Capitulo 3
Tú no sabes que tanto
“…Tú no sabes que tanto yo
deseo tu cuerpo
Tú no sabes que tanto necesito tus besos
Tú no sabes que tanto le he pedido a los santos
Tú no sabes que tanto yo te quiero a mi lado…”
Tú no sabes que tanto necesito tus besos
Tú no sabes que tanto le he pedido a los santos
Tú no sabes que tanto yo te quiero a mi lado…”
Bella intento con todas su
fuerzas soltarse del férreo agarre de su marido, pero no lo logro. Edward
literalmente la arrastro fuera del salón, sonriéndolo a cada persona que se
cruzo con ellos hasta llegar a uno de los ascensores del hotel.
-¿Qué te sucede Edward? – No le
respondió hasta que estuvieron dentro del elevador.
- En realidad no lo sabes – La
tomo fuertemente de la cintura y la acerco a su cuerpo – Esto sucede – Bella
sintió en su vientre la excitación de su mirada y solo sonrió – Oh ríe malvada,
pero esto es lo que tú provocas….solo tú – Iba a besarla pero ella lo detuvo.
- Estamos en un ascensor con
cámaras de seguridad – Edward solo la abrazo con fuerza - ¿A dónde vamos?
- A nuestra habitación.
- ¿Habitación? – Se volteo hasta
quedar frente a él.
- Pensé que el automóvil podría
resultar incomodo.
- Lo tenias todo planeado ¿a que
si?
- Siempre estoy planeando como
tenerte, amor….siempre – La cargo como un primitivo sobre sus hombros hasta
quedar frente a una de las suites de los
pisos superiores.
- Cullen, bájame…no soy un costal
de papas, además quiero volver a la fiesta – Le dio un golpe en la espalda.
- Te aseguro que esta fiesta será
muchos más entretenida. Es exclusiva y privada – La puerta dio un clic y se
abrió, luego una vez dentro con la punta del pie la cerró. Mientras seguía con
Bella en sus hombros.
- No quiero quedarme en esta
fiesta – Edward la dejo suavemente en el piso de inmediato Bella aprovecho la
situación y trato de salir del cuarto.
- Ni lo pienses Isabella, esta
noche fuiste tú la que provoco esto – Nuevamente la tomo firmemente de la
cintura y se la llevo hasta la mitad de aquel cuarto.
- ¿Quién hará la donación? – Se
moría de ganas de estar con Edward, sentir lo que ella provocaba en él la hacía
sentirse poderosa, pero como siempre no deseaba que todo saliera fácil para su
marido.
- Alice – Le murmuro en su oído
introduciendo luego su lengua en él.
- Quería ver la cara de Jane
cuando viera que se la entregábamos juntos – Trato que su voz sonara firme,
pero no lo consiguió pues Edward besaba su cuello.
- Pero será mucho mejor cuando
sepa que nos fuimos después de un beso tan ardiente como él que me dio usted
Sra. Cullen – Mordió suavemente el lóbulo de su mujer y luego lo masajeo con
sus labios – Además – puso frente suyo a Bella – Tú vestido esta destruido.
- ¿Qué mi vestido esta…- No pudo
decir nada más, pues Edward lo rasgo por completo, la suave tela quedo
destruida en las manos de su marido y Bella quedo frente a él solo con su ropa
interior.
- Maldición Cullen, es el segundo
vestido que me arruinas.
- Te compraría un millón más solo
para luego poder verte así – La mirada cargada de lujuria de Edward provoco que
un gemido involuntario escapara de sus labios.
Se acerco suavemente a él y le
quito su corbata, sus movimientos fueron calculadamente lentos, solo para provocarlo.
Luego metió las manos en su chaqueta para luego deslizarla por sus musculosos
brazos, Edward solo respiraba trabajosamente al sentir aquellos toques tan
suaves.
Después se dio el tiempo de
soltar el primer botón de la camisa y besar la parte de piel que quedo al
descubierto, se encargo de marcarlo como suyo, sus labios succionaron aquella
parte de su cuerpo hasta lograr su cometido. Cuando lo miro a los ojos le
sonrió como esperando que hiciera algo, como vio que solo la miraba, llevo sus
manos hasta el cuello de la camisa para luego con toda la fuerza que tenía
rasgarla.
- Ninguno de los dos podrá volver
a la fiesta- Bella se lo dijo sonriendo.
- Ni siquiera lo pensé – La
acerco a la pared más cercana y tomo sus manos con una de las suyas levantándola
por sobre la cabeza de ella – Sabes que me vuelves loco – Lo dijo muy cerca de
sus labios solo rozándola – Tu cuerpo…tu alma…tu corazón hace que te ame cada
día un poco más – Acaricio la pálida piel de su mujer que sobresalía por sobre
su brassier.
