Capitulo 20
-Quiero que sepas que tienes una
opción conmigo Bella – Acaricio suavemente su mejilla y dejo tras de su oreja
uno de sus cabellos.
Aquel gesto fue la gota que
rebaso el vaso de la paciencia de Edward, Emmett estaba tratando de molestarlo
y lo peor de todo es que lo había logrado, no podía creer lo que fue capaz de
decirle a su mujer.
- Lárgate de una maldita vez
Emmett – El aludido miro por última vez a su hermano y se marcho con una
sonrisa en los labios, pero antes y sin importarle nada la furia de Edward le
guiño un ojo a Bella.
Durante varios minutos ninguno de
los dos hablo solo se quedaron estáticos en sus lugares, Edward mirando por la
gran ventana y Bella parada a unos pasos de él, hasta que no pudo aguantar
tanto silencio y le pregunto:
- ¿Qué fue todo eso? – Pese a
saber en parte lo que sucedía, seguía confundida. En parte esperaba que Edward
inventara una excusa cualquiera para justificar su actitud.
- Emmett te ama – Escucharlo de
sus labios no lo hacía más creíble para ella que haces unos minutos atrás.
-0-
Edward caminaba de un extremo al
otro del salón esperando por su mujer, como era habitual había ido a visitar a
Mill y por supuesto el idiota de Jacob hacia de su chofer, pero esta sería la
última vez, pues acababa de descubrir algo que cambiaba las cosas.
Estaba sirviéndose un vaso de
whisky cuando oyó la puerta de entraba, se obligo a sí mismo no voltear y
correr al encuentro de Isabella, una parte de él odiaba las reacciones que
seguía provocándole, con solo saberla cerca su cuerpo la anhelaba y aquello no
era lo que tenía planeado cuando se caso. Si tenía que ser honesto consigo
mismo nada de sus planes estaban resultando, pero se mantenía firme en una sola
cuestión, Bella, como la llamaba en silencio nunca sabría que él la seguía
amando.
-0-
-¿Estás segura que eso es lo que
quieres Isabella? – La miro por sobre el periódico que estaba leyendo.
- Sí, estoy segura, creo que es
lo mejor – Se llevó un vaso de jugo a los labios.
- Para quien ¿para ti? – Le sonrió
torcidamente a la espera de su respuesta.
- Para ambos, no olvides que
antes de todo... “esto” – No sabía cómo decirle a todo lo que habían vivido – Yo
fui tu asistente, además ya conozco como funciona todo así que…me parece
perfecto – Isabella lo miro fijamente esperando su respuesta
- Acepto, pero antes…– Doblo el periódico
y lo dejo sobre la mesa – te tengo una propuesta – Se llevo la mano de su mujer
a los labios – Nos vamos de luna de miel…