Sin Invitación - Capitulo 18


Capítulo 18

Échame a mí la culpa

 

- Dime que es lo quieres….madre

Simplemente hay cosas que son inevitables y que Renee estuviera nuevamente frente a mi era una de ellas.

- Vine recordarte la promesa que me hiciste.

- Pudiste haberme enviado un correo recordándomela.

- No confió en tu palabra, además debía ver con mis propios ojos lo poco fiable que eres.

- Yo he cumplido mi promesa.

No pude evitar que mi mente viajara al momento exacto en que había hecho aquella  dichosa promesa, lo único que me motivo a darle mi palabra a Renee fue el hecho de que no paraba de decir que mis hermanas quedaron devastadas con mi partida y que mis retorno y la posibilidad de que volviera  a partir solo les causaría más daño.

Ya habían pasado cinco años desde aquel momento, fue a los pocos días que se les notifico a mis padres que yo era oficialmente un Swan, mi madre apareció de la misma manera y nuestra conversación giro sobre una sola cosa, la mala persona que yo era.

- Espero que ahora estés feliz con lo que lograste, Isabella, destruiste  a nuestra familia.

- ¿Destruir? Realmente tú y yo tenemos visiones completamente opuestas acerca del significado de esa palabra.

- No me hables en ese tono, sigo siendo tu madre.

- Por supuesto que lo sé, mi problemas no es quien es mi madre, sino quien era mi padre.

Vi como su cara se enrojecía por la ira mal disimulada, si no hubieses estado en un restorán concurrido podría haber apostado que tendría el tamaño de su mano en mi rostro,

- Eres una desagradecida, hice lo que considere mejor.

- Para quien ¿para ti o para mí?

- Te marchaste como si fueras una delincuente. Ni te imaginas lo que tuvimos que soportar por tu culpa – Como era de esperar no me dio una respuesta y comenzó a atacarme de otra manera.

- ¿Mi culpa?

- Por supuesto, la forma en que desapareciste, solo provoco que nos transformáramos en el comidillo del pueblo, sabes las humillaciones que sufrimos por la  falta de consideración a tu familia.

- Y alguna vez te preguntaste si yo sufrí por la falta de consideración que mis padres tuvieron conmigo.

- Tuviste mucho más de lo que merecías, más de lo que cualquier muchachita de tu edad hubiese soñado.

Realmente no sabía si gritar, llorar, reír o comenzar a golpearme en las paredes. Es que acaso estábamos hablando de mi vida o la de otra persona.

- ¿Qué deseas madre? Dímelo para que esta absurda conversación acabe pronto.

- Nadie puede saber lo que acaba de suceder Isabella, nadie.


- ¿A qué te refieres? Que es lo que nadie puede saber qué tú y yo nos acabamos de ver.

- A que Carlisle no es tu verdadero padre – Se llevó la taza de café a los labios, como si acabara de dar el reporte del clima o algún otro tipo de noticia sin importancia.

- Tarde o temprano mis hermanas se enteraran.

- No tienen por hacerlo si tú no vuelves.

- ¿Qué?

Se perfectamente que nunca estuvo entre mis planes, próximos y no tan próximos,  volver, pero que mi madre lo dijera como una prohibición me provoco un rechazo inmediato.

- Después de tu partida, tus hermanas quedaron devastadas, ni siquiera tuviste el valor de despedirte e incluso ese amigo tuyo Edward, sufrió con tu partida. Tu egoísmo hizo que personas inocentes sufrieran.

- Yo no quería que eso sucediera – No pude evitar sonar como una niña pequeña.

- Pero sucedió. Hagamos un trato Isabella, tú nunca más volverás a saber nada de mí, no te molestare o buscare, pero con la condición que nunca vuelvas a Forks o te pongas en contacto con tus hermanas o con cualquiera que haya pertenecido a tu pasado.

-¿Qué quiere decir?

- Sera como si nunca hubieses existido.

 Y con tal de dejar de tener a mi madre en frente accedí a tu propuesta y lo había cumplido todo tal como ella me lo propuso.

 

 - Déjame recordarte que tu promesa consistía en no volver a aparecer en mi vida, eres tu quien no cumplió.

- Entonces a quien acabo de ver salir de tu departamento es el clon de Edward.

- ¿Acaso sigues a Edward?

- Planeas que esta conversación la tengamos en este pasillo.

Por un instante se cruzó en mi mente la idea de cerrarle la puerta en las narices, porque lo que menos deseaba era tenerla en mi casa, invadiendo mi espacio, pero por otro lado deseaba salir pronto de todo esto, por lo que abrí la puerta por completo y la deje pasar.

Como era de esperar al entrar hizo un escrutinio minucioso de cada cosa y espacio de mi casa, mirando todo con su inigualable aire de superioridad.

