No puedo dejar de mirarte
“…Amo cuando me dices que soy
preciosa
cuando apenas acabo de despertarme
y amo cuando te burlas de mi cuando estoy en mis días…”
cuando apenas acabo de despertarme
y amo cuando te burlas de mi cuando estoy en mis días…”
Edward siguió a Bella hasta su
oficina, luego de la presentación de sus nuevos socios, sin que ninguno dijera
nada al otro, ambos pensaban lo mismo, los nuevos socios, los Jones no les
gustaron en lo absoluto.
Pero lamentablemente no tenían ya
mucho que decir frente a su inclusión en el último negocio, pues eran los
padres de ambos los que seguían siendo quienes llevaran las riendas de la
empresa. Además había sido ellos mismo quienes les dijeron que fueran ellos
quienes buscaran a los inversionistas, confiando en sus criterios.
Caminaron en silencio y una vez
dentro beso la frente de su mujer en señal de despedida, pero Bella lo tomo con
fuerza el cuello de su elegante chaqueta y no lo dejo avanzar hasta que unieron
sus labios.
Por varios minutos no hicieron más
que besarse apasionadamente, las manos de su marido de inmediato se fueron
hasta su cintura para abrazarla y sentirla aún más cerca. Ninguno quería romper
aquel momento, pero era necesario, tenían que trabajar.
- Te amo – Le dijo Edward aun muy
cerca de su boca.
- Lo sé, tanto como yo a ti, pero…
- ¿Pero qué? Amor – Hizo su
agarre más fuerte.
- Ellos no me gustan – De
inmediato supo a quienes se refería.
- A mi tampoco, pero nada podemos
hacer, así que será mejor ignorarlos.
- Buen plan Cullen, a veces me
sorprendes – Beso la punta de su nariz.
- ¿Solo a veces Sra. Cullen? –
Sus labios bajaron hasta su cuello.
- mmm…demasiadas veces…Edward – Trato
de que su voz sonara fuerte, pero al sentir sus besos solo podía murmurar –
Edward…trabajo…recuérdalo – Sintió sus manos jugando bajo su falda – EDWARD –
Le hablo con demasiada fuerza.
- ¿Si? – Le pregunto sonriendo
muy pagado de si mismo.
- Me la pagaras, ahora a trabajar
– Se dio una vuelta y sintió la mano de su marido dándole un suave golpe en la
nalga.
- No sabes cómo lo espero – Se fue
sin esperar respuesta.
La mañana continuó sin mayores
problemas, ambos tenían suficiente trabajo como para que no pudieran verse en
varias horas. Bella debía adelantar lo suficiente pues quería ir por sus hijas
y pasar la tarde con ellas. Sin contar que deseaba preparar cierta venganza, no
pudo evitar sonreír al pensar en eso.
Estaba por enviarle a un mensaje
a Edward pero su secretaria la interrumpió y de inmediato le molesto aquello,
pues apenas James Jones puso un pie en su oficina, Bella supo que era una mala
idea y de inmediato se sintió incomoda, pero cuando su secretaria le comunico
que James estaba afuera y deseaba verla, pensó que se refería a su amigo y no
al nuevo socio.
- Tranquila Isabella no muerdo –
Le molesto la familiaridad de su trato.
- ¿Qué desea Sr Jones? – Su voz
era seria tratando de imponer con ella los límites.
- Nada en particular, conociendo
las instalaciones – Quiso golpearlo con aquel comentario pues mientras lo decía
observaba su cuerpo descaradamente.
- Te molesta mi presencia – Se
acerco hasta la silla de Bella.
- Si, así que le pido se retire.
- ¿Por qué me dejaste entrar
entonces? – Lo dijo demasiado cerca de su rostro.
- Lo confundí con un amigo –
Bella se paró de un salto de su silla.
- ¿Un amigo? Tú marido lo
permite. Si mi esposa fuera tan hermosa yo no lo permitiría.
- Mi marido confía en mí.
- Me alegro.
