Sin Invitación - Cap. 4



Capítulo 4

Sonríe



Me desperté más temprano de lo habitual, había programada mi despertador media hora antes. Ni en sueños pensaba irme con Masen a la escuela, el problema estaba en que tampoco podría esperar a Tanya para que me llevara, siempre nos íbamos con el tiempo justo para llegar a clases, por lo que no me podía dar el lujo de que él llegara a mi casa y yo no tuviera una buena excusa para negarme, lo sé, mi actitud era un poco irracional, pero simplemente no lograba entender su actitud y como tampoco deseaba averiguarlo, haría lo que usualmente hago en estos caso, ignorarlo, aunque hoy debía ser su anfitriona, no significaba que debía ser su niñera.

Trate de recordar donde estaba mi bicicleta, pero luego recordé que fue arrollada accidentalmente cuando mi hermana estaba aprendiendo a conducir, honestamente para cualquiera pudiera parecer increíble que yo siendo la hermana mayor no tuviera mi propio auto y si lo tuviera mi hermana más pequeña, pero como mi madre no paraba de decirme todo el tiempo, no era lo suficientemente responsable para tener algo de valor, claro no era suficiente ser la primera de mi generación, estar casi becada en una universidad prestigiosa, tener un historial impecable, un empleo para costear “mis lujos”, nunca sería lo suficientemente buena para ella, mas después de muchos años logré que sus palabras no me afectaran y solo fueran un sonido molesto.

Pensé en pedirle a mi padre que me llevará, pero mientras bajaba las escaleras vi como se marchaba, adiós a esa opción. Mi madre apareció en ese momento y me miró como si se sorprendiera de que estuviera ahí.


- ¿Qué haces aquí? – Pensé en responderle que aquí era donde vivía, pero me contuve, no era buena idea partir así mi día.

- Debo llegar temprano hoy a la escuela.

- ¿Cómo piensas irte? – Me miró fijamente – Piensas dejar a tu hermana sin auto, oh Dios Isabella, eres tan desconsiderada como puedes dejar a tu hermana así. Acaso planeas que camine hasta la escuela, mientras tú te vas cómodamente.

- Madre no he dicho nada de eso, pienso ser yo la que se vaya caminando.

- ¿No tienes que llegar temprano?

Dio un suspiro agotada, con ella nunca lograba ganar, no importaba lo que hiciera. Como note que estaba perdiendo minutos preciosos en una discusión sin sentido, hice un gesto en señal de despedida y abrí la puerta de mi casa.

El camino a la escuela era de varios kilómetros, pero si lograba llegar hasta el centro del pueblo, podría tomar el autobús y asunto solucionado. Mire mi reloj y perdí un poco las esperanzas, debía de correr bastante si quería llegar, maldición, nada estaba saliendo como lo tenia planeado y cuando pensé que nada podría ir peor, oí la bocina de un auto, mire al cielo esperando que cayera un diluvio, no es eso lo que sucede cuando todo empeora, pero no paso nada, solo un nuevo bocinazo, me negué a darme vuelta para ver si el aquel sonido tenía algo que ver conmigo, aunque una parte de mi sabía perfectamente quien era.

Seguí caminado a paso firme, como si ningún sonido me perturbara, hasta que un auto pasó cerca de mí y luego se detuvo a unos metros de distancia, ahora ignorarlo era solo un poco más difícil, pero eso no significaba que no lo intentaría.

Vi que la puerta del conductor se abría y de ahí bajaba Edward, estuve tentada a dar patadas en el suelo como si fuera una niña pequeña que refunfuñaba porque no se había saldo con la suya, pero como ya no era una niña y además ni siquiera cuando lo fui hice algo así, lo mire enarcando una ceja.

- ¿Qué parte de pasare por ti no entendiste?

- ¿Quién te hizo creer que necesito chofer?

- ¿Qué te hizo creer que no lo necesitaras?

- ¿Quién te nombro mi chofer?

- Planeas seguir mucho rato más respondiéndome con preguntas, por que perfectamente podemos seguir en mi auto rumbo a la escuela.

- Pues por mi puedes seguir, no te he detenido.

- ¿Por qué rayos eres tan irracional?

- Apenas te conozco, qué se supone que debo hacer,  caer rendida a tus pies y agradecer al cielo por que me molestas.

- Tus padres conocen a mi tía – Su voz sonó tímida.

- Si supieras la opinión que tengo de mis padres no usarías ese argumento.

