"Sin invitación" - Capítulo 14




Capitulo 14


Tontas canciones de amor



“El amor está en el aire” o al menos eso decía el gran cartel que estaba en el pasillo de la escuela, como recordatorio que cada día faltaba menos para San Valentín, realmente era increíble que tuvieran tanto tiempo para hacer una cuenta regresiva para un día como este y no para cosas más relevantes, aunque según mi parecer cualquier cosa era más importante que el día de los enamorados.


- Buenos día Bella – La voz de Edward me distrajo de mis poco dulces pensamientos.


- Edward.


- Veo que hoy nos hemos levantado con las emociones a flor de piel – Lo mire por unos segundos recordando el tiempo en que Edward que jamás lograba decir una ironía, ahora el aprendiz había superado el maestro.


- Acaso esperabas que me lanzara a tus brazos – Ambos comenzamos a caminar uno al lado de otro.


- Oh mi querida Bella, si digiera todas las cosas que espero de tu parte – Se detuvo para tomar  mi mochila y la ponerla sobre sus hombros, realmente me irritaba sus actitudes de caballero de brillante armadura, pero ya me había cansado de pelear por aquello.


- Sabes que soy perfectamente capaz de llevar mi bolso ¿verdad? – Tal vez no peleaba, pero me gustaba aclarar que podía llevar mis propias cosas.


- Si, lo sé – Siguió caminando – Y hablando de dormir, te extrañe anoche.


No quise decirle que no estábamos hablando de eso y tampoco que había decidido dejar de colarme en su habitación, como lo había hecho un par de veces desde navidad. Aquello se transformo en una muy extraña costumbre que había decidido parar por él bien de ambos. Yo pronto me marcharía por lo que mientras pronto dejáramos atrás estos hábitos, mucho mejor, al menos eso era lo creía.


- ¿En que piensas? – Su voz me llegó lejana, creo que realmente estaba concentrada en otras cosas.


- En nada.


- Bella, yo quisiera que tú y bueno yo, en realidad me encantaría. Tú sabes que sería súper, si quieres claro, aunque espero que si, ojala tu respuesta fuera si, mañana no es el día exacto, pero sería genial.


Me detuve en seco y me pare frente a él, honestamente no había entendido absolutamente nada, tal vez aquello no era tan inusual en mi caso, pero realmente ahora no lograba comprender el nuevo uso que Edward le estaba dando al español.


- ¿Quieresalirconmigoestanoche?


Era mi idea o acababa de decirme todo junto y sin apenas respirar.


- ¿Qué?


- Dije si quieres salir conmigo esta noche.


- Claro


No entendí muy bien por qué, pero al parece mi respuesta lo sorprendió, pues sus ojos se abrieron de tal manera que temí por un instante que salieran de sus cuencas y freno en seco, provocando que yo hiciera lo mismo.


- ¿Lo dices en serio?


- ¿Me lo preguntaste en broma?


- No, claro que no, nada me haría más feliz y déjame destacar el nada, por si no entendiste – Se tomo unos segundos – NADA me gustaría más que salir contigo hoy.


 Se acercó a mí y entrelazo nuestras manos, las cuales estuvieron unidas durante el corto trecho que nos separaba del salón. Cuando llegamos recordé que está era una de las pocas clases que no compartíamos.


- No tienes historia.


- Todos tenemos historia Bella y yo quiero escribir la mía contigo.


- No es posible – Sin entender muy el por qué su semblante se entristeció – tenemos distintos maestros para              que podamos trabajar juntos.


Edward movió su cabeza como negando algo, para luego sonreír y dejar un beso en la cicatriz de media luna en mi muñeca,  que me había quedado luego de tratar de rescatar mis libros, antes de darse vuelta por completo beso mi mejilla.


- Nos vemos esta noche.


Durante el resto de las clases apenas y vi a Edward, solo estuvimos unos minutos juntos, pero cada vez que lo hicimos me recordó que esta noche vendría por mi a las ocho, como si pudiera olvidarlo, después de la octava vez que lo menciono decidí aclararle con un pisotón que dejara de hacerlo.


.


.


Honestamente no entendía muy bien, lo cual no era una gran novedad tratándose de mí, pero Jane parecía querer escalar las paredes de emoción por mi salida con Edward.


- Ya hemos salido antes.


- Si, pero nunca en una fecha como esta – No dejaba de parlotear mientras acercaba un rizador de pestañas a mi ojo derecho, confiaba en que tuviera la capacidad de hablar y maquillarme.