- Si no tiene nada más que decir
o hacer le pido que se marche.
No alcanzó a escuchar su
respuesta pues en ese momento entraba Edward a su oficina y se le quedo mirando
a James quien solo sonreía.
- Edward ¿Cómo estás?
- Muy bien – No lo miraba, su
vista estaba clavada en su mujer con la cual tenía un dialogo sin palabras.
- Ya vienes por mí para ir a
comer, amor – Bella se acerco hasta él y enlazo su mano en la suya. Ese toque
basto para que él se relajara completamente y le sonriera a su mujer.
Ambos se olvidaron por completo
de James, y Bella solo camino unos pasos en busca de su bolso y chaqueta para
salir de su oficina, dejando a aquella indeseable visita sola.
El resto de la tarde Edward la pasó
en la oficina, después de almorzar con su mujer, hablo un rato con su padre y suegro de varios
de los negocios que pronto se llevarían a cabo. Bella en cambio se fue al
colegio por sus hijas y estuvo el resto del día junto a ellas como era su plan,
tenerlas cerca la hizo olvidarse de lo desagradable que le parecía el nuevo
socio.
Como siempre su marido llegó y
jugó con sus hijas un rato, para luego cenar todos juntos y hacerlas dormir con
un cuento, como siempre Nessie se negaba a dormir, pero apenas Edward empezaba
a susurrarle su nana favorita lograba que se durmiera, mientras Bella estaba
con Lizzie quien con solo oír su historia favorita ya estaba plácidamente dormida.
Ambos fueron camino a su
habitación, con tanto ajetreo Bella olvido por completo su venganza, realmente
estaba muy cansada. Una vez allí Edward simplemente soltó lo que le estaba molestando
desde que vio a James en su oficina.
- Que hacia el imbécil de Jones
en tu oficina – Lanzó su chaqueta en cualquier lugar.
- Pensé que era James…mi amigo
James – Edward solo bufó – Hemos hablado muchas veces de eso, pero bueno cuando
me digo mi secretaria quien era solo le dije que pasara, pero apenas vi a que
James se refería me arrepentí.
- No lo quiero cerca de ti Bella,
no lo quiero.
- Es el nuevo socio, no veo como
mantenerlo alejado amor.
- Fácil, no vuelves a la empresa
– Le digo mientras se quitaba la corbata.
- Estas de broma ¿verdad? – Bella
acababa de quitarse los zapatos y se dirigía hasta su tocador.
- No – Fue su escueta respuesta.
- Estas loco si crees que no
volveré – Comenzó a quitarse el maquillaje.
- No es una pregunta Isabella –
Se puso detrás de ella para que el espejo reflejara su mirada.
- ¿Es una orden? – Bella como
siempre le devolvió la mirada.
- Amor entiéndeme – Se agacho
hasta quedar a su altura de ella – No soporto como te mira, además se toma
confianzas….ardo en celos de solo saberlo cerca.
- Tonto – tomo su rostro en sus
manos – Te amo – Lo beso – Pero no dejare de ir a la oficina – Edward iba a
hablar, pero Bella no lo permitió – Escúchame seguiré yendo, pero solo lo
necesario.
- Solo lo necesario.
- Solo lo necesario.
Y así fue Bella, el problema de
aquello era que ahora Victoria no dejaba en paz a Edward, en cada lugar donde
él estaba a los pocos minutos aparecía ella, iba a su oficina a cada instante
por cualquier duda, la mayoría de ellas sin sentido. Aquella persecución estaba
agotándolo, simplemente su trabajo ya no era un lugar donde quisiera estar y lo
peor es que extrañaba a su mujer.
Recordó las veces que se escapaba
a su oficina y la tomaba por sorpresa, cada espacio de sus oficinas había sido
explorado por ellos, miro su escritorio y sonrió por los recuerdos. Tuvo que
pensar en números para ocultar las huellas de su excitación, necesitaba a su
mujer y la necesitaba ya.