Bella solo lo miraba
intensamente, su respiración era entrecortada por las caricias de Edward, él
sabía hacer que con un solo toque ella estuviera a pasos del cielo.
- A veces quisiera castigarte –
Su voz era un susurro.
- ¿Por qué?
- Por hacerme desearte como lo
hago, por llenar mi mente, por hacerme tan dependiente…Bella si me dejaras yo
moriría de dolor, no podría seguir…simplemente no podría – Bella se removió
inquiete hasta que logro que sus manos quedaran en libertad, tomo el rostro de
Edward y lo acerco a ella.
- Escúchame bien Cullen, nunca
podría dejarte, eres mi vida, tú y nuestras hijas son lo más maravilloso que
tengo, nunca vuelvas a pensar siquiera
que pudiese dejarte.
- Júramelo – La miro con tal
intensidad que ella simplemente quedo sin palabras ante la fuerza de su mirada
– Júremelo Isabella.
- Te lo juro con mi vida….nada ni
nadie podrá separarnos.
No hubo más palabras, Edward
llevó hasta la cama a su mujer, acaricio cada porción de su cuerpo, lo lleno de
besos como memorizando aquella piel, que
él conocía mejor que la suya propia, sin pensarlo rasgo sus pantaletas y
su brassier dejándola totalmente desnuda y a su merced. Bajo hasta sus muslos
los cuales lleno de besos hasta llegar a su destino y unir su boca con aquellos
labios que tanto amaba y que eran, en ese momento el lugar exacto donde ella
más lo necesitaba en aquel momento, su lengua penetro su interior, saboreando
hasta lo más profundo, las manos de Bella estaban en sus cabellos guiándolo en
la búsqueda de su placer. Con una última estocada hizo que gritara su nombre
hasta quedar sin voz.
- Tú no sabes lo que te necesito
Bella – Fue subiendo por sobre su cuerpo, solo rozando su piel con la suya
propia –Como necesito tus besos, tu cuerpo, toda tú – Se posiciono en la
entrada de ella – Te ame desde el primer día que te vi y casi me vuelvo loco
cuando te tuve entre mis brazos. Te amo Isabella Swan…Bella Cullen – La
embistió con una fuerte estocada que levanto levemente sus caderas.
- Te amo…Edward….te ame – Se
hundía cada vez más profundamente en ella – desde el instante en que tu….-
Salió de ella solo para entrar con más fuerza – cuerpo hizo contacto con el
mío.
Edward busco los labios de su
mujer y la beso como desesperación, su lengua entro en ella saboreándola,
seguía embistiéndola con más fuerza hasta que sintió como sus paredes se
tensaban alrededor de su glande y lo dejaba a pasos del cielo, con una última y
certera arremetida, ambos gritaron el nombre del otro para seguir besándose
como si la vida dependiera de ello.
Bella observo a su esposo dormir,
como era habitual en ellos estaban fuertemente abrazados, uno frente al otro.
No quiso despertarlo de inmediato, pues se veía tan en paz, en un par de horas
debían marcharse e ir a su trabajo, pero mientras tanto él era solo para ella.
Le unas dio suaves caricias a su
hermoso rostro, delineo sus labios con su dedo, luego siguió por su nariz hasta
llegar a sus ojos que se encontraban cerrados, supo el momento exacto en que
despertó aun cuando seguía haciéndose el dormido. Acerco su boca a la suya y le
susurro.
- Despierta mi hermoso durmiente
– El solo soltó un gruñido y acerco, si era posible, más sus cuerpos – Debemos
irnos, quiero ver a las niñas antes de ir a la oficina – Estaban en casa de sus
padres – Cullen, se que estas despierto…o al menos una parte de tu cuerpo ya lo
está – Tomo suavemente aquella parte de su anatomía y luego se perdió bajo las
sabanas.
Edward solo pudo abrir los ojos
desmesuradamente y agradecer a los dioses por tener a Isabella como su mujer.
No se atrevió a interrumpir su trabajo, ella era la mejor en eso.
- No puedo salir con la bata del
hotel o envuelta en las sabanas – Decía Bella mientras miraba su vestido
totalmente destruido y su ropa interior igual de destruida.
- No soportaría que nadie te
viera – La tomo posesivamente.
-Tu camisa tampoco me será útil –
Bufo frustrada – Alguna idea genio – Miro a Edward que tenía su pantalón
puesto, mientras ella solo estaba envuelta en una pequeña toalla.
- Viéndote así, muchas – Cuando
vio que ella pensaba lanzarse un zapato, lo único que se había salvado – Calma
amor - Camino hasta una de los closet de
la habitación – Charan – Trato de sonar como un mago que acababa de hacer
aparecer ropa.
- De donde sacaste toda esta ropa
Cullen – Se acerco amenazadoramente a él – Acaso esta es tu suite de soltero –
Edward solo puso los ojos en blanco – Contéstame!!!
