Sin Invitación - Capitulo 19


Capítulo 19

Dicen por ahí

 

Edward me miró fijamente como tratando de entender las palabras que acababa de decir, luego de su breve inspección a mis ojos, estallo en la más sonora de las carcajadas que había oído alguna vez, soltó los globos que aún estaban en su mano  y se fueron directo hasta el techo de mi departamento. Observe desde mi lugar la invitación a su boda que estaba sobre la mesita del café y me fue imposible no unirme a sus risas.

Honestamente no entendía muy bien el por qué él reía, aunque ese sentimiento de no entender nada no me era ajeno si él estaba involucrado. Mi risa tenía una razón poderosa, la seudo invitación que me entrego mi madre estaba fechada hace casi ocho meses atrás, si trataba de herirme debió haber dicho que ya estaban casados y no que se iban a casar. Ahora entendía por qué término embarazada a la edad de diecisiete, realmente era un asco a la hora de urdir planes.

Lentamente nuestro ataque se fue calmando, como también lo hacia nuestra respiración, parecía que acabábamos de correr una maratón.

- Bella - Estaba con las manos en sus rodillas, inclinado por el cansancio que provoco tanta risa - ¿Dónde has sacado eso?

- Renee Cullen.

- ¿Tu madre estuvo aquí? - Su mirada cambio de la alegría de hace unos momentos a la seriedad absoluta.

Acaricia su mejilla, pero no me le respondí de inmediato, en cambio tome su mano y lo guie hasta el sofá donde se sentó.

- ¿Quieres algo de tomar?

- No, gracias – Al parecer Edward no entendía del todo mi cambio de tema.

- Yo iré por un té - Bese su mejilla y fui hasta la cocina, realmente no había tenido tiempo de nada desde que se marchó en la mañana.

Estaba preparando todo cuando oí el sonido del timbre, iba a pedirle a Edward que abriera, pero me di cuenta que aquello no era necesario cuando oí otra voz un tanto amortiguada. Por un instante creí que era mi madre, que había vuelto, pero note que era otro hombre el que estaba ahí.



- Me gustaría comprobar con mis propios ojos que Marie está bien - Que rayos hacia Ben en mi casa.

- Ella está bien

- No es que dude de su palabra Señor…- Dejo la palabra en el aire dándole pie a que se presentara, pero al parecer Edward no estaba dispuesto a cooperar por qué no lo oí hablar por lo que continuo - pero ella nunca falta al trabajo y nos hemos preocupado.

- ¿Así que supongo que las flores son de parte de todo el grupo que se ha preocupado por ella? - Por un instante pensé en salir y decirle que estaba bien, que no se preocupara, al no saber con certeza que pensaba hacer Edward, pero mi lado más oscuro decidió seguir oculta esperando por lo que él haría.

- Son…las flores…son de mi… mi parte.

- ¿Sabes que a ella no le gusta las flores? Al menos no las rosas.

- ¿Usted la conoce?

- Ella es mi mujer - Casi derramo todo el contenido de la taza que acababa de servirme, al oír lo que acababa de decir.

- ¿Su qué?

- No sabías que Marie - Casi podría apostar que estaba sonriendo - era una mujer casada, más bie ¿es una mujer casada?

- Pero ella…nunca…no tenía idea…no sabía.

- Lo bueno de todo esto es que ahora ya lo sabes muchacho - Tuve que contener la risa, por como acababa de llamarlo. Ben solo era un año más joven que yo, por lo tanto de Edward, así que era  un sinsentido llamarlo así.

- Si, gracias - Casi logro sentir lástima por Ben, casi, pero dado que trate de explicarle en todos los idiomas posibles que no estaba interesada en nada con él, que no fuera una relación laboral. Agradecía todo lo que Edward estaba haciendo. Pensé que ya se había marchado, pero lo oí hablar nuevamente  - ¿Cuándo se casaron? - Honestamente esa era la palabra del día y al parecer siempre con el mismo novio.

