Si me atrapas me enamoro - Cap. 3





Capitulo 3

Apenas pudo dormir aquella noche, se dio vuelta en su cama hasta entrada la madrugada y cuando pudo conciliar el sueño tuvo pesadillas que lo único que hicieron es que despertara más agotada de cómo se había acostado. Decidió que lo mejor era salir de la cama y empezar a prepararse, se miro durante unos instantes al espejo y la imagen que le devolvió no la ayudo en nada.

- Justo lo que necesitaba un look zombie…Ay Isabella Marie Swan por que tuviste que decir acepto, en que líos te metes por Dios, pero bueno ya esta….vamos a ver si se puede hacer algo con esto – Lo dijo indicando su rostro.

Después de darse un baño, elegir su ropa y prepararse su desayuno, vio que aun tenía un poco de tiempo antes de partir así que decidió adelantar un poco de su nueva novela, estaba seguro que aquello la calmaría lo necesario para resistir ese día o al menos eso era lo que esperaba, pero como siempre le pasaba cuando escribía no noto el paso del tiempo y cuando se percato que llevaba escribiendo más de lo que pensaba, supo que estaba retrasada.

- Perfecto….que mejor forma de empezar llegando tarde y eso que no soy una diva – Rápidamente tomo sus cosas y se fue.

No sabía que ángel había decidido darle su protección, pero apenas salió de su casa cogió un taxi y llego con el tiempo perfecto a la editorial y nuevamente se encontraba frente a sus puertas en menos de 24 horas.

- De nuevo aquí y con las misma sensación extraña – tomo aire – aquí voy – estaba por traspasar el umbral de la puerta cuando escucho una voz tras de ella.

- Prometió que no entorpecería el paso hoy.

Quedo congelada en su lugar y temió darse vuelta cuando supo con certeza quien era el dueño que aquella voz – la suerte no dura mucho – pensó.

- ¿Y bien?



Lleno nuevamente de aire sus pulmones y se dio la vuelta, quedando frente a frente a Edward Cullen, su aspecto la dejo por unos instante atónita trato de concentrarse lo que más pudo, trato de pensar en otra cosa, pero le fue imposible él llenaba todo su campo de visión.

- Si desea que la cargue no tengo ningún inconveniente Srta. Swan – Sus palabras la sacaron de su trance.

- Eh?...yo…no…si puedo caminar…creo – aquello lo dijo en un murmullo.

- Esta bien, la invito a que caminemos juntos a mi oficina – Le ofreció su brazo y sin pensarlo mucho ella lo acepto.

- Gracias.

- Por aquí – Caminaron juntos hacia los ascensores.





Una vez en la sala de reuniones, todo paso a la velocidad del rayo para Bella, la firma del nuevo contrato, la explicación de varios puntos, las nuevas disposiciones y lo peor de todos los detalles de la fiesta de lanzamiento de la editorial donde ella sería la figura principal.

- No me parece buena idea – Le comento Bella después que todos hubiesen dejado la sala.

- Pues a mí me parece perfecto – Le respondió Edward con una sonrisa

- Pero….pero, es que no sirvo para eso – Sonaba más bien a berrinche que a una demanda lógica.

- Yo estaré contigo…así que no te preocupes – Le prometió, aunque ni él mismo sabía de dónde había salido aquello, pero no le gustaba verla preocupada, era así de sencillo. Estas mal hombre ¿Qué te pasa? No pudo evitar pensar y reprenderse mentalmente.

- Creo que tiene demasiada fe en mí.

- Tal vez, pero estoy seguro que lo vales.





Después de salir de las oficinas de la editorial, llamo a la única persona en el mundo que podía salvarla del embrollo de la fiesta y sus consecuencias.

- Diga.

- Rosalie….¡te necesito!

- ¿Dónde? y ¿Cuándo?

- jajaja….la hora la pones tú, bien sabes que la puntualidad no es lo tuyo.

- Si es cierto, pero lo importante es que llego ¿no?

- Eso sí – hablaron un momento más y quedaron de reunirse en un café cercano.





