Capitulo 22
Edward cerró con fuerza la puerta
y llevó a la infortunada interrupción al pasillo.
- Te pregunte qué rayos haces aquí
Alice.
- Y yo te respondí que vine a
disfrutar de tu luna de miel – La mirada de Edward estaba cargada de furia – Ves
si la estuvieras pasando bien no tendrías ese humor – Trato de acariciar su
rostro.
- Eres tú la que provoca que mi
humor sea de perros. ¿Cómo supiste donde encontrarme?
- Tengo mis fuentes – Le sonrió –
Ahora que te parece si nos vemos en veinte minutos en el lobby del hotel y
luego nos marchamos a disfrutar de Brasil.
- Vete al infierno. Soy un hombre
casado – Alice hizo un gesto para restarle importancia a aquello – Felizmente casado,
así que no te atrevas a arruinar mis planes.
- Planes con tu dulce mujercita ¿cómo
ir a nadar con delfines? O piensas llevarla a un parque acuático. Vamos Edward
los dos sabemos que necesitas una mujer de verdad y dudo que ella lo sea – Paso
un dedo por su pecho hasta llegar a la cinturilla del pantalón.
- No lo repetiré nuevamente…Lárgate
de aquí, del hotel y de este país- Sin esperar su replicar abrió la puerta de
su habitación y entro en ella.
Se sintió aliviado al notar que
Isabella aún no salía del cuarto de baño. Quería destrozar algo y de
preferencia el cuello de Alice, de todos los errores que había cometido en su
vida, ella se llevaba el primer lugar.
Era la media hermana de Emmett y
la conoció un verano en el cual sus padres creyeron que era sano interactuara
con su hermano mayor, medio hermano más bien. Alice era una mujer muy hermosa y
desde el primer día se sintieron atraídos, y dado que no habían mejores cosas
que hacer se acostaron durante todas las vacaciones, el trato era sencillo tenían
sexo sin mayores ataduras ni mucho menos compromisos, pero para su muy mala
suerte ella quiso más y él no, y como todo niña rica que no estaba acostumbrada
a que algo se le negara, desde el momento de la negativa, Edward se transformo en
su obsesión personal, en cada ocasión que se veían era molestado por su
insistente presencia.
No podía negarse a sí mismo que
en algún momento de aquel verano, pensó que podrían haber llegado a algo más,
pero simplemente al pasar de los días descubrió que aquello era y sería imposible,
odiaba que siempre estuviera tan
dispuesta y no representara ninguna novedad para él, eso unido a que era la
mujer más frívola que había conocido en toda su vida hicieron que quisiera
estar lo más alejado que pudiera de Alice McCarty.
Se fue al bar en busca que algo
fuerte para beber, estaba colérico por la aparición de esa mujer y no quería
que su mujer lo viera así, se había prometido a si mismo que esta sería una
luna de miel inolvidable y lo cumpliría.
- ¿No crees que es muy temprano
para beber? – No necesito servirse su trago, el solo oír la voz de Isabella fue
suficiente para tranquilizarlo.
- Tienes razón – Aparto el vaso y
se acerco a ella – Estas hermosa – Le dio un beso en la frente y luego comenzó a
descender con sus labios por su rostro.
- Edward…- No obtuvo respuesta –
Edward…amor – Aquello al parecer lo hizo reaccionar y dejo sus labios muy cerca
de su piel, pero sin tocarla. Bella casi se arrepiente de lo dicho, pero si quería
que su vida junto a él cambiaria deberían empezar por alguna parte – Planeas que
alguna vez salgamos de la habitación.
Una profunda risa masculina lleno
el ambiente y rompió con el ambiente de tensión que se formo con las últimas
palabras de Bella.
- Dime ¿donde quieres ir? El cielo
es el límite.
- Llegue a él anoche – Al notar
el sentido de sus palabras no pudo evitar sonrojarse y Edward solo sonreía de
aquella manera torcida tan propia de él.
- Estas haciendo que sea muy difícil
salir de esta habitación.
- ¿Qué te parece la playa? –
Bella quiso cortar de raíz el camino que estaba tomando su conversación, pues
aun cuando adoraba estar en los brazos de su marido también deseaba salir por
un poco de sol – El problema es que no tengo traje de baño. Así que deberíamos ir
a una playa nudista.