- No nos conocíamos en estas fechas hace un año.


- Eso lo hace más especial.


- Además de que fechas hablas, hoy en un día como cualquier otro.


- Claro –alargo más de lo necesario la “o” – Sigue diciéndote eso.


- Jane hoy es doce de febrero, no pasa nada.


- Bells, mi dulce, dulce Bells, tu eres especialista en celebrar ciertas fechas en otros día. Tú cumpleaños un día después, navidad un día antes al igual que San Valentín.


- ¿Qué? Tú crees que voy a celebrarlo.


- Oh por Dios Santo y todos los ángeles del cielo. Crees que él te invito para celebrar el día de los globos.


-No, pero solo es una salida de amigos.


- Si es solo eso por qué me pediste que te ayudara.


- ¿Eh?


- Eso tomo rosa en tus mejillas te hace ver más linda, además creo que hoy es el día que Edward se sincere.


- ¿Qué?


- Vamos Bells. Algún día tendrá que hablar de sus sentimientos.


- Espero que no lo haga.


- ¿Qué? ¿Por qué? Acaso te volviste loca, Edward te…


- No lo digas por favor. Él merece algo mejor que yo, alguien que pueda – Llevaba tiempo pensándolo, pero nunca creía que podría decirlo en voz alta – darle toda la magia que su corazón desea tener.


- Pero él te quie…


- No puedo Jane.


- Pues prometo que hasta que tú puedas, yo cuidare de él.


Sonreía sin sentir ni una pizca de alegría y ambas caímos en el silencio.


.


.


- Oh Edward querido, has venido a ver a Jane.


Realmente mi madre no dejaba de insistir en aquello, pese a que en la cena de navidad, Jane y Edward apenas y se dirigieron la palabra.


- No, vine por Be…Isabella.


Jane y yo decidimos detenernos en las escaleras y escuchar una pequeña parte de la conversación.


- ¿Isabella?


- Si, cabello café, ojos color chocolate, de este tamaño – No pude ver el gesto que hizo, pero pude suponerlo – creo que es su hija mayor – Edward se estaba burlando de mi madre.


- Que simpático – La risa falsa patentada de mi madre lleno el lugar.


- Gracias.


- Eddie – La voz de Tanya llego desde algún lado de la casa.


- Hola pequeña.


- Viniste por Belly Bells. Cuando la veas morirás, está más allá de la hermosura, le has traído algún regalo, ojala no sean flores, ella no es muy naturista que digamos, pero ama los libros, le vas a dar alguno, espero que sea romántico o de vampiros. Creo que eso le gustaría – Realmente no sabía como podía hablar sin darse ningún respiro.


- Tanya cariño, ve por Isabella, mientras yo espero aquí con Edward.


- Por supuesto – No dio ni dos pasos y nos vio, estaba por pedirle que no dijera nada cuando grito- BELLA! – subió un escalón más para tomar mi mano y bajar junto a mi – Edward ya esta aquí.


- Gracias por la información.


- Se ve divino, sabes hacen una pareja de cuentos de hadas, prométeme que cuando se casen llevare las flores, mi amiga Sandy llevo las flores cuando su hermana mayor se caso, yo     quiero llevar las tuyas, puedo – Cuando llegamos al final tomo la mano de Edward – me dejaran llevar la flores ¿verdad?


- Claro y los anillos también – Respondió Edward.


- Se lo diré a Sandy – Salió corriendo a toda velocidad, como si su amiga estuviera a solo unos pasos.


- Te ves hermosa – Llevaba un sencillo vestido azul con una chaqueta.


- Gracias, tú no estas nada de mal.


- ¿Nos vamos?


Antes de que pudiera decir algo, la voz de mi madre llegó tras mis espaldas.


- Mañana es día de escuela, creo que no es conveniente que salgas, más bien creo que no saldrás de esta casa Isabella.


La mire sin saber que responderle, por qué tenía razón, Edward también parecía contrariado por sus palabras. Estaba por aceptar y resignarme, cuando mi padre llegó como caído del cielo y hablo.


- Supongo que no irán muy lejos y tampoco tardaran tanto ¿no es cierto muchachos? – Ambos asentimos, aunque yo no sabía donde iríamos – Perfecto entonces,  cuídense y lleguen antes de medianoche.


.


.


Llegamos a un bonito restorán de las afueras de Forks, apenas pusimos un pie un muy, demasiado, alegre hombre nos recibió como si fuéramos superestrellas o algo así.