- Un trece de agosto de hace casi siete años atrás. Una tranquila tarde de otoño rodeado de todos nuestros seres queridos, ella me acepto - Estuve a punto de soltar un suspiro por sus palabras.

- Creo que será mejor que me marche.

- Si muchacho, es lo mejor - Oí como la puerta se cerraba y supuse que finalmente se había marchado,  lo cual yo aproveche para salir de mi escondite.

- ¿Así que estamos casados? - El aún estaba de espalda, al oírme se volteó y pude ver que tenía el ramo de flores en sus manos.

- Oh si Señora Masen y muy felizmente casados - Las lanzo al papelero que estaba cerca de la entrada - Aunque ese pobre hombre palideció ante la noticia. Eres malvada Marie al no habérselo contado.

- ¿Yo soy la malvada?

- Si, eres muy mala - Me abrazo con fuerza y fue él quien me guio esta vez hasta el sillón - Y una rompecorazones.

Una vez acomodados en nuestros lugares me recargue en su pecho, era extraño darme cuenta lo mucho que lo había extrañado estos años.

- Así que tu madre estuvo aquí.

- Si, se marchó hace unas horas.

- ¿A que vino? - Podía notar como su voz se teñía de preocupación.

- No es obvio - Me miro confundido - A invitarme a tu boda.

- Así que de ahí sacaste esa loca idea.

- Si, pero quieres oír algo más divertido aun - Entrelazo nuestras manos y me acerco aún más a él.

- Por supuesto.

- La invitación es de hace ocho meses, me pregunto durante cuánto tiempo la tenía en su bolso esperando entregármela.

- Realmente tu madre está mal - Movió su cabeza negativamente - muy mal.

- Ella siempre creyó que tú y Jane eran la pareja ideal. De hecho me pidió varias veces ayuda para que hiciera de Cupido.

- Jane es una gran mujer, pero no eres tú.

- Mi hermana es mi opuesto completo – Sonreí al recordar las muchas diferencias que teníamos –Me gustaría verla, saber cómo esta.

- Esta bien, muy bien.

- ¿Cómo lo sabes?

- Creo que tal vez entiendo un poco a que se debe esa disparatada idea de tu madre - Me levante un poco para verlo a la cara - Desde que te fuiste Jane y yo nos fuimos haciendo cada vez más amigos, de hecho ella fue la única persona que pudo evitar que destruyera tu habitación cuando me di cuenta que te habías marchado - No pude evitar sentirme mal por lo que acababa de decirme - Pese a que me fui de Forks a la universidad de Washington seguimos en contacto, necesitaba tener alguna conexión con tu familia por si se enteraran de cualquier cosa de tu paradero, nuestro lazo se fue afianzando con el tiempo.

- Y se hicieron novios - Lo dije como si aquello fuese lo más obvio del mundo y sin poder ocultar un deje de celos en mis palabras

- ¿Qué? No Bella, ella se transformó en mi amiga, pero nada más…bueno tal vez los demás piensan que es algo mas - Su voz fue perdiendo intensidad a medida que hablaba hasta transformarse en un murmullo.

- ¿Los demás? ¿algo mas?

- Supongo que Jane te lo contaría si estuviese aquí, así que técnicamente no estoy haciendo nada malo - Estaba hablando consigo mismo así que no quise interrumpirlo con alguna pregunta - Como te dije estos años nos fuimos haciendo más amigos, en especial al regresar - Quería saber por qué Jane parecía no haberse marchado del pueblo o si es que había ido a la universidad, pero me contuve, ya habría tiempo para aquello - Nos apoyamos mutuamente y es por eso que me pidió ayuda cuando decidió confesarse.

- ¿Confesarse? - Mi voz sonó más fuerte de lo que esperaba.

- Calma cariño - Acaricio mi mejilla - Jane está bien, solo que hizo un descubrimiento que lo cambio todo y me necesitaba a su lado.