- Por Dios Isabella – Llevo sus
manos a lo alto dramáticamente como tratando de pedir alguna ayuda divina – No
puedo negar lo hermosa que te vez celosa, pero amor como puedes pensar semejante idiotez – Bella
le lanzo su zapato el cual Edward tomo
en el acto – Amor, mírame – Se acerco a ella y tomo su rostro – Hice
reservaciones desde que supe que la fiesta sería en este hotel, pocas veces
tenemos tiempo así para nosotros.
- Nunca te dije que vendría.
- No, no lo hiciste, pero si no
lo hacías simplemente cancelaria la reserva – Beso la punta de su nariz - Hombre prevenido. Además le pedí a Alice que
te comprara algunas cosas por si tenías algún problema con tu ropa.
- Me debes un vestido Cullen –
Hizo un ligero puchero y el cual tomo entre sus labios – Edward…eres
insaciable…tengo que vestirme.
- Lo sé – Siguio besándola.
- Tenemos que ir por nuestras
bebes.
- Lo sé – Unió aún más sus
cuerpos.
- Debemos ir a la oficina, si
eres bueno tal vez te recompense – Le sonrió coquetamente y se fue directo a
buscar su ropa.
Salieron tomados de la mano del
hotel rumbo a la casa de los padres de Bella donde estaban sus niñas. Cuando
llegaron Lizzie y Nessie desayunaban junto a sus abuelos, como siempre al
verlos corrieron a su encuentro. Hablaron de cómo había sido su noche y
compartieron con ellas, también platicaron con Renee y Charlie, este último les
comento que habían novedades en la empresa y que se las contaría una vez que estuvieran
ahí.
Al terminar de comer las niñas se
prepararon y se fueron junto a sus padres al colegio, como siempre Nessie no
quería ir, pues prefería ir a trabajar con ellos, Lizzie en su particular
estilo le explicaba que era imposible pues no sabía nada de nada y si seguía
faltando nunca podría ayudar a sus papás
en la empresa. Antes que la pelea se volviera peor, Edward les prometió que les
compraría lo que quisiera si entraba a Nessie y a Lizzie por querer ir al colegio.
Bella se guardo su comentario hasta que estuvieron solos en el auto. Después de
dejarlas en la puerta y besarlas, se despidieron.
- Harás que se transforme en unas
consentidas – Le dijo Bella a su marido.
- Yo me case con una y no salió
tan mal.
- Oye no era una consentida –
Bella cruzo los brazos sobre su pecho.
- Vale, eras caprichosa – Tomo su
mano y se la llevo a sus labios – Y así te amo.
- Edward no quiero que las niñas
tengan todo con solo hacer un berrinche o solo por que se portaron como debían
hacerlo. Debemos ponerle límites…y lo sabes.
-Está bien amor.
Cuando llegaron a la oficina, saludaron
a todos con los buenos días. Se acercaron hasta las recepcionistas y vieron que
una pareja estaba sentada en la pequeña y elegante sala de la empresa y que
apenas entraron al lugar los quedaron mirando a ambos. Bella y Edward le
devolvieron la mirada.
Ella un pelirroja muy guapa, con
un vestido muy elegante y ceñido al cuerpo, él rubio, con un sonrisa de actor y con un
cuerpo similar al de un modelo. Luego
del examen a sus visitantes se miraron dudosos, pues no sabían que estuviesen
planeando una campaña publicitaria o algo así, era la única explicación que
tenían al porque estaba aquella pareja ahí.
Edward se tensó cuando noto que
la mirada del hombre iba directo al cuerpo de su mujer, lo recorrió sin pudor
alguno, por lo que hizo su agarre más firme, estuvo a punto de besarla para
dejarle claro a quien le pertenecía.
Bella agradeció que Edward la
tomara con más fuerza, pues estuvo a punto de lanzarse a la mujer del pelo
rojo, cuando noto como le sonreía con coquetería a su marido…suyo. Miro de
reojo y vio la tensión de él, estaba por preguntarle que sucedía, pero la voz
de su padre no lo permitió.
- Hijos – Se dirigía a Bella y
Edward – Permítanme presentarles a Victoria y James Jones – Ambos se pararon
para quedar frente a ellos – Nuestros nuevos socios.
Aquello no le gusto en lo
absoluto a la pareja Cullen Swan, sin saber muy bien porque, tenían la certeza
que la llegada de los Jones solo traería problemas en el paraíso de su vida.
Hola a todas…primero que todo sé que dije que no subiria capitulo pronto, pero como no me gusta dejar a la gente en ascuas, pues decidi subir este capitulo que ya casi tenía listo en compu!!! Asi que aqui esta....ojala les guste y me dejen saber que tal!!!! Sus opiniones son muy importantes para mí!!!!
Bueno no las aburro más….Que tengan un lindo día
Lulu XD
Acá les dejo los links a los capitulos anteriores!!!!