Recuerdame - Capitulo 15



Los personajes son de la grandiosa e inigualable Stephenie Meyer…la historia producto de tanto libro, película, serie y telenovela que he visto a lo largo de los años y que ha ayudado a mi IMAGINACIÓN!!!!


Capitulo 15

Alejándome de ti

Bella POV

Han pasado seis meses desde la última vez que vi a Edward, Alice insistía en que debía luchar por él, que aclarara todo, pero no podía, temía miedo de escuchar de sus propios labios que había vuelto con Tanya y que no me amaba, así que preferí actuar como una cobarde.
La insistencia de mi amiga llego a su punto más alto cuando creyó que estaba embarazada, debido a varios desmayos y mareos, me llevo casi a rastras al hospital para hacerme todos los estudios necesarios, que finalmente arrojaron que padecía una anemia aguda, lo cual explicaba mi creciente debilidad y que mis horas de sueños fueran más extensas.  Cuando lo supe, honestamente no sabía cómo sentirme, aliviada tal vez, triste también, pues en el fondo de mi corazón deseaba que una parte de él se quedara para siempre conmigo, pero eso no fue así.

Aquella tarde en que fui obligada a ir al hospital, no pude evitar saber de Edward y también de alguna manera despedirme de él. Me acerque sigilosamente a su habitación, al notar que no había nadie ahí, entre y lo vi dormido, se veía tan en paz que me quede viéndolo, memorizando cada centímetro de su rostro, cada gesto y cada respiración. Sus labios estaban ligeramente abiertos, pase suave y lentamente un dedo por ellos, luego recorrí su mentón. No pude evitar que una lágrima se escapara y emprendiera un viaje solitario por mi rostro. Me acerque aun más y lo bese.

 
- Deseo que seas muy feliz Edward. Te amo.

Salí rápidamente de la habitación sin mirar atrás. Dejando no solo al hombre que amaba sino también mi corazón con él.


Lentamente trate de retomar mi rutina, como siempre mi trabajo se transformo en el eje principal de todo. Agradecía que la editorial estuviera hasta el tope y tuviera que estar en varios proyectos a la vez. Aquello me ayudaba a no pensar, aunque hacerlo resultaba  inevitable, me preguntaba cómo estaba o si seguía en la ciudad, como iba todo con Tanya, incluso pensaba que tal vez ya estaban casados. Debía de reconocer que eso era masoquismo puro, pero aun no aprendía como dejar de pensar en él y dejarlo ir de mi corazón.

Una parte de mi sabía que no era sano, pero aun conservaba todos sus recuerdos, aquella enorme tarjeta, el colgante en forma de corazón, sus notas, incluso las flores que me había regalado. Atesoraba cada uno de aquello recuerdos, recuerdos de su amor.

- Bella no crees que debieras botar todas estas cosas – La voz de Alice me sobresalto.
- No te oí.
- Eso es algo obvio. Cuando miras todas esas cosas te transportas a otro lugar y te olvidas de todo, menos de él – Desde que decidí que no buscaría a Edward mi amiga se negaba a decir su nombre, solo lo llamaba “él”
- Alice me gusta.
- ¿Sufrir?
- Recordar mí tiempo junto a Edward.
- Bella no entiendo…no quieres olvidarlo. No es saludable que te quedes estancada. Eres joven, inteligente, bonita…Por Dios no me vengas con que decidiste que nunca más vas a enamorarte.
- Alice no quiero olvidarlo – Vi como mi amiga iba a rebatirme, pero no se lo permití – Se que debo seguir adelante y lo hare, no te digo que mañana voy a volver a enamorarme y todo eso, pero quiero que entiendas que no planeo dejar de recordarlo, él es la persona que más he amado en mi vida y aunque nuestro tiempo fue breve, agradezco a la vida haberlo tenido junto a mí.
- Bella porque siempre me haces llorar – Abrace a mi amiga y me di cuenta que ya era hora de seguir adelante.

Todo lo que había dicho era cierto, pero no podía hundirme en la desesperanza y el dolor. Edward siempre ocuparía un lugar único en mi corazón y nadie lo reemplazaría. Sé que muchos no lograban entender por qué no lo odiaba si supuestamente me había engañado, era el prometido de otra, pero simplemente las cosas se dieron así. El deseaba hablar conmigo aquel día, mas un accidente lo cambio todo y yo no quise hacer de aquello algo aun más doloroso. Me decidí a quedarme con todo lo bueno y seguir.

