Si me atrapas me enamoro - Cap. 9



Capitulo 9

Durante unos instantes Edward no pudo moverse, su vista estaba clavada en la puerta, por segunda vez la había dejado ir.

Miro hacia su escritorio y vio la novela de Bella, se acercó y la tomo, apenas abrió el grueso sobre donde estaba su corazón comenzó a latir como no lo había hecho en semanas, todo ese tiempo pareció una tortura, vivía por vivir y todo se transformo en rutina, ya nada lo emocionaba, ni lo conmovía, pero el solo verla parada ahí su mundo se detuvo un instante y comprendió que toda su vida siempre sería un cruel paliativo de lo que pudo ser y tener. A su lado todo…sin ella nada.

Fijo su mirada atenta al titulo de la novela…"Si me atrapas me enamoro", si eso era lo que Bella quería, él lo haría…la atraparía y la amaría por el resto de su vida.

 
Hasta el último instante pensó que él podría venir tras de ella "¡que estúpida eres!...No fuiste más que un momento agradable solo eso". Respiro hondo y detuvo un taxi que venía en su dirección. Dio una mirada a todo el lugar y subió, tenía muchas cosas que hacer antes de partir a París…sonaba perfecto, cuando postulo a la beca en lenguas jamás pensó que sería seleccionada, pero estaba profundamente agradecida de haber sido seleccionada, necesitaba poner kilómetros de distancia, así que veía este viaje como una bendición aunque no se hacía muchas ilusiones con respecto a olvidar…olvidar exactamente qué, no lo sabía, tal vez  lo que pudo ser y no fue, no, eso era una tontería, lo único que tenía que hacer era olvidarlo a él…a Edward Cullen y para siempre.

Pago al chofer y subió a su departamento, vio a la Sra. Cope y la saludo, quedaron en verse durante la tarde para despedirse. Una vez dentro, escucho sus mensajes, uno de ellos de sus padres señalándole que pasarían por ella en la mañana, otro de Jacob deseándole toda la felicidad del mundo, sonrió unos segundos y se fue a su habitación.



No fue tan difícil como había creído averiguar todos los datos, solo un par de contactos y todo estaba listo ahora le quedaba solo una cosa más.
- Cancela todas mis citas – Ya estaba afuera así que no escucho la respuesta de su secretaría y la sonrisa que adornaba su rostro.
Decidió usar las escaleras, ya sabía lo lento que eran los ascensores, bajo a los estacionamientos subió a su auto y se fue rumbo a ella.
- ¡Gracias, gracias, gracias!
- Me gustas para ella muchacho, pero no lo arruines.
- Lo prometo esta será la última.
- Bueno me voy…se portan como les plazca con tal que sean felices.
- Muchas gracias.
- Pasare la noche fuera y volverá mañana muy, pero muy tarde – Le guiño un ojo.
- Cuídese.
- Ustedes también – Dicho esto se fue.
Al cabo de un rato Edward sintió unos golpes en la puerta, miro el lugar y los pequeños arreglos que había hecho, sonrió satisfecho, era perfecto, un nuevo golpe en la puerta lo hizo ir más rápido.
- Pensé que no había nadie – Su voz fue perdiendo intensidad.
- Te equivocaste.
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Quieres pasar? – Uso su sonrisa más irresistible.
- Ok.
- Adelante.
- ¿Qué es esto?
La habitación estaba rodeada de velas, el suelo lleno de pétalos de flores y una suave melodía llenaba el ambiente.
- Pensé que podía crear un ambiente más propicio – Estaba detrás de ella.
- ¿Más propicio para qué?
- Para esto – Se puso delante de ella, tomándola por la cintura y besándola, en aquella unión no había dulzura, había pasión y urgencia, pero también exigencia, lentamente la fue acercando al sillón hasta que ambos cayeron, Edward primero y luego ella, sobre él.
Se separaron unos segundos para contemplarse, pero nuevamente tomo posesión de sus labios, no se podía decir cuando empezaba y terminaba un beso. Aprovechando un instante de tregua Edward no pudo contenerse más – Te amo…Oh Dios Te amo tanto, no sé cómo pude sobrevivir este tiempo sin ti.
Bella trato de acompasar su respiración, quedo sin palabras, sin poder creer que lo que acababa de oír, por un instante pensó que era un sueño, mas su cuerpo sobre el de Edward le demostraba que todo era muy real.
- ¿Es cierto? – Fueron las únicas palabras que pudo pronunciar.
- Total y absolutamente – Tomo un mechón de su cabello y lo puso tras su oreja – Y luchare con quien sea para atraparte y amarte.
- Eso no es necesario…yo también te amo y creí que nunca podría decírtelo.
- Bella perdóname fui un imbécil, pero tenía miedo.
- ¿Tú miedo?
- Si de perderte, que no me correspondieras, que ese perro de Black te apartara de mí.
- Te amo, grábatelo bien…Te amo….solo a ti.
- Te amo – la beso – Te amo – otro beso.
- No estoy soñando verdad.
- No, esto es de verdad... ¿De qué te ríes?
-Este departamento es especial, siempre acabamos besándonos sobre este sofá.
- Es muy cierto…te amo.
- Yo te amo más.
- Si ¿Cuánto más?...dímelo.
- Por qué mejor no te lo demuestro….
La beso apasionadamente, tomo su delicado cuerpo entre sus brazos y la llevo a la habitación donde se encargo toda la noche de demostrarla cuanto la amaba.


