarlo mucho, esa pequeña era una milagro pero también mi esperanza de que todo sería mucho mejor, luego mire a Edward quien asentía con una sonrisa.
- Hope Cullen – Se acerco más a nosotras y nos abrazo, luego beso el tope de la cabeza de nuestra bebe – Gracias por darme este regalo tan maravilloso.

Sabía que hablaba desde la emoción de ser padre, pero que una vez que esta se calmara teníamos muchas cosas que aclarar, ambos lo necesitábamos para seguir nuestros caminos.
- Sra. Cullen la trasladaremos a un cuarto en un momento – Tomo a Hope de mis brazos – Calme apenas este instalada le llevaremos a la bebe.
- Gracias y no soy la Sra. Cu…- No pude hablar nada más pues Edward no me lo permitió.
- Muchas Gracias – La enfermera solo sonrió y se marcho con la bebe.
- Tanto te molesta que te llamen Sra. Cullen – Me miro muy irritado.
- No, solo que…bueno no soy…tú sabes.
- Si Bella lo sé demasiado bien.
- Edward tenemos que…- Esta vez la llegada de unos camilleros interrumpió nuestra charla.
- Lista Sra. Cullen, la trasladaremos.
- Ok – Fue lo único que pude decir para evitar lanzar un sollozo.

Una vez instalada en mi habitación, me sentía totalmente sola, Edward no había aparecido aún y mis amigas me enviaron un mensaje asegurándome que estaría lo más pronto que pudieran a mi lado. Los momentos de soledad me desesperaban, llenaban mi mente de recuerdos y solo provocaban de mi felicidad no fuera completa.

- Bella ya te llamara.
- No lo sé – Estaba dudosa ya que lo hiciera, hace cuatro días se había marchado y todavía no hablábamos.
- Ten en cuenta la diferencia horaria – Sabia que Tanya solo trataba de consolarme.
- Bella tienes un llamado en la línea 2 – Era la voz de Jane.
- Gracias – Presiono el numero 2 – Bueno.
- Ángel.
- Edward – Era lo único que podía decir.
- Amor ¿Cómo has estado? – Pensé en decirle todo lo que había pasado en estos días, pero tenía un plan en mente y ahora que me había llamado lo pondría en marcha.
- Extrañándote – Aquello era tan cierto que me dolía, pues fui yo la que le pidió que se alejara de mí - ¿Por qué no me habías llamado? – No pude evitar preguntarlo.
- Amor mío, perdí mi celular en el aeropuerto e idiota de mí, no sabía cómo contactarte hasta que me di cuenta que podía llamarte a tu oficina.
- El cambio de continente te hace daño.
- Si mi hermoso ángel – Estuvimos durante un buen rato hablando, Tanya solo me sonrió en señal de despedida.

Di un suspiro al recordar la última vez que él y yo hablamos, nunca pensé que eso podría pasar, incluso si alguien me lo hubiese advertido jamás lo hubiese creído, pero la vida siempre te sorprende para bien o para mal.
- ¿Estás bien? – Era la voz de Edward quien venía con un enorme ramo de flores y un peluche gigante con un globo amarrado que decía “es una niña”.
- Si, solo recordando – Su mirada era interrogante, pero no dijo nada.
- Te traje estas flores.
- Están hermosas, gracias.
- Igual de hermosas que tú, la maternidad te lleno de una luz mágica – No supe que responderle y solo me sonroje, aunque una parte de mi quería golpearlo por hacerme y decir aquellas palabras que solo provocaban sentimientos encontrados en mí.

Nos quedamos mirando durante un largo rato hasta que un suave golpe nos hizo romper nuestro contacto. Era la enfermera que traía una cunita con nuestra hija. La acerco hasta mi cama y luego la puso entre mis brazos, me dio un par de indicaciones para luego marcharse.

Tener a mi bebe a mi lado me provoco una sensación de total paz y sentía que el corazón no me cabía en el pecho de tanto amor que sentía, era la bebe más hermosa y era mía, pensar en todo el sufrimiento que padecí estos últimos meses me hizo darme cuenta que volvería a vivirlo nuevamente con tal de tenerla en mis brazos. 