- Alice necesito que me ayudes en algo.
- Claro lo que necesites – Aun sus ojos estaban llorosos.
- Necesito que me lleves a un lugar.
- En cinco minutos estoy lista – Salió rápidamente de mi departamento.

Realmente en cinco minutos mi amiga estuvo lista y en sus manos las llaves del auto de Jasper. Tome mi chaqueta y una pala. Le indique que me ayudara con un pequeña caja, sabía que la curiosidad la estaba matando, pero le explique que le contaría todo en su momento. Le indique el camino, a pesar que solo estuve ahí un par de veces, creo que nunca podría olvidarlo.

- Bella ¿Qué lugar es este?
- Mi lugar Alice. ¿Ves ese árbol?
- Dirás esas ramas.
- Ey! más respeto con mi árbol…no me mires así, ya crecerá.
- Si tú lo dices, pero que ¿hacemos aquí?
- Dar otro paso. Edward me trajo hasta este lugar y plantamos este árbol en señal de nuestro amor, tal vez las cosas no funcionaron, pero al menos ayudamos al planeta.
- Si que era un romántico y tú necesitas mejorar tus bromas amiga mía.
- Lo era. Me traes la caja por favor – Tome la pala y cabe un pequeño hoyo en el suelo.
-¿Qué haces? – La tome de sus manos y coloque la caja en aquel agujero.
- Necesito tomar distancia, pero no quiero quemar, ni botar sus recuerdos. Así que los traje a un lugar seguro y especial para mí….- Mi voz se fue desvaneciendo
- ¿Qué te sucede?
No supe cómo explicar que me sucedía, pero tuve la sensación de ser observada. Me voltee a ver si había alguien cerca de nosotras. A varios metros de allí estaba un motociclista, no pude ver su rostro, pues estaba ya con el casco puesto y montado en su moto. Aun cuando pudiese parecer una locura, sentía su mirada fija en mí. Cuando quise acercarme, puse el pie en el acelerador y se fue.

Edward POV

Después de mi accidente me mude con mis padres, me quedaría con ellos hasta que estuviera totalmente recuperado. Fue un milagro que no sufriera lesiones de gravedad y solo magulladuras. En cuanto a mi amnesia esta era solo temporal, los médicos me explicaban que con ayuda la mayoría de mis recuerdos irían volviendo, pero que no forzara nada. Trataba de no desesperarme, pero algo dentro de mí me decía, más bien me gritaba que algo faltaba.

Fui recordando mi infancia y a mi familia, las travesuras que hacía con mi hermano. Mi adolescencia e incluso recordé mi relación con Tanya, el distanciamiento con mis padres y todo lo que aquello provoco. El rompecabezas que habían sido estos últimos meses mis recuerdos comenzó a rearmarse, pero había una pieza que no terminaba de encajar. Mis padres me hablaron de ella, pero no la conocían, jamás mencione su apellido o algún dato más importante, al ´parecer mi hermano Emmett sabía más de ella, pero estaba en una de sus últimos trabajos voluntarios en África y el lugar donde se encontraba apenas y tenía medios de comunicación. Así que solo que quedaba contar los días para su regreso.

Durante todo este tiempo Tanya había sido un gran apoyo para mí, me ha ayudado con mi rehabilitación y ha sido una gran amiga, temí que albergara alguna clase de esperanzas en que podríamos reconciliarnos, aun cuando no la recordaba, sabía que mi corazón estaba ocupado por ella.

Una parte de mis preocupaciones se disiparon cuando Tanya me presento a su novio, su nombre era Félix, al igual que ella y bueno yo, era medico. Era unos años mayor, pero se podía ver el amor que había entre ellos, no puedo negar que era feliz por ella y una sensación de alivio se asentó en mí.

Le dije a Tanya que no era necesario que siguiera junto a mí. Me parecía muy injusto que estuviera separada de la persona que amaba, después de mucho logre convencerla, además yo pronto volvería a Nueva York y al hospital donde trabajaba.

Íbamos en el auto, rumbo al aeropuerto conversando de muchas cosas, estuvimos un rato discutiendo sobre la estación de radio. Finalmente gano ella y el camino fue lleno de éxitos románticos. De repente una melodía que me resulto familiar comenzó a sonar.