- Bienvenidos, bienvenidos a la pre celebración del día del amor. Que pareja más bonita hacen.


- Gracias – Edward puso su mano en mi cintura.


- Por favor pasen por aquí, su mesa ya esta lista.


Lo seguimos unos pasos, no era un lugar demasiado grande, pero ya estaba decorado para la ocasión, nuestra mesa estaba en un rincón frente a una de las ventanas.


- Espero que sea de su agrado.


Ambos me quedaron mirando esperando por mi respuesta, honestamente para mi no había ninguna diferencia entre un lugar u otro, pero dado que esperaban algún parecer de mi parte, lo hice.


- Está muy bien, gracias.


Edward se adelanto a ayudarme con la silla y luego se sentó frente a mí, una vez listo hicimos nuestros pedidos. Nuevamente nuestro anfitrión se alegró, como si acabara de ganarse la lotería, por la elección de la comida.


- Creo que tienes competencia.


- No te entiendo.


- Él parece tener más optimismo que tú, tal vez después de terminar la escuela puedas dedicarte a esto.


- Muy graciosa, Isabella, muy graciosa. Yo ya tengo claro mis planes después de salir de la escuela.


- Si y ¿cuales son?


- Ir donde quiera que tú vayas.


- Edward eso no pueden ser tus planes.


- Bella creo que todavía no entiendes la profundidad de lo siente por ti.


- Eres el mejor amigo que alguna vez imagine tener y estoy agradecido por eso – Tome su mano que descansaba en la mesa – Mi abuela siempre me repitió que hay ciertas personas que llegan a nuestra vida, trayéndonos una lección que aprender que nos hace crecer y si somos lo bastante afortunados nosotros podemos ayudarlos a cambio. Creo que ahora soy un poco mejor que antes, solo por qué te conocí Edward, me hiciste cambiar para bien como no tienes ni idea. No sé que nos depara el destino, si una vez que me marche nos volveremos a ver, pero necesitaba que lo supieras, que una parte de mi historia se re escribió solo por ser mi amigo.


- Bella yo también necesito que sepas que siempre estarás conmigo, por que has dejado una huella imborrable en mi corazón. Tu eres mi hilo invisible, no importa si estas a mi lado o no, siempre sabré encontrarte – Dio un largo suspiro – Sé que suena como si fuera un acosador, pero es cierto, sé que tal vez en un tiempo tengamos que separarnos…


- Yo me iré Edward, no puedo quedarme en Forks, ni siquiera es una posibilidad para mi permanecer en el mismo estado, llevo años esperando para poder hacerlo y no puedo…no puedo.


Cambio la posición de nuestras manos y ahora la de él estaba sobre la mía, tratando de calmarme.


- Lo sé y lo respeto, pero – acarició mi mejilla  – siempre estaré a tu lado y siempre sabré donde encontrarte.


- ¿Por qué soy tu hilo?


- Si Bella, por qué eres mi hilo y también por que cambiaste mi vida de la mejor de las maneras, me hiciste creer de nuevo e hiciste que la historia que alguna vez me contó mi padre fuera real –  Tomo un mechón de mi cabello y lo dejó tras mi oreja – Bella tienes que saber que yo te…


Después de tantos meses, sabía lo que estaba por decirme, creo que de alguna manera siempre lo supe, no importaba cuantas veces trate de engañarme, pero este no era el momento, además tenía tanto miedo de sus palabras y las promesas que estas podrían conllevar, que simplemente puse un dedo en sus labios y no lo deje continuar.


- No lo digas, por favor, no ahora, no hoy.


Sus ojos se llenaron por unos instantes de tristeza, pero de todas formas asintió y luego beso mi dedo.


- Aunque quiero que sepas que algún día lo haré.


- Lo sé – Le sonreí tiernamente.


- Bueno, pero a cambio de mi silencio necesito que me digas algo – Lo mire fija y curiosamente –  ¿me dirás donde te iras?


Di un largo suspiro antes de responderle.


- ¿Crees en el destino?


- Hemos comenzando nuevamente a respondernos con preguntas.


- No, solo quiero que me contestes.


- Si, creo en el destino.


- Entonces él será el que nos volverá a unir – Asintió.


- Esta bien, pero prométeme que le darás un empujoncito.


- ¿Cómo?


-Enviándome señales, prometo que sabré interpretarlas.


Después de aquella conversación tan llena de significado, nos quedamos un momento en silencio hasta que llego nuestra cena y luego nuestra charla fue bastante menos emocional y mucho más divertida. Ya habíamos hecho demasiadas promesas por una noche.