Los ojos de Edward se abrieron de
manera desmesurada al escuchar la propuesta de su mujer y en especial al ver
como sonreía de oreja a oreja después de tan brillante idea.
- Eso nunca Isabella – Se acerco
aún más ella y aplasto sus labios en su boca y no se separo de ellos hasta que
necesito aire – Ahora nos vamos de compras y luego a la playa – Tomo su mano y
finalmente salieron de la habitación.
La ida de compras fue todo menos
agradable. Edward le gruño en más de una ocasión a la vendedora cuando le
mostraba a su mujer los diseños de los bañadores. Según su opinión eran menos
que un trozo de tela y que él no veía diferencia entre que los usara y
estuviera desnuda.
- Entonces desnuda será Edward –
Le grito Bella cuando su marido critico el decimo atuendo que se probara.
- No te atreverías – Se levanto
de su lugar y fue tras ella a los vestidores.
- No crees – Llevo sus manos
hasta su espalda y desato una parte, luego subió hasta su cuello y desanudo las
delgadas tiras quedando sin la parte superior de su bikini y lanzándoselo en la
cara– Ves que si puedo.
Nunca en su vida Edward había sentido
una combinación como aquella, estaba furioso, pero al mismo tiempo excitado al
ver a su mujer desnuda de la parte superior.
- Ahora me voy – Él tardo solo
unos segundos en reaccionar y la tomo fuertemente de la muñeca impidiéndole la
salida.
- Jamás saldrás así a ningún
lugar Isabella, no olvides que solo yo puedo verte así – Llevo una de sus manos
para cubrir sus pechos, pero fue inevitable que terminara acariciándolos hasta
sentir como sus pezones quedaban erectos y un gemido escapara de los labios de
su mujer.
- Edward….no creo…- Dejo de
hablar cuando sintió como la mano de su marido se perdía en la parte baja de su
bañador y la acariciaba, noto como dos dedos estaba listo para entrar en su
cavidad cuando una voz los volvió a la realidad.
- ¿tudo é bom? ¿Você escolheu que
levam? – Bella miro nerviosa a Edward mientras este
respiraba con dificultad.
- Se alguém
levar este – Tomo uno de los que estaba en el suelo y se lo
entrego – obrigado.
Escucho como se alejaba y luego miro a Edward que
al parecer estaba recuperando la compostura. Se mordió el labio y sintio como
él lo quitaba de entre los dientes.
- Si lo haces nuevamente no saldremos de este
vestidor – Le dio un beso en la frente y salio.
Diez minutos despues salian de la tienda
finalmente con varios prendas para su estadia, incluido los trajes de baño de
Isabella, por más que su marido insistiera se negó a decirle por cual se habia
decidido.
- Ya lo sabras – Beso la punta de nariz – Ahora me
cambio y nos vemos en unos minutos.
- Si necesitas ayuda, sabes donde ubicarme – Ella solo
sonrió y se fue a cambiar.
Habian decidido finalmente no ir a la playa, ya
que la mañana estaba muy avanzada, lo harian luego de comer, pero de todos
modos saldrian de su habitación y tomarian sol en la piscina del hotel.
Bella le pidio a su marido que se adelantara, que
ella iria en unos minutos y que pidiera un jugo para ella, luego beso su
mejilla y fue a cambiarse.
Edward bajo hasta la piscina y se acercó hasta el
barman al cual le pidió dos refrescos, oyo
como varios hombres a su alrededor comentaban que una mujer hermosa acababa de
llegar, incluso quien lo atendia dejo de prestarle atención, se dio
lentamente la vuelta y casi bota los vasos de jugo cuando vio que quien causo
ese pequeño alboroto era nada más y nada menos que su mujer.
Se apresuro a
encaminarse a ella, quien apenas cruzo su mirada con él le sonrió, eso calmo un
poco sus celos, pues varios notaron que aquella mujer era suya. Al llegar a su
encuentro, dejo los vasos en la mesa y la tomo de la cintura para besarla.
- Eres una
pequeña muy traviesa Isabella – Le susurro al oído.
- ¿Por qué? – Le
pregunto en el tono más inocente.