- ¿Estaba embarazada?

- Pensé que yo era el que tenía el derecho a hacerte una pregunta al día - Nos sonreímos al recordar aquel juego – No,  tú hermana no tiene hijos, lo que quería compartir con tus padres y tu hermana pequeña era que estaba en pareja - Lo mire extrañada.

- Acaso su novio es un asesino serial o algo así, para que necesitara tu apoyo.

- No era novio, sino más bien novia.

- ¿Novia? – Mi voz se elevó una octava y sonó como si esa fuera una palabra totalmente desconocida para mí.

- Si, novia. Creo que ahora entiendes porque necesitaba apoyo - Asentí de manera afirmativa, no quería ni imaginar cómo lo tomo Renee.

- Pero tuvo novios en la secundaria ¿Cómo? - Edward se encogió de hombros.

- Se enamoró y creo que va más allá del hecho de si era hombre o mujer, simplemente su corazón  encontró a su otra mitad  y no pudo dejarla partir.

- ¿Cómo lo tomo mi madre? ¿Carlisle?

- No lo saben.

- Creo que me perdí en algún punto, no entiendo nada.

- Menuda novedad - Me dio un suave beso en los labios - Creo que si dejas de preguntar podré contarte la historia completa - Me miro como esperando que lo desafiara, pero no lo hice - En mitad de la cena tu madre conto el sufrimiento y la vergüenza que estaban viviendo los Anderson, su hijo Mathew acababa de contarle a sus padres que era gay y llevaba dos años viviendo con su pareja en California, como supondrás ella solo hablo de lo negativo que aquella aberración significaba, que iba contra la naturaleza que dos personas del mismo sexo estuvieran juntas.

- Pobre Jane ¿Qué hizo?

- Además de no tocar en lo absoluto su comida, no dijo nada, hasta que Tanya le recordó que una de las razones de la cena era que ella quería hacer un anuncio. Nunca había visto a nadie más pálida, por un instante pensé que se desmayaría, pero no lo hizo, en cambio tomo mi mano y hablo - Callo unos segundos no si para entregarle mayor dramatismo a sus palabras - Les conto que éramos novios.

- ¿Qué?

- Se vio tan acorralada que la única salida que encontró fue incluirme a mí en la noticia.

- Supongo que mi madre murió un instante de felicidad por verlos como pareja.

- Creo que tu hermana ni siquiera termino de contar la noticia y ya estaba planeando el nombre de nuestro primer hijo, pero honestamente aquello no me importo ha sido mi relación más larga, sin importar lo falsa que sea.

- ¿Siguen falsamente juntos?

- Si, acabamos de tener nuestro tercer falso aniversario.

- ¿Y la novia de Jane?

- Para Alice ha sido muy difícil la situación, pero lo lleva lo mejor que puede.

- ¿Alice?

- Es el nombre de la novia de tu hermana. Creo que te gustara, es alguien realmente agradable y ama a Jane. Trabaja como mecánico en Forks desde hace cuatro años, al parecer se conocieron cuando ella fue a reparar tu moto.

- ¿Mi moto? ¿Y Jacob?

- ¿Qué sucede con él?

- Mi madre también el prohibió a Jane verlo.

- Jacob no es el único mecánico en Forks - Su voz sonó molesta – Por si no lo sabias.

- Lo sé, solo tenía curiosidad - Era extraño pero me era imposible no asociar a mi amigo con la reparación de cualquier cosa que tuviera motor.

- Pues para que sepas Jacob está bien, dijo para que no preocupes.

- ¿Lo has visto? - Después de hacer la pregunta me arrepentí de inmediato.

- Si, a los pocos días de partir me golpeo en las afueras de una cafetería.

- Jake te golpeo - Sabia que aquello había sucedido hace años, pero no pude evitar horrorizarme al imaginar la escena de pelea entre ambos,

- Si, Jake - Lo dijo como si fuera una mala palabra - Me golpeo, aunque él tampoco quedo muy bien.

