Edward no podía creer que apenas llevaban cuarenta y ocho
horas en la ciudad y ya tuviera que lidiar con los “enamorados” de su mujer.
Primero tuvo que ahuyentar al inútil de Jacob que llegó de improviso a ver a su
“amiga”, idiota si creía que podría acercarse a Isabella con tanta facilidad.
Se vio tentado a borrarle la sonrisa de suficiencia que tenía
en el rostro cuando lo saludo y le pregunto por ella.
- No está – Fue la seca respuesta de Edward.
- ¿Dónde está? – Por un instante pensó que aquel muchacho
era realmente un imbécil - ¿Salió? ¿Fue a ver a Mill? – Después de eso lo pudo
comprobar.
- Esta ocupada.
- ¿En qué? – Vio como trato de mirar por sobre su hombre, demás
está decir que aquella conversación se llevaba a cabo en el pasillo de fuera
del departamento.
- Perdón
- Perdonado, te preguntaba en que estaba ocupada Bella.
- Isabella no puede recibirte en estos momentos, pues aun está
dormida.
- Vaya holgazana – Rio fuertemente Jake.
- Mi mujer está dormida por que anoche apenas y pudo
hacerlo, dado que usamos la noche para cosas más provechosas para ambos. Ahora está
agotada – Edward sonrió esta vez al ver como el rostro de Jacob se tornaba
serio.
- Sera mejor que me marche.
- Me parece lo mejor – Sin esperar respuesta cerró la
puerta.
-0-
Edward casi grita cuando vio que
sentado cómodamente en el salón de su casa estaba Emmett, pero se contuvo al
ver que su mujer no parecía del todo tranquila por aquella visita. Una parte de
él se sintió aliviado al ver que estaban sentados uno frente al otro y ella se
notaba muy incomoda.
- Buenas tardes – Isabella se
paro como impulsada por un resorte al oír la voz de Edward y camino a su
encuentro. Una vez que estuvieron frente a frente le dio una suave caricia para
luego capturar sus labios en los suyos en un suave beso.
- ¿Cómo estas hermano? – Emmett los
miraba seriamente.
- Ahora mucho mejor – Tomo la
mano de Isabella y se sentaron juntos en el sofá - ¿A qué debo el honor de tu
visita?
- Vine a visitarlos. Hace varias
semana que no la…los veía.
- ¿Me extrañabas? – Una sonrisa
de burla se dibujaba en sus labios, pero se borro de inmediato cuando vio al
otro extremo de la habitación – Me pueden explicar qué rayos significa eso…