No pude evitar que una lágrimas recorrieran mis mejillas al recordar que casi creí que la había perdido para siempre y con eso también creí que una parte de mi alma, pero al mismo tiempo, al estrecharla entre mis brazos,  recordé la inmensa alegría al saber que todo eso se debía a una cruel trampa que alguien había decidido tenderme, aun cuando no tenía certezas absolutas de quien o quienes fueron, si tenía fuertes sospechas y si llegaba a comprobarlas, no existiría fuerza humana que me detuviera en mi afán de justicia.

Estuve todo el día, luego de ver partir a Edward, sintiendo aquellos ligeros “golpes” en mi vientre, pensé que estaba enloqueciendo y que superar mi perdida sería aún más difícil de lo que creía si seguía dejando que mi mente me dominara de esa manera.
Cuando todo eso se volvió insoportable hice algo que cualquiera pudiese considerar una locura, dado que recientemente un medico me señalo que había perdido a mi bebe. Corrí hasta el botiquín de mi baño y busque con desesperación un test de embarazo que había comprado meses atrás para comprobar si realmente estaba o no encinta.
Lo abrí con desesperación y seguí al pie de la letra las instrucciones, respiraba con dificultad pues lo que estaba haciendo en nada favorecía mi paz mental, pero uno vocecilla en mi conciencia me decía que siguiera adelante.
Los minutos de espera fueron realmente eternos, sentía que llevaba toda una vida esperando y al llegar el momento me sentí débil, camine con tal lentitud hasta llegar al lavabo donde deje reposando aquella barrita, dio una larga inspiración y la vi, mi corazón casi se escapa de mi pecho al darme cuenta que era positivo, me lleve las manos a mi cabello y llore de manera desconsolada, pues no sabía qué hacer.
No sé cuánto tiempo estuve llorando sentada en mi cama, pero decidí sacudirme la pena y hacer algo, y ya sabía lo primero que haría. Me vestí en cosa de segundos, para luego tomar mi bolso y mis llaves, lo que estaba por hacer cambiaria mi vida para siempre.

- Es hermosa Bella – La voz de Edward me saco de mis recuerdos, limpie las lagrimas que recorrieron mi mejilla.
- Lo sé – No pude evitar quedarme viéndolo, se venía tan guapo como siempre, pero había algo que no podía identificar con certeza que lo hacía distinto al hombre que se fue hace cuatro meses.
Necesitaba tanto que me abrazara, que me dijera que me amaba, pero sabía que aquello ya no era posible y me dolía tanto saber que parte de eso era mi culpa. Si tan solo hubiese….me negué a seguir torturándome, me negaba a llenar mi vida de posibilidades que ya nunca llegarían, además ahora entre mis brazos estaba una razón para seguir luchando, mi amada hija.
- Bella tenemos que hablar – Lo quede mirando por un momento y una sonrisa involuntaria curvo mis labios, al pensar que tal vez pudiésemos arreglar todo entre nosotros.
Estaba por decir algo más, cuando alguien irrumpió en mi habitación, era una mujer morena y muy voluptuosa, en un principio no supe quien era, pero cuando la vi bien un doloroso recuerdo lleno mi memoria.
- Edward, mio amore.
Sin esperar respuesta, se abalanzo sobre él y lo beso…

Hola….como están? Espero que teniendo una linda semana….acá yo subiendo un nuevo capítulo que espero haya aclarado algunas dudas o al menos sea menos WTF que el anterior. Les prometo que a partir del próximo esta maraña se irá desenredando poco a poquito.
Entre mañana y el jueves subiré un Edward POV que será bastante clarificador, al menos en parte.
El nombre de la bebe es Hope para quienes no sepan significa Esperanza en español y me pareció el indicado.

Bueno no las aburro más…que tengan lindos días y divinas noches!!!! Espero que les guste y comenten que les parecio.

Lulu XD
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