- Sabes, no eres muy buena anfitriona.

- Nunca pedí serlo, aún no sé como rayos acabe metida en semejante ridiculez – No entendía muy bien por qué, pero ahora sonreía.

- Si te juro que no soy un sicópata y que no te haré daño, subirías al auto conmigo.

- Todas las malas películas de terror empiezan así, pero – Lo mire unos instantes – si no tengo remedio, subiré.

Me abrió la puerta como si yo no fuera capaz de realizar aquel sencillo movimiento, me miro unos segundos hasta que sacudió la cabeza y la cerró, luego subió a su lugar y partimos.

- ¿Cuál es tú música favorita?

- ¿Qué?

- Vas a continuar respondiéndome con preguntas.

- Acaso esto es un interrogatorio.

- Solo trataba de mantener una conversación contigo.

- No tengo música favorita, pero mi sonido favorito en el mundo es el silencio, así que vista al frente Masen.

- Si que tienes carácter, Bella.

- ¿Bella? Mi nombre es Isabella.

- Lo sé, pero me gusta como suena Bella, va contigo.

- Nadie me llama Bella.

- Perfecto, seré el primero.

- Espero que seas el único.

No hablamos más durante el resto del trayecto, aun cuando era un recién llegado Masen sabía perfectamente como llegar a la escuela, por un momento creí que se perdería o algo, pero no fue así.

Cuando aparco, salí rápidamente del auto, lo que menos deseaba era que me vieran con él, no tenía nada en su contra, pero en un lugar tan pequeño los chismes vuelan y generalmente siempre terminan tejiendo historias de romances sin importar si son ciertos o no.

- Por mujeres como tú es que los caballeros están extintos.

- Por hombres como tú las mujeres hemos sido catalogadas de débiles.

- Siempre tienes respuesta para todo ¿verdad?

- Si – Comencé a caminar rápidamente a la entrada de la escuela, aun era temprano por lo que solo me tope con alguno de mis compañeros X1 y X2, solía llamar así a la mayoría dado que jamás recordaba sus nombres.

Un ligero carraspeó me indico que no estaba sola en mi camino.

- No quiero ser yo quien te lo recuerde – Su expresión demostraba claramente lo contrario – pero no tienes una cita conmigo.

- ¿Cita? – Cerré mis ojos unos segundos – Claro, bueno al mal paso darle prisa. El lugar donde estamos parados se llama corredor o pasillo, estos se llaman casilleros ahí puedes guardas tus pertenencias – Hice exactamente aquello – Luego si me sigues por acá – Le indique que lo hiciera – Podrás encontrar las salas de clases, cada una claramente identificada – Con un movimiento de brazos trate de abarcar el espacio – La oficina del director creo que ya la conoces, así como los estacionamientos – Sin pensarlo mucho tome su mano, era como llevar a un niño pequeño por el bosque – Esto es el gimnasio y un poco más allá esta la cafetería. Espero que todo haya sido de tu agrado, gracias por elegir a Isabella Cullen como anfitriona, ahora si me lo permites me marcho.

Camine por el pasillo, satisfecha de haber cumplido mi tarea asignada, estaba por dar otro paso cuando unas manos en mi brazo me detuvieron.

- No te lo permití.

- Que quieres ahora Masen – Simplemente era peor que una plaga.

- Me dijiste que si te lo permitía te marchabas, ni siquiera me diste tiempo  a responder.

- Solo era una forma de decir.

- Pues permíteme decir que solicitare el libro de reclamos, tu recorrido es una mierda.

- Que se supone que debía hacer, llevar un megáfono o llevarte a la tienda de recuerdos.

- Eres una pésima anfitriona.

- Si el servicio no fue de tu gusto simplemente cambia de compañía, lo digo en serio Masen, déjame en paz.

No le di tiempo a responder, camine lo más rápido que pude a mi clase, aun cuando sabía que lo más probable es que él también la tuviera, necesita un momento a solas, sin nadie que invadiera ni tan preciado espacio vital.



Me equivoque completamente acerca de la probabilidad de que fuera mi compañero de clases, pues por las siguientes horas no supe nada de Masen y realmente aquello era un cambio agradable para mí, solo vi a mi hermana que me pregunto por qué no me había ido con ella y que había hecho para llegar a tiempo, no sé por qué pero no quise contarle nada de mi nuevo chofer temporal, así que simplemente le dije que no se metiera en mis asuntos, luego le sonreí y me marche en busca de unas cosas.