Al rato después Bella se encontraba sentada a la espera de su amiga. Ya había pedido un jugo pues sabía que la espera sería todo menos corta. Estaba por pedir otro más cuando oyó la voz de su amiga.

- Hola – Le grito y agito su mano apenas entro al pequeño café.

- Hola….al fin llegas.

- Si…si…si, pero dime en que te puedo ayudar – Le hizo un gesto al camarero para que le llevara un café.

- ¡Eres mi salvación!

- Eso siempre mi pequeña aprendiz, pero tienes que ser más especifica.

Bella le conto todo lo que había sucedido en las últimas 48 horas, su nuevo jefe, que lo dejo plantado y que pese a eso mantuvo su empleo, la firma del contrato y lo peor la fiesta.

- Tú…fiesta…vestidos y tacones…eso si que será digno de ver.

- Ni que lo dudes.

- Entonces manos a la obra.

Tres horas después, varias tiendas "saqueadas" y mucho dinero menos en las arcas de Bella, esta era dueña de un hermoso vestido de diseñador, zapatos y accesorios. Además de varios trajes más que Rosalie los llamo "para toda ocasión".

- Gracias.

- Cuando quieras.

- Te aseguro que no muy seguido, pues quedaría en bancarrota.

- Que exagerada Isabella Marie.

- Por lo que me costó planeo exigir que me sepulten con el puesto, porque….- Pero su voz se fue apagando cuando vio que se acercaba Edward.

- De compras veo – Su verde mirada se dirigió a las bolsas.

- Si….voy a una fiesta.

- ¿En serio?

- Jamás bromearía con algo tan importante.

- Lo supongo, además noto que le encantan las fiestas ¿no?

- Como si no lo supiera.

- Tal vez tengo una idea.

Bella no pudo contestar pues un ligero carraspeo a su derecha interrumpió aquella conversación – Oh lo siento…Señor Cullen le presento a Rosalie Hale.

- Mucho gusto – Edward le estrecho la mano.

- Señor Cullen, un placer.

- Solo Edward, por favor.

- Esta bien Edward.

- Bueno las dejo…Srta. Swan….Rosalie – Dando un pequeña inclinación de cabeza se marcho.

- ¿Srta. Swan?

- Podría apostar que no sabe mi nombre y a ti…"solo Edward" – Hizo el gesto de comillas en el aire.

- ¿celosa? – Le pregunto enarcando una ceja.

- Yo…como se te ocurre por el amor de Dios, claro que noooo….obvio que no, pero que te pasa…no.

- Entonces ¿Por qué te alteras?

- No me altero solo que él me pone….no se…ay….no sé.

- Nerviosa tal vez o un poco coqueta.

-¿Coqueta? que risa.

- Pues deberías ver como hablas con él, Srta. Swan y cómo cambian tus ojitos – Movió las pestañas rápidamente.

- Parece que tienes hambres, solo hablas tonterías.

- Claro déjalo así.

- Mira una cafetería –Indicando una que estaba al frente corrió rumbo a ella.

Hablaron durante un rato más y Bella le pidió ayuda a su amiga para el día siguiente, necesitaba que la "prepararan" para la dichosa fiesta.

- Entonces a eso de las cinco estoy en tú departamento.

- Perfecto a eso de las 6 nos vemos…no me mires así que bien que te conozco.

- Si, si, si…lo importante es que estaré ahí.

- Si y muchas gracias por eso.

- Siempre que me necesites – Tras un breve abrazo se despidieron.



Bella sonrió todo el camino hacia su casa recordando los años de amistad con Rosalie, muchos consideraban que eran opuestos, algo así como el día y la noche, el negro y el blanco, pero donde todos venía debilidad era donde se encontraba su mayor fortaleza. Rosalie era extrovertida, adicta a la moda y en opinión de Bella mucho más guapa, en cambio ella era tímida, reservada y un verdadero caos a la hora de vestir. Aun con todo eso su amistad era fuerte y sin fecha de expiración.

A la mañana siguiente solo s dedico a escribir y tratar de darse ánimos para la fiesta, después de descansar unos minutos se sentó a esperar. Ya eran pasadas las cinco de la tarde y como era de suponer no había ni las más mínima señal de su amiga Rosalie.