- No te ha servido de mucho ser la hija de un millonario - Sin esperar que le indicara algo o siquiera hablara se sentó en uno de mis sofás - Vives casi como una persona pobre.

- ¿Pobre? - Realmente necesitaba ajustar el uso de sus palabras, tal vez no vivía rodeada de lujos, pero mi hogar era perfecto.

- Supongo que Charlie no le causo ni la más mínima gracia que resultaras ser su hija.

- Mas bien no le resulto ni la más mínima gracia que tu resultaras ser mi madre.

Me sentí feliz de ver como su cara cambiaba de tener aquel aire de satisfacción a mostrar un total fastidio.

- No piensas preguntarme como esta Charlie.

- No me interesa en lo más mínimo.

- Que extraño, es exactamente la misma respuesta que me dio él cuando le pregunte si quería saber de ti – Me senté frente a ella.

- Charlie Swan no dejo nada bueno en mi vida - Y como si no la hubiera escuchado la primera vez volvió a recalcar su punto - nada.

Era increíble como a medida que pasaban los años sus palabras ya no provocaban nada en mí, era más que obvio que lo que acababa de decirme era el único objetivo de herirme, pero ya todo lo que saliera de su boca me era indiferente.

- Pero dejémonos de estupideces y hablemos de lo que realmente importa.

- Así que el encuentro con mi verdadero padre no tiene importancia para ti.

- Por supuesto que no.  Ese hombre me abandono apenas supo de mi embarazo.

- ¿Tu no sabías que era casado? ¿Qué tenía una familia?

- Era una inocente muchachita que fue engatusada por uno de los mejores amigos de mi padre – Cruzo sus manos sobre sus rodillas, un gesto con el que trato de darle mas carácter a sus palabras.

- ¿Inocente muchachita? En serio madre ¿eras inocente? Tengo que entender que tú creías que Charles Swan era un hombre soltero.

- El pasado es pasado y a nadie le importa.

- ¿Por qué engañaste a Carlisle?

- Deja el tema por la paz, Isabella - Mi madre estaba fastidiada por mis preguntas, pero no me interesaba que aquello le molestara, tal vez esta sería la única oportunidad que tendría de obtener algunas respuestas.

- Merezco que me contestes, durante toda mi vida me hiciste creer que mi padre era otro hombre, me engañaste.

- No seas tan dramática Isabella, nadie resulto herido, ni muerto. Además hice lo que creí que era lo mejor – Nuevamente repetía lo mismo que me dijo años atrás.

- ¿Mejor para quién? ¿Para ti?

Dio un largo suspiro de cansancio.

- ¿Acaso Carlisle fue un mal padre?

- Toda la vida te dedicaste a señalar con el dedo todos y cada uno de los defectos de los otros, haciendo sentir menos a cualquiera que según tu no tuviera la altura moral para ir al cielo.

- Soy una mujer intachable.

- Dios Santo Renee – Me levante de golpe del sillón donde estaba – Tuviste una hija a los diecisiete años, hiciste que Carlisle se casara contigo aun sabiendo que no era mi verdadero padre y que no tenía responsabilidad alguna que asumir,  mientras que quien resulto serlo era un hombre casado que te doblaba en edad ¿Qué parte de toda esta historia te hace intachable?

- Hice todo lo necesario para redimirme.

- ¿Tu redención consistió en no deshacerte de mí? - Vi como callaba unos segundos antes de responder.

- Tú eres mi castigo y la prueba viviente de que cometí un gran error, todos los días de mi vida voy a recordar que caí en tentación.

- Bueno al menos finalmente eres capaz de decirme que soy un error.

- Tu llegada cambio mi vida y mis planes - Me enfrento con la mirada - Quiero que esto te quede claro y solo lo diré una vez. Seduje a Charles porque lo vi como una vía de escape a mi insulsa vida en Forks, estaba segura que con mi juventud lo lograría y lo hice, pero jamás creí que mis planes fallaran. Pensé que una vez que estuviéramos juntos dejaría a su familia y sobre todo al saber que estaba embarazada, mas no lo hizo apenas le conté, fue muy claro en decirme que yo solo fui un pasatiempo mientras estaba en el pueblo.

No pude evitar mirar a mi madre con cierta tristeza, fue una muchachita idiota que creyó que su plan era infalible, se arriesgó  y todo resulta mal.

- Cuando descubrí que está embarazada estaba tan desesperada que vi a Carlisle como mi tabla de salvación, le dije que estaba esperando su hijo y como era de suponer se casó conmigo.

- Así sin más.

- ¿Él sabía que le mentías?