.


.


Finalmente San Valentín había llegado y al parecer todos estaban como locos por las fechas, muchos llevaban corazones o flores en sus manos. Otros parecían estar ilusionados con recibir algo en estas fechas, yo por mi parte trate de verlo como un día normal, no compre nada para nadie ni esperaba que alguien, más bien Edward, lo hubiese hecho para mí.


Iba a dar un paso en dirección a mi casillero cuando el coro de la escuela se paro frente a mí y comenzó a cantar.


L is for the way you look at me
O is for the only one I see
V is very, very extraordinary
E is even more than anyone that you adore can


(A es por la forma que me miras
M es por la única que veo
Oes muy, muy extraordinario
R es mas de lo que cualquiera puede adorar)




Trate de huir de ellos cuando se tomaron un respiro, pero no pude hacerlo, al parecer eran una maquina perfectamente sincronizada.



Love is all that I can give to you
Love is more than just a game for two
Two in love can make it
Take my heart and please don't break it
Love was made for me and you



(Amor es todo lo que te puedo dar
Amor es mas que un juego para dos
Dos enamorados pueden hacerlo
Toma mi corazón y por favor no lo rompas
Amor fue hecho para ti y para mi)




Pensé que lo más probable es que se hubiesen equivocado y estaba por decírselos, pero no podía hacerlo pues no dejaban de cantar.



L is for the way you look at me
O is for the only one I see


V is very, very extraordinary
E is even more than anyone that you adore can



(A es por la forma que me miras
M es por la única que veo
Oes muy, muy extraordinario
R es mas de lo que cualquiera puede adorar)



Nunca en mi vida una canción se me hizo tan eterna, como esta, que me era vagamente familiar. Creo que era una de las canciones que mi abuela escuchaba de Frank Sinatra.



Love is all that I can give to you
Love is more than just a game for two
Two in love can make it
Take my heart and please don’t break it
Love was made for me and you
Love was made for me and you
Love was made for me and you


(Amor es todo lo que te puedo dar
Amor es mas que un juego para dos
Dos enamorados pueden hacerlo
Toma mi corazón y por favor no lo rompas
Amor fue hecho para ti y para mi
Amor fue hecho para ti y para mi
Amor fue hecho para ti y para mi)



Cuando note que al fin había terminado, comencé mi huida, pero al parecer el canto no era todo, por qué uno de los miembros, se acercó a mi y me dio un enorme ramo de globos. Obviamente todos alusivos a la fecha. Era como si los cariñositos hubiesen vomitado todos los corazones en forma de globos.


Cuando intente preguntarles quien había sido él que les pidió aquel numero musical, uno de ellos me explico que no podían violar el secreto profesional y otras cosas que no termine de oír por qué necesitaba dejar de ser el centro de atención de la escuela.


Edward me esperaba en mi casillero con los brazos doblados sobre su pecho y una sonrisa que quise borrar golpeándolo con los globos. Obviamente apenas y logre hacerle daño y lo peor de todo es que su sonrisa paso a ser una risa.


- No sabía que tenías un admirador.


- No es gracioso Edward, sé que fuiste tú – Abrí con más fuerza de la necesaria mi casillero.


- Que yo fui qué exactamente.


- El de la idea de la canción – Era simplemente imposible meter tantos corazones.


- Estas equivocada, yo no he tenido nada que ver.


- No importa – El sonido del timbre evito que indagara más – Tenemos que ir a clases.


Sin esperar respuesta me fui directamente al salón dejando a mi paso un rastro de corazones.


.


.


Estaba por subir a mi auto cuando la voz de Edward me pidió que lo esperara, me sentí tentada por unos instantes a dejarlo ahí parado, pero me contuve.


Cuando llego a mi lado me pidió que estirara mi mano, así lo hice y al ver lo que dejo no pude evitar preguntar.


- ¿Qué es esto? – Por supuesto que sabía que eran billetes de un dólar, el problema es que no sabía por qué Edward me los estaba dando.


- Dinero – Respondió como todo un sabelotodo.


- Eso lo sé genio, lo que no entiendo es por qué me lo das, no me debes nada.


- Tú no entendiendo algo que cosa más extraña.


- ¿Acaso quieres que lo invierta en la bolsa por ti? – Movió la cabeza negativamente y sonrió por una broma que supuse privada, por que honestamente no comprendía nada.


- ¿No lo recuerdas? – Ahora era mi turno de negar.