- Creo que le voy a obsequiar un reloj como agradecimiento….para que si los usa pero no los ve – Mientras seguía meditando sobre su amiga, la hora y regalos un sonido la sobresalto, era el teléfono estaba segura que era ella disculpándose por su retraso – Alo, déjame adivinar estás un poco retrasada ¿no?

- Sera mejor que adivine nuevamente – Una profunda voz masculina estaba al otro lado de la línea.

- Lo siento…yo creí – Tratando de ordenar sus ideas - ¿Con quien desea hablar? Creo que esta equivocado – Los únicos hombres que la llamaban era su padre cada quince días y Emmett el novio de su amiga.

- ¿Srta. Swan?

- Si soy yo – Pensó por un momento - ¿Sr. Cullen?

- Esta vez acertó.

-¿Qué sucede? La fiesta se cancelo – Lo último lo dijo con voz de falsa pena.

- No es buena actriz me parece.

- Soy escritora no lo olvide.

- Eso no lo olvido y tampoco que esta fiesta es para usted.

- Mmmmm…

- Veo que la emoción la embarga.

- No, si…bueno no importa. Puedo preguntarle la razón de su llamada.

- Que le parece si le confieso que solo deseaba oír su voz – Su voz tenía un dejo de coquetería.

- No se lo creería – Aunque soñaba con que aquello fuera verdad.

- ¿Eso por qué?

- Porque….no sonó sincero.

- Y si le dijera que la llame por que la extrañaba.

- jajaja….menos sincero aún.

-No sabe cómo me hieren sus palabras.

- Lo siento, pero de verdad podría decirme que es lo que desea.

- Si se lo cuento tal vez me colgaría el teléfono ahora mismo o tal vez no y ambos seriamos muy felices.

Bella no pudo evitar sonrojarse por la imágenes que llenaron su mente de escritora y agradeció que no pudiera verla en ese momento. Trato de no seguirle el juego.

- No quiero sonar grosera pero planea decirme en algún momento porque me llamo.

- Esta bien me rindo, solo deseaba informarle que un auto pasara por usted a las 8:30 espero que este bien la hora.

- Si, pero no debieron molestarse.

- No es ninguna molestia, además hoy usted es la estrella.

- Mmmmmmm…

- ¿Está bien?

- Si solo un poco nerviosa, contrario a lo que usted puede pensar no acostumbro a asistir a este tipo de eventos, ni menos ser el centro de atención.

-Estoy realmente sorprendido sino es porque usted me lo menciona no lo creería - Bella percibió la ironía en su voz.

- Por supuesto confirmado por la propia persona tiene más valor.

- Siempre….bueno nos vemos esta noche, estaré contando las horas.

- Adiós.

Después de que ambos colgaron Bella necesito unos minutos para que el corazón volviera a latir con normalidad. No podía creer lo que acababa de pasar, él estaba jugando, no más bien coqueteando con….ella!

- IMPOSIBLE! se realista…estas soñando – Se dijo a si misma, pero no logro ser convincente pues fue inevitable la sonrisa que curvo sus labios ante la idea.



Edward no podía comprender por que la había llamado personalmente, esos asuntos jamás fueron realizados por él, siempre lo hacía su secretaría u otra persona, sin importar cuan importante fuera a quien debía llamar, pero fue inevitable hacerlo, pues era cierto que quería oír su voz.

- ¿Oír su voz? …acaso puedo ser mas cursi – Se burlo de sí mismo en voz alta. Aunque no podía negar algo, ella lo hacía querer estar cerca, había leído todas sus novelas, cosa que ni siendo torturado confesaría y todos sus personajes femeninos eran extrovertidos, audaces, independientes, decididos, eran más similares a su amiga que a ella.

- Por supuesto Edward, esta mujer solo te intriga solo eso….o ¿no? – Pensó, pero todas las señales de alarma se encendieron en respuesta y aquella sensación no le gusto en absoluto.



Acá un nuevo capítulo!!!!  Por la espera prometo que esta semana subiré tres capítulos

Besos

Lulu XD



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