Tomo la chaqueta del respaldo de
su silla y se fue a buscarla, le dijo a su secretaria que cancelara su reunión,
pues no sabía con certeza a qué hora regresaría. Manejo como un loco hasta su
casa y llegó en tiempo record.
Busco a Bella por todas las
habitaciones hasta que la encontró en el jardín, riendo felizmente. Cuando vio
quien la acompañaba sintió su sangre hervir y quiso gritar que dejara en paz a
su mujer.
Bella de inmediato supo que
Edward estaba ahí, se dio la vuelta para mirarlo y casi se lanza a sus brazos,
era su salvador pues no soportaba tener a Victoria en su casa y cuando llego de
improviso aquella mañana no encontró ninguna excusa para quitársela de encima.
- Amor – Se acerco a
su marido y lo beso.
- Edward que alegría verte –
Sonrió la pelirroja de manera coqueta.
- Sra. Jones Buenos días – La
saludo seriamente mientras abrazaba a Bella por la cintura.
- Ya te dije que me llames
Victoria.
- Amor si no te apuras llegaremos
tarde – Le digo Edward ignorando a Victoria por completo.
- Lo olvide, pero dame unos
segundos – Casi se abalanza a besarlo por salvarla.
- ¿Van a algún lugar? – Pregunto mirándolos
a ambos.
- Si, lo siento mucho Victoria,
pero Edward y yo debemos hacer algunas cosas.
- Edward ayer estuvimos todo el
día juntos y no mencionaste nada – Edward se tensó al oír sus palabras, en
especial cuando remarco el todo el día, aquella mujer al parecer no tenia vergüenza.
- No veo por qué debo comentar mi
agenda con nadie, especial cuando tiene que ver con mi mujer.
- Bueno creo que debo irme – Se levanto
de su lugar y se acerco a ellos para despedirse.
Beso la mejilla de Bella, quien seguía
en los brazos de su marido. Cuando le toco el turno de Edward le dio un beso
demasiado cerca de sus labios sin ningún pudor.
Cuando finalmente se marcho ambos
suspiraron aliviados.
- Me dirás que haces aquí tan
temprano – Le dijo Bella a su marido.
- Te necesito – Y sin decir más
palabras se la llevo cargando a su cuarto demostrándole cuanto la necesitaba.
Finalmente llegó el viernes, día
elegido para que los Cullen y los Swan celebraran el nuevo negocio. Todos los
invitados estaban ya reunidos para la cena, en la cual se les daría la
bienvenida a los Jones, pese a que Edward y Bella aun tenían sus reparos, decidieron
confiar en los años de experiencia de sus padres y no oponerse.
Durante varios minutos la cena
fue de lo más normal todo parecían de buen ánimo para compartir, Alice les
hacia un par de preguntas a los Jones, ellos contestaban amablemente y por un
instante Bella dejo de tener tanto reparos en su contra, pero luego recordó algo
que acababa de descubrir Victoria era amiga de Jane, por lo que tenía la
certeza de que nada bueno traería aquello y lo confirmo en mitad de la cena,
cuando la conversación se desvió en ella y su marido.
- ¿Cuánto tiempo llevan de
casados? – Pregunto James con la mirada fija en Bella, aun cuando quien respondió
fue Edward.
- Siete maravillosos años – Beso la
mano de su mujer.
- Entonces deben estar por vivir
la comezón del séptimo año.
- Solo en lo que respecta a mi
mujer muy sensual en un vestido blanco – Todos los presentes rieron por aquello
y Bella le dio un ligero golpe a Edward.
Alice estaba por decir algo más
cuando Victoria se le adelanto y hablo:
- Y dime Bella nunca te molesto
que Jane estuviera embarazada de tu marido.
La mirada de Bella se fue de
inmediato a Edward quien solo la miraba con sorpresa….
Volví….si sé que
demore horrores, pero prometo comenzar a actualizar con mayor prontitud a
partir de ahora.
Que tengan una linda
semana
Besos
Lulu XD