- Soy voluntario en la feria de San Valentín.


- Oh si – Reí – Pobre Masen – Mire el dinero en mis manos – Es que me estas pagando por qué vaya, pues ni – Conté rápidamente – veinte dólares me harían poner un pie en un lugar como ese.


- Estoy en el puesto de besos – Se acercó a mi.


- Felicidades.


- Un beso, un dólar.


 Tomo uno de los billetes que estaba en mi mano, me sonrió y luego me dio un suave beso en los labios, pero suficientemente poderoso como para desconcertarme.


No dije nada, solo lo mire de manera interrogante y como era ya su costumbre obtuve como respuesta su particular mueca extraña, que Jane llamo la sonrisa torcida. Estaba por darse la vuelta para marcharse, pero se detuvo en el último instante y me miró fijamente.


- Espero que entiendas para que son los diecinueve dólares restantes.


Se acercó nuevamente y dejó el billete               que acababa de tomar: - Este es gratis – Beso mi mejilla – Te espero Bella.


Esta vez si siguió su camino, mientras yo me aferraba al dinero como si de una tabla de salvación se tratara.


No pude evitar el suspiro que se formo, al pensar como un simple gesto puede cambiar tu día y tus planes.


.


.


- Oh por Dios, ahora si puedo decir que lo he visto todo en mi vida – Mi hermana Jane estaba mirándome como si acabara de pedirle hacer una locura.


- ¿Puedes o no?


- Mi hermana mayor Isabella Marie Cullen, irá al festival de San Valentín de la escuela, si este no es un momento épico no sé cual es.


- ¿Puedes o no?


- Hoy será recordado por la humanidad como el día en que Isabella Cullen decidió compartir con otros seres humanos, un pequeña paso….


- Por los clavos de Cristo ¿puedes o no?


- Claro que puedo.


- Nos vemos entonces – Estaba por salir de su cuarto cuando la oí.


- Ey Bells.


- Si.


- Lleva billetes de un dólar, pueden serte muy útiles.


No le respondí, seguí caminado hasta llegar a mi cuarto y prepararme para ir por primera vez a la feria del amor que organizaba mi escuela.


.


.


Decidimos ir con Tanya a la feria, ella estaba más allá de la emoción, quería ir a todos los puestos y subir a todos los juegos del lugar. Aunque cuando vio a Edward sus planes cambiaron.


- ¿Puedo ir a besarlo?


- Claro que puedes – Le di varios de los dólares que Edward me dio en la tarde.


- Gracias….gracias….gracias.


-Creo que Edward preferiría que fueras tú.


- Pero no iré.


- Entiendo, no quieres ir por qué solo esta dando besos en las mejillas y tú lo prefieres en los labios.


- ¿A que te refieres?


- Mira no ha besado a nadie en los labios y creo que varias están muy, pero muy decepcionadas.


- Pues no veo ningún cartel que diga que los besos serán en la boca – No sabía muy bien por qué lo estaba defendiendo.


- Tienes mucha razón, aunque yo creo saber el porqué de esa medida.


Iba a responderle cuando oí que Edward nos llamaba.


- Bella – Agito su mano como si el grito no fuese suficiente.


- Creo que iré por Tanya – Jane se alejó de mi a medida que él se acercaba.


- Hola.


- Hola ¿Qué tal tu trabajo?


- Agotador.


- Ya lo creo.


- Me alegra que hayas venido.


- No te olvides que me pagaste por eso.


- Ey, eso no es cierto, yo te di dinero para que lo usaras en mi puesto.


- Lo siento lo he gastado en algodón de azúcar – Me encogí de hombros.


- Así que cambias mis besos por el azúcar.


- Sin dudarlo – Le respondí sonriente.


- Aunque….


- ¿Aunque qué? – Me miro interrogante.


- Tengo diez dólares en mi bolsillo.


Tomo mi mano con fuerza, alejándome del ruido y la gente.


- Así que diez dólares, señorita Cullen le mostraré el beso que puedo darle por esa cifra


Tomo mi rostro entre sus manos y me dio un beso que me dejó literalmente sin aliento. Nunca le había dado tan buen uso a un billete de diez dólares.

Muchas gracias por leer y dejar sus comentarios. Les adelanto que el próximo es el último capitulo del pasado de Bella y Edward….ya no queda nada para volver al presente!!



Besos y que tengan una maravillosa semana!!!
Lulu XD

Acá les dejo el video de la canción que el coro le canto a Bella

>