Pequeño Adelanto "La última oportunidad"



 Capitulo 15

Tomo un taxi y se fue directo al departamento de Mill, quien ya la esperaba, no le digo nada solo la abrazo con fuerza y beso su frente en señal de apoyo incondicional.
La ayudo a recoger sus cosas en silencio, cada pequeña cosa que guardo en su maleta era un recuerdo invaluable y que atesoraría por siempre. Miro el anillo que estaba en su dedo anular, ese era el mejor de todas, el más amado de todos. Dio una última mirada a la habitación y cerró la puerta tras ella.
Su amiga Jane le envió el mismo chofer que semanas atrás la dejaba en aquel departamento para cumplir un sueño. Antes de entrar al auto Mill la miro y solo le hizo una pregunta, que fue más demoledora que cualquier otra.
- ¿Qué le digo? – Una solitaria lágrima recorrió su mejilla.
- Que lo amo…sin importar nada – Le dio un beso y se subió al coche rumbo a su destino.

-o-

Cuando los minutos se transformaron en horas, supo que no volvería. Cogió el teléfono y llamo a la única persona que podía ayudarlo.  Al tercer timbre escucho que le contestaban
- ¿Dónde esta Bella?
-Se fue Edward – Lanzo el teléfono contra la pared.
Desde aquel día le prohibió a todo el mundo pronunciar su nombre, se obligo a si mismo a pensar que ella nunca existió, que nunca fue real.



Victoria no dejaba de mirarlo mientras tocaba el piano, como todos decían su ejecución era perfecta, pero le faltaba alma. Parecía una maquina, todo el corazón que alguna vez le había puesto a sus interpretaciones ahora no existía.
- ¿Qué vienes a decirme? – Le dijo Edward sin voltear a mirarlas.
- Nada.
- No vas a tratar de convencerme que ella no es la clase de mujer que creo.
- No, pero aprovechando te diré una cosa…Tú grandísimo idiota no sabes nada de lo que ella ha tenido que vivir. Nada es cómo crees – No espero que él dijera algo simplemente salió de la sala.

-o-

 Todo está preparado  en un elegante restaurant de Seattle. Los invitados estaban llegando uno a uno y saludaban a la feliz pareja. Los llenaban de parabienes y muchos comentaban lo enamorados que se veían, aquello era claramente una mentira, pero en un mundo de apariencias como aquel, las frases hechas eran un campo seguro.

- Isabella deseo presentarte a alguien….
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