- Por esto –
Acaricio con su mano el cuerpo de su mujer, demorándose más de lo necesario en
sus pechos para luego bajar hasta la muy corta falda que tapaba la parte baja de su bikini.
- No te gusta –
Llevó una de sus manos hasta su cabello
y acerco su cuerpo al de Edward, cuando noto que varias mujeres se lo comían
con la mirada.
- Me encanta,
pero soy muy egoísta y no me gusta compartir con nadie.
- Solo tuya – Le susurro
al oído para luego apartarse y acomodarse en una de las reposaderas.
- Creo que
necesitas aplicarte un poco de bloqueador amor.
- Me ayudaras a
llegar a las partes de no pueda – Lo miro coqueta.
- Por supuesto –
Vio como se volteaba para quedar de espalda a él.
Tomo la crema y
vacio un poco en sus manos, comenzó lentamente a dejarla primero por toda su
espalda dando suaves caricias por toda su piel, luego repitió el proceso de
llenar sus manos de aquella crema y bajo hasta sus piernas hasta llegar a su
trasero en el cual se detuvo varios segundos hasta que oyó como un muy bajo
gemido escapaba de los labios de Isabella.
- No creo que
necesite tanto bloqueador en ese zona – Murmuro bajito.
- Yo creo que si –
Le dio una nalgada y dio por finalizado su trabajo.
- Mi turno –
Edward al igual que ella se recostó de espalda, pero no estaba en sus planes
que su mujer se sentara a horcajadas sobre él.
Sentir el cuerpo
de ella en aquella parte de su cuerpo lo enloqueció, aun cuando su ya adolorido
miembro no la tocaba directamente tenerla tan cerca lo estaba enloqueciendo, además
de sentir sus delicadas manos en su espalda. Cuando estuvo seguro que no podría
seguir soportando más
- Suficiente – En
un rápido movimiento tomo a Bella en sus brazos y se lanzó con ella a la
piscina.
Una vez en el
agua se besaron como un par de adolescentes durante minutos o tal vez horas. Nadaron
solo un poco, pues Edward decidió mantenerla prisionera en sus brazos el resto
del tiempo y solo accedió a soltarla cuando decidieron que ya era tiempo de ir
a comer algo.
Subieron a su habitación y sin
esperar más corrieron hasta el baño para sacarse el cloro de la piscina.
Decidieron compartir su ducha y en ese momento Edward la hizo suya como llevaba
horas deseándolo.
Una vez que lograron salir del
cuarto de baño y arreglarse bajaron hasta el restorán del hotel. Después de
ordenar sus platos, ambos conversaban animadamente y dejaban suaves caricias en
el rostro del otro, estaban sentados uno frente al otro es por eso que Edward vio como Alice entraba al lugar y que
al parecer estaba decidida a acercarse a ellos, sin permitírselo se levanto rápidamente,
le dio un beso a Bella y le dijo que volvería en un minuto.
Antes de que pudiera poner un pie
cerca de ellos tomo a Alice y la llevo lejos de ahí.
- No piensas presentarme a tu
esposa, cariño – Le sonrió de forma provocativa.
- No y no me llames cariño,
querido ni nada. Entiéndelo de una vez, tú y yo no somos nada, nunca lo fuimos
y nunca lo seremos – Tomo con más fuerza su brazo tratando de hacer su mensaje
más claro.
- Veo que al igual que Emmett caíste
en el encanto de esa muchachita sin gracia – Su voz era despectiva.
- No te atrevas a hablar de mi
mujer, ahora lárgate.
- Estoy en mi derecho de
permanecer en el lugar que yo desee, así que creo que me quedare.
- Perfecto, seremos entonces
nosotros quienes nos marchemos. Mi esposa no tiene por que compartir su espacio
con alguien como tú.
-Tal vez no compartamos el espacio,
pero si a su marido ¿crees que le guste la idea?
- No me….- No logro terminar de
hablar pues oyó la voz de su mujer.
- No nos presentas Edward…
Acá un nuevo capitulo....espero que les guste y MUCHAS GRACIAS por sus comentarios XD....Son mi gasolina asi que con confianza dejenme su opinión
Besos
Lulu XD