- Pero por que se pelearon.

- Jacob me dijo que era un cobarde al no haberte detenido, sobre todo si lo que sentía por ti era real, que no te merecía en lo absoluto por que no estaba a tu altura y no puedo negar que por un momento le creí, aunque aquello no evito que le devolviera todos y cada uno de los golpes.

- Oh Edward - Me recargue en su pecho.

- Cariño esto ocurrió hace años, aunque si quieres te puedo indicar donde me golpeo para que me cures con tus besos.

- Por un instante pensé que podrían haber peleado por Jane – No se por qué, pero me encantaba la idea que mi hermana y mi amigo estuvieran juntos.

- No, Jane tiene a su Alice la cual la ama tanto que ha aceptado vivir su relación a la sombra todos estos años.

- Y tú ¿también tuviste alguna relación en las sombras en estos años?

- No - Negó varias veces con la cabeza como para darle mayor énfasis a su punto - Simplemente deje de intentarlo, era injusto con ellas compararlas todo el tiempo contigo y que resultaran derrotadas, además creo que terminaban detestándome por el poco interés que demostraba en ellas. Así que simplemente me dedique a esperar que nos volviéramos a encontrar.

Era extraño, pero siempre pensé en Edward como una persona romántica y llena de detalles para la persona que conquistara su corazón.

- Y ahora estamos aquí.

- Si lo estamos - dejo mi espalda apoyada en el sofá dejándome bajo el - Quiero que entiendas que si estoy aquí, a tu lado es porque soy un hombre libre, sin novias, esposas ni nada de nada.

- Lo sé - Acaricia la punta de su nariz con mi dedo hasta llegar a sus labios y delinearlos - Nunca le creí a mi madre cuando me contó la historia de amor que supuestamente has vivido con mi hermana. No confió en ella desde - Me tome un segundo para pensar - nunca y hoy espero haberla visto por última vez y sabes algo más.

- Se muchas cosas más, pero no sé exactamente a lo que te refieres – Me susurro muy cerca de mis labios.

- Que fui una estúpida al aceptar la propuesta de Renee de mantenerme alejada de mis hermanas, incluso de Carlisle. Me comporte como una niña caprichosa solo para sacármela de encima - Me levante de golpe, provocando que Edward también lo hiciera –  No puedo creer que  incluso desde lejos pudo manipular mi vida y yo pensé que huyendo de Forks me dejaría en paz, pero ya no más – Lo mira fijamente –  Hoy por fin corte cualquier lazo que me pudiese unir con Renee Cullen.

Sentí como sus brazos me rodeaban con fuerza y hacían que recargara mi espalda en su pecho.

- Eres increíble y decidas lo que decidas estaré a tu lado.

- Gracias - Me volví entre sus brazos y lo abrace con fuerza. Me estaba convirtiendo en la cursi heroína de una película romántica.

- No tienes nada que agradecerme,  te amo Bella, lo hice desde el primer instante en que apareciste frente a mí, aunque me ignoraste por completo e incluso me gruñiste al decirme hola.

- Repítemelo.

- El que ¿Qué me gruñiste? - Levante mi mirada para cruzarla con la suya y una enorme sonrisa iluminaba su rostro - Te amo Isabella y me encanta poder finalmente decir esas palabras que llevaban tanto tiempo ser dichas.

Cerré mis ojos con fuerza y suspire como intentando empaparme de aquellas palabras por primera vez dichas, sé que muchos dicen que una acción a veces es más potente que las frases, él había hecho durante esos ocho meses que estuvimos juntos como amigos más que cualquier otra persona en mi vida entera, pero sin importar que lo obvio que podía resultar todas sus acciones y sus intenciones, me di cuenta que una parte de mi llevaba años esperando oír esas dos palabras de sus labios y finalmente las había tenido, Edward me amaba.

 

Besos

Lulu XD

 
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