Los primeros rayos del sol que se colaron por la ventana despertaron a Edward, sentir a Bella en sus brazos era la mejor manera de dormir y amanecer. Vio como abría lentamente sus ojos y se volteaba entre sus brazos hasta quedar cara a cara.
- Buenos días – Lo beso suavemente.
La noche anterior fue un sueño para ella, todo fue perfecto y saber que Edward la amaba la llenaba de una felicidad indescriptible.
- Estos son los mejores buenos días que he recibido y esto – la estrecho más fuerte – Hace que sea la mañana más feliz de mi vida.
- Para mí también lo es.
- Te amo – Besa su frente - ¿Tienes hambre?
- Si, mucha.
- Pues a preparar el desayuno.
- ¿Qué hora es?
- Las 7 en punto ¿Por qué?
La expresión de Bella cambio, acababa de caer en la cuenta que hoy tenía que partir a Francia, no podía desperdiciar la beca y si así fuera jamás podría conseguir otra, pero por otro lado estaba Edward que la amaba….no sabía qué hacer.
- Bella, amor ¿Qué pasa? – Acaricio suavemente su rostro para luego levantarse de la cama.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Desayunar – Se acercó nuevamente y deposito un suave beso en sus labios.
- Vístete, te estaré esperando.
- Tenemos que….- No siguió hablando, él ya se había ido rumbo a la cocina.


Una vez vestida fue hacia el comedor donde estaba todo listo.
- Wow que rapidez.
- Digamos que un hada madrina nos visito y dejó todo más o menos adelantado.
- Oh…- Se sonrojo sin poder evitarlo.
- ¿Que quieres té, café, jugo?
- Té, gracias – Titubeo un momento – Tenemos que hablar.
- ¿Qué pasa? me asustas.
- Mi viaje a Francia es hoy…hoy me voy.
- ¿Qué?
- Mi avión sale al mediodía.
- ¿Piensas irte?
- Es una oportunidad única para mí.
- ¿Qué pasa con nosotros?
- No lo sé.
- Creo que esa respuesta no me gusta.
- Tú me amas…yo te amo, podemos hacer que funcione.
- No creo en el amor a distancia.
- Entonces qué.
- Tal vez es lo mejor.
-¿Lo mejor?
- Si, digamos que lo de anoche fue una despedida perfecta.
- Despedida perfecta…a pesar de lo que sentimos.
- Si te vas, no veo que otra cosa pueda ser.
- Tienes razón, fue una despedida perfecta – Lentamente se levanto de su silla, no tenía mucho sentido seguir ahí, con pasos inseguros se dirige hasta la puerta y la abre – Adiós….te amo – Sin esperar respuestas sale de aquel departamento.
- Buen viaje – le grita Edward.

Bella decidió no pensar en nada, como un zombie va hacia el baño, se ducha y se cambia su ropa, elige un traje cómodo para el viaje, ve la hora, sus padres y Rosalie deben de estar por llegar, chequea que todo esté bien y en orden.
Cuando siente unas bocinas en la calle, se asoma por su ventana, ya vinieron sus padres y milagrosamente su amiga también fue puntual. La ayudan con su equipaje, da una última mirada y cierra su apartamento y una etapa de su vida.
Se detiene unos instantes frente a la puerta de su vecina, sabe perfectamente que aquel lugar esta vacío, igual que su corazón, hace unas horas oyó como se cerraba la puerta y luego unos pasos en el pasillo…él se había ido. Dio un profundo suspiro y avanzó, no tenía otra cosa que hacer.
- Lista pequeña.
- Si papá…vamos.

Una vez en el aeropuerto el momento de la despedida fue emotivo. Bella pudo liberar todas las lagrimas que le oprimían el pecho, se escudo en el hecho que todos estaban llorando aunque por razones distintas,
- Apenas llegues llámanos – Su madre seguía abrazándola.
- Si mamá así lo hare – Ahora cambiaba a los brazos de su padre.
- Cuídate mucho mi Bells.
- Si papá.
Ahora era el turno de Rosalie – Te quiero mucho, no lo olvides….ni se te ocurra cambiarme por una francesita.
- Solo si es más puntual – Se acercó para su último abrazo – Jamás lo haría – Le da un último beso de despedida.
Los mira a todos, se despide con la mano una vez más y entra, tomo una bocanada de aire y se marcha…sin él.

Este es el último capitulo….el próximo es el epilogo!
Gracias por sus comentarios y por leer la historia.
Besos
Lulu XD



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