“Siempre fui esclavo de la libertad….De eso que saben flotar y que besan el cielo…

Algo hizo click en mi interior, pero no del todo fuerte para poder entenderlo del todo. Al parece Tanya lo noto.

- Edward ¿Qué sucede?
- Esa canción.
- Si ¿Qué pasa con ella?
- ¿Alguna vez te la dedique?
- A mi no, cuando estábamos saliendo creo que ni siquiera existía esa canción.
- Yo cante esa canción – Aquello fue una afirmación. Escenas de un escenario y un restaurant llenaron mi mente, pero eran como una nebulosa, sabía que ella estaba ahí, pero no alcanzaba a verla y me sentía frustrado.
- Eso sí que es digno de ver ¿tu cantando esa canción? De verdad que la amas.
- Qué sentido tiene amar a alguien que no recuerdas.
- Si la recuerdas Edward a cada momento, solo necesitas un poco más de tiempo. Estoy segura que sabrías quien es ella, sigue a tu corazón el será tu mejor aliado. No olvides que la mente calla cuando el corazón habla.
- Gracias…por todo.
- Para eso estamos los amigos, Edward.

Seguimos conversando hasta llegar al aeropuerto, hicimos todos los trámites y espere hasta que desapareció en la sala de embarque. Durante todo el trayecto de vuelta pensé en lo que hable con Tanya y me di cuenta que debía volver a mi vida anterior, solo así la última pieza de mi vida  finalmente encajaría.


Llevaba dos semanas ya en Nueva York, solo quedaban tres días para la vuelta de mi hermano y aquello me tenía ansioso. Poco a poco volví a mi rutina y mi trabajo en el hospital solo era de medio tiempo. Casi todos los días iba a un parque que estaba cerca y me sentaba durante horas a observar, con la secreta esperanza de poder verla a ella.

Estaba ahí leyendo un libro cuando vi a una pequeña niña corriendo tras su globo, note como se dirigía directo a la avenida y un auto venia a todo velocidad, sin pensarlo dos veces corrí hacia ella y la tome en brazos, me lance al lado contrario y la protegí con mi cuerpo. Ambos quedamos en la acera del frente del parque. Se oían los gritos desesperados de una mujer.

- Isabella…Bella…hija – Sentí que llego junto a nosotros cuando saco a la niña de mi pecho – ¿Estás bien? Por Dios…es usted un héroe ¿Cómo se encuentra?
- Bien no preocupe – Me levante lentamente, la espalda me dolía horrores, pero no quise preocupar a nadie -¿Estás bien pequeña?
- Me…llamo…Bella – Trato de decirme entre sollozos.
-¿Bella?
- ¿Seguro está bien? – La voz de la madre estaba teñida de preocupación.
- Si, no se preocupe. Soy Edward Cullen
- Marie Rancic. Nunca podre agradecerle lo suficiente. Salvo a mi hija…a mi Isabella.
- Bella, mamá mi nombre es Bella.
- Pues me alegro mucho haberte ayudado Bella – Me dio una sonrisa – Creo que no estaría de más que la revisaran en el hospital.
- Claro, pero y ¿usted?
- No hay problema estoy bien – Bese la frente de la pequeña Bella y me fui. Más bien parecía que estaba huyendo.

Necesitaba pensar….Isabella, Bella por primera vez su nombre tenía sentido para mi, mis padres ya me lo habían dicho, pero me sonaba vacio hasta ahora, seguí el consejo de Tanya y deje que mi corazón hablara.
Aun no tenía un auto así que la solución momentánea fue la motocicleta de mi hermano Emmett, no era de todo mi agrado, pero experimentaba un extraño sentimiento de libertad cuando la montaba.

Me deje llevar y no sé cómo pero llegue a un lugar alejado de la ciudad donde se estaba construyendo una reserva ecológica había vegetación por todos lados, algunos árboles recién plantados y muchas flores. Me pare cerca de un sendero, observe el lugar y respire el aire de tranquilidad, vi como un auto se acercaba no sé porque, pero mi corazón se acelero de inmediato, me quede un poco escondido esperando a ver quien bajaba. Por un instante mi corazón dejo de latir

- Bella….


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