Ya era la hora de la comida, pero rara vez comía en la cafetería, no soportaba mucho los lugares llenos de gente, además estaba en la mitad de un libro que me tenía encantada, por lo que  lleve mi almuerzo y mi libro hasta el gimnasio de la escuela.



Estaba leyendo tranquilamente mi libro, cuando sentí más que ver, que ya no estaba sola, realmente debería encontrar otro lugar privado en la escuela, sin darle señal alguna lo oí hablar.

- Hola de nuevo.

No quise responderle, continúe tranquilamente sentada en el asiento más alto de las graderías del gimnasio, me gustaba la soledad que allí se sentía, pero era obvio que el tenia que encontrarme, estaba por preguntarle si tenía algún radar o algo, mas me decidí por otra cuestión, dado que los mensajes subliminales no estaban teniendo los resultados esperados.

- Para que lo sepas pronto mi madre, le dirá a tu tía que soy una mala influencia.

- Esme confía en mi criterio – Mire de reojo como se sentaba junto a mí – además no pareces “influyente”  para nada, digo para que seas una “mala influencia”– hizo comillas en el aire – Al menos deberías ser capaz de influir en alguien.

Su estúpido comentario casi me saca una sonrisa, pero me forcé a mantener mi mejor cara de poker,  mientras menos contacto tuviéramos, más pronto se cansaría y se iría de mi lado. Edward, por un momento había pensado que esta mañana había logrado mi objetivo, pero era claro que no fue así en lo absoluto.

Masen me recordaba a esos perritos vagos que con solo mirarlos unos instantes decidían seguirte a todas partes. Aunque honestamente aquellos cachorros, entendían muchísimo mejor una indirecta.

- ¿Puedo preguntarte algo? – Por un solo instante tuve la esperanza que se había marchado, ya que estuvo unos momentos en silencio pero no fue así, por lo que pensé que si contestaba la pregunta a este cachorro adolescente finalmente se iría.

- Si.

- ¿Alguna vez sonríes? – Aquello capto mi atención y me le quede mirándolo fijamente.

- ¿Qué?

- No vale que respondas con una pregunta. Lo has hecho desde que te encontré esta mañana.

- ¿En serio esa es tú pregunta?

- ¿Esa es tú única manera de responder?

-Solo lo hago en ocasiones especiales.

- ¿Qué tan especiales?

- Dijiste una pregunta – Tome mi mochila del suelo y me levante de las graderías, cuando había bajado dos escalones, me voltee hacia él – Adiós, Ed – Le sonreí y me marche.





No lo vi por el resto de la jornada, al parecer no compartíamos tantas horas como yo creía, estaba recogiendo mis cosas para luego esperar a mi hermana, que al parecer leyó mi pensamientos pues llegó junto a mí.  Algo en su mirada y la forma en que se acercaba a mí, me hizo ver que nada bueno sucedería.

- Bells – Grito mi nombre como si estuviéramos a kilómetros de distancia y no a tan solo unos metros como realmente lo estábamos – No me lo puedo creer.

- ¿Qué cosa no puedes creer?

- Apenas si lo conoces.

- ¿A quién?

- Bueno así es el amor, cupido lanza sus flechas y magia. Me alegro tanto por ti, siempre supe que esperabas por tú príncipe azul, en el fondo eres una chica romántica como todas, además que gran gusto, realmente él es muy guapo.

Por mucho que trataba de entender a Tanya, aquella tarea estaba siendo titánica, sabía que hablábamos el mismo idioma y que hasta hace unas horas, lo que salía de su boca tenía sentido para mí, al menos la mayoría de las veces, pero ahora simplemente no lograba seguir el sentido de sus palabras.

- Tanya, para – Con mis manos le indique que lo hiciera - ¿De qué demonios me estás hablando?

- Hermanita que tú y Edward, el chico nuevo, Masen son novios.

- ¡QUÉ! – Mi voz se mezclo con la de otra persona más, igual de sorprendida.



Holaaaaaaaaa acá un nuevo capítulo!! Me alegra mucho que les guste esta Bella distinta y sé que muchas tienen dudas de por qué Bella es Cullen y no Swan, bueno es hija de Carlisle así que es normal que tenga su apellido y si es hija de Renee, con el correr de los capítulo entenderán el porqué del trato de ella hacia su hija!!!

Como siempre GRACIAS TOTALES por sus comentarios!! Ya saben que su comentario es mi pago =)

Besos y que tengan un maravilloso fin de semana

Lulu XD


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