- Carlisle era ingenuo, pero no un idiota. Si no lo sabía, pero al menos lo sospechaba. Cuando me di cuenta que Charles no iba a responder, lo trasforme a él en el padre de mi hijo - Dio un suspiro - en tu padre.

- Tan malo hubiese sido ser una madre soltera.

- Hubiese sido lo peor que me pasara en la vida.

- Carlisle es un gran hombre.

- Lo es.

 Ambas callamos unos minutos, lo que acababa de decirme era algo que yo sabía, pero oírlo de sus labios era algo sumamente distinto.

 

 

- Espero que tu curiosidad este satisfecha Isabella - No sabía que esperaba que respondiera, así que solo calle -  Ahora hablemos de lo importante.

- ¿Y qué es eso madre?

- Incumpliste tu promesa.

- No he vuelto a Forks, si es a eso a lo que te refieres.

- Una de mis hijas está sufriendo.

- Supongo que no te refieres a mí – Volví a ocupar mi asiento frente a ella.

- No seas absurda. Estoy aquí por Jane.

- ¿Jane? – No entendía muy bien que tenía que ver una de mis hermanas con la aparición de mi madre, por un momento pensé que algo grave le había sucedido.

- Si, Jane, tú hermana. Supongo que pese a que huiste como una delincuente de nuestra casa, aun la recuerdas.

- Nunca he olvidado a la gente que me importa – E incluso a ti te recuerdo, pese a todo lo que he hecho por olvidar que eres mi madre, quise agregar, pero me contuve. No necesitaba iniciar una nueva discusión son sentido, que solo retrasaría saber lo que había sucedido con Jane.

- La felicidad de tu hermana corre peligro.

No supe con certeza por qué, pero sus palabras un escalofrió que solo provoco que mi cuerpo entero se tensara.

- ¿Cómo?  - Una parte de mi mente me gritaba que nada bueno saldría de la boca de mi madre, al menos bueno para mí.

- Jane lleva casi cuatro años de una maravillosa relación. Su historia de amor es como sacaba de un cuento de hadas. Ella lo rescato de un amor que no valía la pena y desde entonces nunca se han separado, creo que nunca he visto un amor como el de ellos.

- Ni siquiera el tuyo con Carlisle – Sabia que aquello la molestaría, pero necesitaba desquitarme de alguna manera.

Volvió a hablar demostrándome que había decidido ignorar mi comentario.

- Ellos se aman y están próximos a llevar su relación al siguiente nivel, pero acaba de aparecer un fantasma del pasado que ha puesto todo en peligro.

- Si es verdad lo mucho que se aman, un fantasma del pasado no debería arruinar su maravillosa historia de amor.

- Él es un hombre muy especial que tal vez se sienta confundido por aquel amor de niños.

- Realmente no entiendo a que viene toda esta historia. Acaso quieres recuperar el tiempo perdido en mi infancia contándome esta historia de cuentos.

- No, quiero que por primera vez en tu vida no seas una mujer egoísta y pienses en los demás.

Mil pensamientos y respuestas cruzaron mi mente, pero me contuve porque quería llegar pronto al final de la cuestión y lo más importante necesitaba que mis sospechas fueran aclaradas.

- Podrías ser más clara y decirme que tengo yo que ver con todo esto.

- ¿Es que acaso no sospechas a que me refiero?

Por supuesto que lo sospechaba, pero no le daría la satisfacción de decir su nombre, por lo que me recogí de hombros en señal de negativa.

- El nombre del prometido de tu hermana es Edward Masen.

- ¿Edward?

- Si, Isabella, Edward y Jane son  novios y están prontos a casarse, por lo que tu aparición solo traerá desdichas.

- ¿Qué quieres que haga?

- Lo correcto y por si no confías en mi – Busco algo en su bolso – Toma – Estiro su brazo para dejarme cerca de mi visión un sobre – Es la invitación de la boda.

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No sabía cuánto tiempo llevaba sentada en el sofá más cercano a la ventana. En la mesita del café aquel sobre que Renee dejó parecía mirarme como burlándose de mí. Estaba por salir a correr para despejar mi mente cuando el sonido del timbre me alerto que él había regresado.

Lentamente me acerque a la puerta y la abrí. Ahí estaba con su sonrisa y un enorme ramo de globos de diferentes formas, en su otra mano sostenía su maleta. No me dio tiempo a pensar cuando su boca capturo mis labios, haciéndonos entrar rápidamente a ambos a mi apartamento. Cuando finalmente nos separamos, lo mire fijamente y le hice la pregunta que llevaba varias horas dando vuelta en mi cabeza.

- ¿Cuándo planeabas decirme que te casas con Jane, mi hermana?

 
Besito a todas y que tengan una maravillosa semana

Lulu XD


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